Aunque el ATS pasa por el Júcar, no se incluye dentro del aprovechamiento conjunto

La revista Cuadernos para el diálogo de junio-julio de 1968 incorpora el informe El Trasvase Tajo-Segura (de Miguel i Diego, 1968)  encartado en el centro de la revista. Es una dura crítica al proyecto, tanto a su rentabilidad como a las críticas surgidas en Cáceres Toledo y Valencia. Las dos primeras por la merma que supone el ATS al desarrollo de nuevos regadíos en su provincia, la tercera por el paso del ATS por el embalse de Alarcón en el río Júcar. Al respecto de esta última, se indica:

Extractos del punto IV. La servidumbre de la cuenca del Júcar y del embalse de Alarcón en beneficio de la cuenca del Segura del artículo Informe. El trasvase Tajo -Segura. (de Miguel i Diego, 1968)

(…) Por ello, y para solucionar de manera definitiva el problema de la escasez de agua y garantizar la paz y seguridad, los regantes del Júcar acometieron la construcción del Pantano de Alarcón, dándose el caso único en España, y quizás en el mundo, de ser un pantano costeado única y exclusivamente con las aportaciones económicas de sus usuarios. Y es precisamente éste el único en España que va a ser gravado con una servidumbre en beneficio de otra cuenca. Se trata de una servidumbre consistente en la obligación de soportar el vertido de las aguas detraídas del Tajo, que serán detraídas al pie de presa para verterlas en la cuenca del Segura. Se trata pues de una servidumbre forzosa a la que faltan, a juicio de los valencianos, los requisitos necesarios para que se establezca este gravamen, cuales son: el de la utilidad pública, el de la necesidad y el de llevar consigo el menor sacrificio para los sirvientes.

Toda servidumbre presupone la imposibilidad de hallar otra solución, es decir, se trata de un caso de absoluta necesidad en razón de la cual se limitan los derechos de los propietarios. Pero en este caso no se da la absoluta necesidad. El mismo resultado, la utilidad pública, el interés público puede alcanzarse mediante la construcción de un canal independiente que contorneando el pantano de Alarcón evitase la servidumbre, lo que representa un coste adicional muy pequeño en relación al coste total de las obras de trasvase. (…)

Aunque constructivamente se adoptó la idea de Manuel Lorenzo Pardo de llevar las aguas por el Júcar, funcionalmente se parecía más a la planteada por Sánchez Cuervo, pues desde el principio se planteó el paso por el Júcar como un balance estricto de entradas y salida del trasvase, con un periodo mínimo de estancia del agua en Alarcón. A pesar de eso, había suspicacias entre los regantes valencianos, que preferían que el ATS rodeara el embalse de Alarcón sin requerir servidumbre del Júcar.

Bibliografía

de Miguel i Diego, V., 1968. El Trasvase Tajo-Segura. Cuadernos para el diálogo, 57-58(57-58), pp. 25-29.

Autor:

Antonio de Lucas Sepúlveda

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (UPM) y Doctor por la Universidad de Alcalá en el programa Hidrología y Gestión de los Recursos Hídricos.
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