Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (UPM) y Doctor por la Universidad de Alcalá en el programa Hidrología y Gestión de los Recursos Hídricos.

Las amenazas al ATS y los excedentes del Tajo

¿Está el ATS ─Trasvase o Acueducto Tajo‑Segura─ amenazado? En 2021 se ha puesto el foco en las Reglas de Explotación y los caudales ecológicos del Tajo como las grandes amenazas para el futuro del ATS. En años anteriores había otras, como la reforma del Estatuto de Castilla‑La Mancha o la planificación del Tajo. Amenazas que se han ido salvando con modificaciones en la legislación: tardía definición de excedentes realizada desde fuera de la planificación hidrológica del Tajo aunque formalmente se incluyó en la normativa del plan del Tajo de 1998; el Plan Hidrológico Nacional (PHN) de 2001,que además de plantear el fallido Trasvase desde el Ebro al Segura incluyó una disposición adicional que reproducía en Ley la definición de excedentes del Plan del Tajo de 1998 aprobado por Real Decreto; la conocida coloquialmente como “cláusula Narbona”, introducida en 2005 en la Ley que derogaba el Trasvase desde el Ebro al Segura junto a diversos artículos del PHN, que planteaba que ─en un futuro indefinido─ los recursos del ATS fueran sustituidos por desalación; o la pléyade de disposiciones introducidas en 2013 dentro de la Ley 21/2013 ─algunas declaradas inconstitucionales y reintroducidas literalmente en la Ley 21/2015─ destinadas a “blindar” o proteger el ATS de la planificación hidrológica del Tajo e indirectamente de la aplicación de la Directiva Marco del Agua (DMA).

El ATS ha salvado en su funcionamiento muchas amenazas, reales o supuestas. Pero a pesar de eso, su funcionamiento está muy por debajo de las expectativas. De media apenas se está pudiendo trasvasar la tercera parte de lo que se previó en su anteproyecto y para lo que está dimensionado (1000 hm³/año) o poco más de la mitad de los 600 hm³/año que se contemplan actualmente como máximo trasvase para el Segura. Un resultado decepcionante. A pesar de haber forzado la sobreexplotación del sistema de manera que la prioridad de la cuenca del Tajo sea algo definido en la Ley, pero que no se aplica.

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El río Tajo en Toledo

Comentario previo: este texto es el borrador para un artículo que finalmente no llegó a publicarse, escrito en noviembre de 2016. Desde esa fecha a la de la publicación de esta entrada hay partes que quedan ligeramente descontextualizadas, pero el grueso del artículo continua teniendo vigencia.


Un meandro del río Tajo describiendo una curva fluvial perfecta, alojado en una clusa hendida por el río en materiales graníticos y migmatíticos, conocido como el Torno del Tajo, ciñe en sus tres cuartas partes a la colina coronada por la ciudad de Toledo, constituyendo un paisaje geomorfológico y cultural único en el mundo.

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Cambio de los parámetros de las Reglas de Explotación del ATS en 2021. Una medida mitigadora que se queda corta.

Por medio del RD 638/2021, de 27 de julio, se modifican los parámetros de las Reglas de Explotación del ATS (Acueducto Tajo‑Segura). Estas Reglas de Explotación se encuentran definidas en la disposición adicional quinta de la Ley 21/2015 y sus parámetros ya fueron cambiados por medio del RD 773/2014 (en adelante, nos referiremos como “RR.EE. 2014” a las Reglas de Explotación con los parámetros definidos en 2014 y con “RR.EE. 2021” a las Reglas de Explotación con los parámetros definidos en el RD 638/2014). Estos cambios se realizan al amparo de la norma legal que define las Reglas de Explotación, que permite la modificación de determinados parámetros “con el único objetivo de dotar de mayor estabilidad interanual a los suministros, minimizando la presentación de situaciones hidrológicas excepcionales”. Puesto que en los últimos años estas situaciones excepcionales han sido frecuentes, con trasvases irregulares, está justificado que se cambien los parámetros de las Reglas de Explotación para minimizar estas situaciones hidrológicas excepcionales.

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José Nicoláu Sabater, un gran ingeniero de caminos crítico del Trasvase Tajo-Segura

por el día Mundial del agua

Introducción​.

​Ha sido frecuente que los planes hidrológicos nacionales elaborados en nuestro país hayan tenido un mentor político y un gestor técnico. El primero de los redactados en nuestro país, el de Canales y Pantanos Alimentadores de 1902, va asociado comúnmente al nombre de su mentor político, Rafael Gasset y Chichilla (1866-1927), ministro de Fomento en nueve ocasiones. A él se debe la puesta en marcha de la «política hidráulica» pregonada por Joaquín Costa como remedio a la depresión causada por la pérdida de las últimas colonias. Fue director del diario El Imparcial, el más influyente de su tiempo; se decía que un editorial suyo podía hacer caer al gobierno de turno. Fue el ministro más unido a los ingenieros de caminos. Pero injusto sería no dedicar atención al gestor técnico del Plan Nacional de 1902, el ingeniero de caminos José Nicoláu, soporte técnico del ministro Gasset. Por la necesaria brevedad de este trabajo, nos limitaremos tan solo a unas pinceladas biográficas seleccionadas de su amplísima trayectoria profesional.

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Reacciones sociales y políticas a finales de las obras del ATS

Así como las obras del ATS avanzaban, con la complicación incluida del túnel del Talave que ocasionó retrasos y sobrecostes, no ocurría lo mismo con las denominadas obras de compensación. Como ejemplo del malestar que generaba, está el artículo publicado en 1972 en la revista oficial Provincia de la Diputación provincial de Toledo, El trasvase Tajo-Segura y la provincia de Toledo, con el subtítulo Preguntas por el Conde de Mayalde al Ministro de Obras Públicas (Excma. Diputación Provincial de Toledo, 1972), en las que se evidencia el retraso de estas actuaciones.

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Desarrollo de las obras. Llegada de aguas al Segura

Como se ha visto en entradas anteriores, los pasos realizados entre 1967 y 1969 relativos al ATS fueron fulgurantes. En 1969 ya estaban en marcha las obras, con previsión de terminarlas en 1972. En los primeros años las obras avanzaban rápido. En “1971 se especuló que, en el plazo de tres años, podría iniciarse un trasvase desde el Ebro” (Pérez Crespo, 2009).

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Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura (CCEATS)

Por el Real Decreto 1982/1978, organización de los servicios encargados de gestionar la explotación de la infraestructura hidráulica «Trasvase Tajo-Segura» se crea la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura (CCEATS), con los cometidos:

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Ley 21/1971, de 19 de junio, sobre el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura

Cumpliendo el mandato de la Ley 1/1969, se dicta la Ley 21/1971, de 19 de junio, sobre el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura.

Es una Ley breve, compuesta de preámbulo y cinco artículos. En el punto uno del artículo primero se indica “en una primera fase podrán ser trasvasados a la cuenca del Segura, y hasta un máximo anual de seiscientos millones de metros cúbicos, caudales regulados excedentes procedentes del río Tajo”.

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Propuestas del reparto del agua trasvasada durante la construcción del ATS

Con las obras del ATS ya en marcha, quedaba por concretar cómo se iban a distribuir las aguas trasvasadas entre los potenciales usuarios. Para abordarlo, el Consejo Económico Sindical Interprovincial del Sureste elabora en diciembre de 1969 la Selección de directrices para abordar el reparto de los nuevos caudales en el sureste (Consejo Económico Sindical Interprovincial del Sureste, 1969). Se trata de una publicación que, en base a criterios técnico-constructivos, jurídicos, sociales, agronómicos y económicos, establece unas directrices para el reparto de las aguas trasvasadas. En estas directrices se tienen en cuenta los abastecimientos como usos prioritarios, pidiendo a los organismos con competencias que den criterio para la evaluación de sus necesidades futuras. Es de reseñar que menciona que “debe tenerse en cuenta la posible desalinización, en el futuro, del agua del mar para estos menesteres [por los abastecimientos], y la correspondiente utilización de estos excedentes para regadíos”.

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Financiación de las obras del ATS e imputación de la amortización

En 1970 se consigue un crédito de Alemania de 200 millones de marcos alemanes, con condiciones ventajosas a priori (un interés del 6,1% anual y un plazo de devolución entre 1975 y 1990). Pero como se detalla más adelante, las condiciones económicas variaron sustancialmente en los años siguientes. El tipo de cambio del marco alemán respecto a la peseta se disparó, siendo en términos medios en el plazo de devolución 2,6 veces del que había en el momento de la concesión. Es decir, en pesetas, sin contar los intereses, había que devolver 2,6 veces el valor solicitado, solamente por la diferencia entre los tipos de cambio.

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Ley 1/1969, de 11 de febrero, por la que se aprueba el II plan de Desarrollo Económico y Social

El II Plan de Desarrollo Económico y Social, que contemplaba actuaciones para el cuatrienio 1968-1971, fue aprobado por la Ley 1/1969, de 11 de febrero. Incluía entre sus actuaciones El aprovechamiento conjunto del sistema hidráulico Tajo‑Segura. El artículo 17 de la Ley que lo aprueba (Ley 1/1969) establece que este aprovechamiento conjunto se regulará por medio de una Ley.

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Un trasvase enfocado al regadío

En esos años el ATS se plantea como una actuación de los regadíos. Incluso el epígrafe del capítulo de las Memorias Políticas de Silva Muñoz se indica claramente (“Política de regadíos: el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura”) (Silva Muñoz, 1993) . En la memoria del Aprovechamiento conjunto se considera como una aportación de volumen del agua al Segura, enfocada al incremento de las hectáreas regadas, como se aprecia claramente en el siguiente extracto:

III.2.4. Perspectivas de la memoria del Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967)─

El análisis anterior, pone todavía más de manifiesto la situación realmente grave del Sureste a que se aludió con anterioridad. La apetencia de agua en la zona ha llevado a desarrollar hoy en día los regadíos hasta un grado superior a las máximas posibilidades de aprovechamiento de sus recursos propios[1] y, además, los planes trazados para el aprovechamiento de éstos han sido tan optimistas que requieren su total utilización y la de casi un 80 por 100 del volumen máximo trasvasable con el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura. Esto es debido a los problemas de justicia distributiva que plantea la escasez, ante unas posibilidades de expansión tan grandes como las que presenta el Sureste.

Cuando se distribuyeron los caudales regulados sobrantes del embalse del Cenajo por Decreto y O.M. de 25 de abril de 1953, hubieron de incluirse entre los usuarios, además de las naturales ampliaciones de las vegas tradicionales del Segura, los regadíos de Mula, Lorca y Campos de Cartagena, aun cuando su realización práctica resultaba muy onerosa por lo exiguo de los caudales asignados. Sin embargo no podían excluirse estas apetencias seculares a la hora de distribuir los nuevos volúmenes regulados.

Lo inadecuado de esta obra tan costosa si se acometían aprovechamientos conjuntos para corregir las deficiencias del Sureste, y el crecimiento del consumo de abastecimientos por encima de lo previsto en 1953, que no consideró más reserva que la de los caudales del río Taibilla para estas atenciones, han plasmado en que tales asignaciones no se convirtieran en realidad, por su carestía en un principio y por la improcedencia después ante la amenaza de regresión de regadíos existentes en favor de los abastecimientos.

La inyección de las aguas del aprovechamiento Tajo-Segura permitirá no solamente atender las demandas asignadas en el Decreto de 1953 (66 hm³/año) para Mula, Lorca y Campos de Cartagena sino provocar una expansión del orden de 120 000 ha en las zonas más convenientes de la cuenca.


[1] «Aun contando en la situación inicial con la disponibilidad futura de 820 hm3/año el déficit alcanzaría los 268 hm³/ano, es decir, un 33 por 100 más de los recursos regulables, sin contar el crecimiento de la demanda de abastecimientos, para los que es preciso reservar unos volúmenes adecuados».

 (Nota al pie original del documento)

Se reconoce que el abastecimiento a la población no había sido tenido adecuada­men­te en cuenta en el reparto de agua realizado en 1953, lo que en sí mismo suponía una amenaza a los nuevos regadíos, que se solucionaría con el ATS.

Bibliografía

Martín Mendiluce, J. M. & Pliego Gutiérrez, J. M., 1967. Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura. 1 ed. Madrid: Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Obras Hidráulicas.

Silva Muñoz, F., 1993. Memorias políticas. marzo de 1993 ed. Barcelona: Editorial Planeta, S.A..

Planteamiento de las fases I (trasvase de hasta 650 hm³/año) y II (1000 hm³/año)

Volviendo a la propuesta del Trasvase, se reproduce a continuación unos párrafos de la memoria del Aprovechamiento conjunto, en los que se afirma que la derivación de 1000 hm³/año de la cabecera del Tajo no iba a afectar a la cuenca en el futuro. Que no es necesaria mayor regulación en la cuenca del Tajo que condicione el Trasvase, pero sí puede ser conveniente para el desarrollo de sus regadíos. También la fijación de dos fases, la primera limitada a 650 hm³, para dar tiempo a que se materialice el crecimiento de las necesidades de abastecimiento de Madrid ─y sus consecuentes retornos─; esta definición de las dos fases es aprovechada en el diseño del trazado para aprovechar en la primera fase el canal ya existente en ese momento de la Central Hidroeléctrica del Picazo, para sacar las aguas del Júcar, asumiendo la limitación de capacidad que tiene ese canal, que es de 600 hm³/año:

Final del punto IV.2 de la memoria del Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967)

Es decir que cuando el Sureste pueda utilizar. totalmente el trasvase máximo propuesto, las disponibilidades reguladas procedentes de los abastecimientos de la cuenca del Jarama alcanzarán los 824 hm³/año, o sea que existirán en el tramo II del Tajo 351 hm³/año regulados más que los supuestos al establecer en el anejo nº 6 el déficit de 120 hm³/año de volumen anual regulado, cuyo complemento temporal se apuntaba que podría provenir de la regulación para usos agrícolas prevista en la cuenca del Jarama.

En consecuencia se pone de manifiesto una vez más que el trasvase máximo propuesto de 1000 hm³/año y su utilización progresiva en el tiempo, de acuerdo con un programa realista, no interfiere en absoluto el desarrollo potencial de la cuenca del Tajo. No es por lo tanto preciso realizar en esta cuenca, como consecuencia del trasvase, ninguna obra más de las previstas para su propia ordenación hidráulica, ya que las modulaciones del Guadarrama y Bajo Alberche resultan convenientes para mejorar la viabilidad de los regadíos que han de abastecer.

Sin embargo, como ya se ha indicado, esta coordinación previsible entre las disponibilidades de sobrantes en la cuenca del Tajo y la utilización de los mismos en el Sureste, está basada en su planteamiento óptimo fundamentalmente en el crecimiento estimado de la demanda del abastecimiento de Madrid y en la correcta depuración de las aguas para su utilización en riegos, proceso ya iniciado. La trascendencia de la derivación propuesta aconseja vigilar la evolución de los supuestos de este planteamiento para que sea una realidad la coordinación de aprovechamientos de una y otra cuenca.

Al estudiar en el capítulo III la compatibilidad del trasvase con las disponibilidades reguladas del Tajo, se ha llegado a la conclusión de que una derivación de 650 hm³/año podría realizarse en el momento de terminar las obras del acueducto Tajo-Segura, sin comprometer la solución que resulte más conveniente para los regadíos de la cuenca del Tajo. Con este volumen es posible atender una expansión del Sureste a ritmo acelerado hasta 1980 aproximadamente, plazo más que suficiente para comprobar la evolución de la demanda del abastecimiento de Madrid y la eficacia de los sistemas de depuración establecidos, y plantear, de no cumplirse estos supuestos, las soluciones alternativas que permitan la utilización de excedentes hasta el límite previsto, sin menoscabo de potencial de expansión de necesidades de riego en la cuenca del Tajo.

Se reproduce a continuación un plano de la memoria del Aprovechamiento conjunto, en el que se muestran las actuaciones a realizar en el Tajo:

Contenido del Plano 8-Obras de reestructuración de la cuenca del Tajo, del Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967)
Contenido del Plano 8-Obras de reestructuración de la cuenca del Tajo, del Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967)

Puede verse este plano como el resumen de los esfuerzos de la memoria del Aprovechamiento conjunto para desligar las posibles necesidades de la cuenca del Tajo de los embalses de su cabecera, para así poder destinar estos recursos al Trasvase. Por una parte se remarca la solución oeste para el abastecimiento a Madrid, tanto la captación de los recursos del Alberche, como la entonces planteada construcción de Valmayor con los aportes del Guadarrama captados en el azud de las nieves y la rocambolesca ─al menos a los ojos de un observador del siglo XXI─ propuesta de interceptar las gargantas que bajan de Gredos, en la margen derecha del Tiétar. Por otra se destacan la propuesta de embalses en el Guadarrama ─que no han prosperado, ni se plantean actualmente─ o el recrecimiento de Cazalegas ─en el que se almacenarían caudales derivados del Tajo en invierno─.

Bibliografía

Martín Mendiluce, J. M. & Pliego Gutiérrez, J. M., 1967. Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura. 1 ed. Madrid: Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Obras Hidráulicas.

Oposición de Manuel Díaz-Marta desde el exilio

Más como anécdota, cabe citar que en 1968 se expresaron otras afecciones distintas a la cuenca del Tajo, más parecidas a los problemas actuales. Se trata del escrito que Manuel Díaz-Marta remitió en febrero de 1968 a su amigo José Conde Alonso ─incluido en el libro Toledo y el Trasvase Tajo-Segura─, que se reproduce a continuación:

Escrito remitido por Manuel Díaz-Marta ─en ese momento en el exilio─ en febrero de 1968 a su amigo José Conde Alonso. Tomado del libro Toledo y el Trasvase Tajo-Segura (Moreno Nieto, 1978).

La prensa de Madrid anuncia que el anteproyecto de trasvase del Tajo al Segura se encuentra «técnicamente a punto” y que saldrá en fecha muy próxima a «información pública» («ABC», 4 de febrero) por el plazo reglamentario de un mes. Plazo que, dadas las características de la obra, «que puede cambiar la faz de varias provincias españolas, podría ser ampliado para el mayor conocimiento por parte de todos». Con motivo del anuncio, se expone al público el famoso proyecto. Esta es su primera presentación, pues las noticias anteriores, muy raras por cierto, no daban una idea clara y completa del mismo. Se sabía que a toda prisa se estaba ultimando, se conocían algunos viajes del ministro y sus ayudantes para calmar el malestar de los toledanos y se rumoreaba en ciertos medios acerca de las dificultades de información y expresión de los perjudicados por el trasvase.

Parecía corno si se tratara de evitar la confrontación de intereses y opiniones; y sobre todo de ganar tiempo, cual si el transcurso de éste se temiera que fuera desfavorable al proyecto. El anuncio repentino de la información pública parece confirmar ese temor, puesto que tiende a hacer muy difícil que los que se oponen al proyecto, técnicamente complejo, lo estudien debidamente para fundar una protesta razonada.

En todo este proceso parece dominar una idea preconcebida y obsesiva. Los autores del proyecto abordan el problema de la escasez de agua en Levante de un modo unilateral. Una y otra vez citan «la grandiosidad de las obras», como si fuera una justificación de las mismas; con notorio olvido de los postulados de la economía política y de otras consideraciones geográficas y ecológicas.

Es extraño que en las contadas noticias anteriores y en las informaciones recientes se haga tan escasa referencia a las aguas subterráneas y a su posible utilización para suplir las demandas de abastecimientos y riegos. Estas aguas se aprovechan en gran escala y por medio de sistemas técnica­ mente avanzados en muchos países. Entre éstos, en varios del Mediterráneo, con tanta o más escasez de agua que el litoral español. Israel sustenta los cultivos de su planta costera a base de explotación intensa de sus yacimientos acuíferos, recargándolos con aguas del Jordán y con los desagües de los centros urbanos, a los que se mezclarán en fecha próxima las aguas del mar desalinizadas para obtener aguas de mayor pureza. En otros países de menor desarrollo técnico, como Grecia, Chipre, Argelia y Túnez se realizan ya explotaciones intensivas del mismo tipo y se comienzan a utilizar las capas acuíferas como embalses subterráneos, a fin de utilizar al máximo la totalidad de sus recursos hidráulicos, tanto superficiales como profundos.

Estos avances no pueden desconocerse en el Ministerio de Obras Públicas: primero porque sus técnicos tienen la obligación de estar al tanto de lo que pasa en el mundo, y luego, porque en la misma España, en la cuenca del Guadalquivir, se acaba de hacer con éxito una investigación, en la que han colaborado varios organismos técnicos internacionales, que ha descubierto la posibilidad de extraer unos 1.500 millones de metros cúbicos de agua del subsuelo por año. Una investigación de la misma seriedad e importancia que la llevada a cabo en el Guadalquivir debiera hacerse sin duda en las cuencas de la vertiente mediterránea; pero de esto no se habla en la literatura explicativa del proyecto.

No es ésta la sola omisión. Corno puede verse en lo que sigue, algunos otros datos e informaciones, que atañen a problemas generales o al proyecto que ahora se anuncia, se han omitido en su primera presentación al público o aparecen expuestos en forma tal que pueden conducir a conclusiones equivocadas.

DISTRIBUCION DE LOS RECURSOS HIDRÁULICOS EN LA PENINSULA.

El trasvase del Tajo al Segura se presenta como una primera etapa de una empresa mucho más vasta: corregir el desequilibrio hidráulico de las diez cuencas o vertientes de la Península. «Cinco cuencas españolas dan un superávit de 25.280 millones de metros cúbicos. Las otras cinco, un déficit de 5.390 millones. Ante esta situación ─dice el «YA» del 3 de febrero─ «el Ministerio de Obras Públicas no se podía cruzar de brazos». Los diarios explican brevemente en qué consiste este desequilibrio y los medios que propone el Ministerio para remediarlos, y con alguna mayor extensión dan cuenta de la obra de trasvase del Tajo al Segura. Una nota especial del Ministerio aclara que «las diversas soluciones no son alternativas, sino sucesivas, para llegar a Ia corrección del desequilibrio nacional».

El programa anunciado revela que ese vasto problema del desequilibrio hidráulico se está enfocando con una visión estrecha, limitada a la que por desgracia es bastante común entre los que nos dedicarnos a la ingeniería. Diríase concebido en tiempos pasados, cuando la técnica podía hacer cambios impresionantes en el curso natural de las aguas, pero todavía no se conocían, ni se temían, corno hoy se temen, los graneles trastornos que pueden ocasionar tales cambios. Obviamente. una redistribución de aguas como la que se plantea, que afectaría al medio vital de grandes porciones de la Península, escapa del dominio exclusivo de la ingeniería hidráulica. Es un tema de estudio ─muy complicado por cierto─ en el que habrían de intervenir especialistas de otras ciencias: económicas, políticas y biológicas, a más de los Hidrólogos e Ingenieros.

EL BALANCE HIDROLÓGICO.

El que se resume en la prensa es incompleto, puesto que sólo se refiere a las aguas superficiales. Las precipitaciones atmosféricas no se incluyen. Tampoco las estimaciones de aguas subterráneas. Estas últimas no podrían figurar en ningún caso porque están por hacer. En estas condiciones es ocioso presentar un balance hidrológico puesto que no se conoce.

Dejando de lado las omisiones, los datos notados de «aportaciones» o «disponibilidades» en el balance desfiguran la situación real de abundancia o escasez de agua superficial en cada cuenca. Y los de «demandas» o «necesidades» se refieren solamente a abastecimientos y regadíos, olvidando otros empleos útiles del agua, tan importantes como la producción de energía eléctrica y el uso del agua, no consultivo, en la industria y en las minas.

En la presentación del balance se atribuye superávit a la vertiente Norte «incluida Galicia» y a las cuencas de los ríos Duero, Tajo, Guadiana y Ebro, y déficit a las del Guadalquivir, Segura y Júcar y vertientes Sur y Oriental del Pirineo, como puede verse en el cuadro siguiente. En él, las cifras de demandas están calculadas teniendo en cuenta la población futura, estimada en unos 50 millones de habitantes. Las de aportaciones representan las correspondientes a la cuenca total, donde toda ella yace en territorio español y solamente las porciones españolas de la cuenca en los casos del Duero y el Tajo.

En el caso del Tajo ─y algo semejante ocurre en el del Duero─ la aportación, estimada hasta la frontera, incluye las de los poderosos afluentes Alagón, Tiétar y Almonte; ya en una zona semidespoblada, donde no hay ni habrá, riegos que efectuar ni poblaciones importantes que abastecer. La cifra de 8.150 millones de metros cúbicos de aportaciones y el superávit de 3.520 que se deducen de ella, están muy lejos de reflejar la situación en la cuenca intermedia, donde las aportaciones anuales son mucho menores y radican la mayor parte de las necesidades de agua.

En efecto, en la presa de Castrejón, situada entre la confluencia del Guadarrama y la del Alberche y a unos 40 kilómetros río abajo de Toledo, el Tajo transporta anualmente 3.470 millones de metros cúbicos. La de manda para riegos futuros podría estimarse en 1.500 millones de metros cúbicos y la de abastecimientos e industrias (en exceso de la actual), en unos 1.200 millones, con lo cual resultaría, por bajo, un consumo adicional al que ahora existe de 2.700 millones de metros cúbicos, sin tener en cuenta otros usos del agua que los de riegos y abastecimientos. El agua regulable del Tajo se calcula ahora en 49 por 100 del total y creo muy difícil que con nuevos embalses aguas arriba pasará del 70 por 100. Aplicando esta cifra al caudal actual hasta Castrejón, resultaría 0,7 por 3.470, o sea, 2.429 millones de metros cúbicos, con lo cual, hasta ese punto resultaría un déficit, en el futuro, de 271 millones. ¡Eso sin el trasvase! Con él, el déficit llegaría a cerca de 1.300 millones de metros cúbicos por año.

Aguas arriba del Guadarrama, en el tramo Aranjuez Castrejón, que comprende a Toledo, sería algo peor. La disminución de los caudales actuales en un tercio aumentaría notablemente la contaminación con aguas procedentes de Madrid. Pero donde la situación resultaría en verdad calamitosa es en el tramo entre Bolarque, de donde se derivarían 1.000 millones de metros cúbicos hacia el Segura, y la desembocadura del Jarama que incorpora las corrientes sobrantes de Madrid. Puede decirse que apenas quedarían trazas del río. Se ha visto, durante la explotación del complejo Entrepeñas‑Buendía que regula la cabecera del Tajo, que el volumen medio es de unos 1.200 millones de metros cúbicos («YA», 4 de febrero). Al derivar 1.000 hacia otra cuenca, le quedarían al Tajo unos 200 millones, es decir, la sexta parte de su corriente media anual. La afirmación de que sólo se requieren 150 millones en ese tramo, parece muy baja y más bien hecha con el propósito de mostrar que aunque el río desaparezca prácticamente no hay por qué preocuparse. Los trastornos ecológicos, tales como la reducción del cauce normal del río, con mayores perjuicios durante las crecidas, des­ censo de los niveles de humedad, disminución de la riqueza piscícola y otros más, no se han tenido en cuenta; como tampoco que las importantes centrales hidroeléctricas de Bolarque, Zorita y Almoguera y otros aprovechamientos de menor cuantía, quedarían arruinados.

Veamos ahora cuál es la situación de la cuenca del Segura. Las demandas futuras para el riego se cifran en 3.000 millones de metros cúbicos, lo que parece calculado con exceso. Aun suponiendo una extensión en riego de 380.000 hectáreas, calculando una demanda de 6.000 metros cúbicos por hectárea y año, que es lo que ahora realmente se consume habida cuenta de la recuperación posterior, el consumo para riego en toda la cuenca del Segura sería en el futuro de 2.280 millones de metros cúbicos.

La precipitación sobre la cuenca se estimó en 9.707 millones por el Doctor Llamas y en 7.050 millones por la Dirección General de Obras Hidráulicas. Aun admitiendo esta Última cifra y una fuerte pérdida por evapotranspiración, hay que pensar en volúmenes importantes que se infiltran, puesto que los que hoy se utilizan son, según el señor Murcia citado por Llamas (1967), 700 millones en aguas superficiales y 350 de aguas profundas. Sobre todo porque en esta cuenca, de acuerdo con el citado Doctor Llamas, son muy frecuentes las formaciones ele rocas permeables, especialmente las calizas, que favorecen la infiltración al terreno y dan lugar a acuíferos utilizables somo embalses subterráneos, cuya capacidad estima en 15.000 millones de metros cúbicos.

Como caso ilustrativo de lo que puede ser el aprovechamiento intensivo de las aguas superficiales y profundas, hay en España el de la Isla de Gran Canaria (Pliego, VIl Congreso Internacional de Abastecimientos}. Sobre una superficie de 1.500 kilómetros cuadrados cae una precipitación media de 410 milímetros equivalente en el total de la Isla a 620 millones de metros cúbicos. Las aguas superficiales aprovechadas, representan 40 millones de metros cúbicos, y la explotación intensa, pero todavía sin base científica ni métodos modernos, de las aguas del subsuelo proporcionan 140 millones. Esto da un total de 180 millones, que significa un 30 por 100 de la total precipitación. Y todavía se piensa obtener algo más valiéndose de investigaciones geofísicas y explotaciones con equipo y métodos adecuado, realizando el balance hidrológico completo y la recarga de acuíferos si resulta conveniente; como también por medio de la desalinización del agua del Océano y la recirculación de lol desagües del abastecimiento de Las Palmas, para utilizarlos en riegos.

Si en la cuenca del Segura se llegara a un índice de aprovechamiento semejante al de Gran Canaria, se obtendría un volumen de 2.920 millones. admitiendo las precipitaciones dadas por el Doctor Llamas. y de 2.100 si se parte de las de la Dirección de Obras Hidráulicas. En el peor de los casos se obtendría un volumen mayor que el que se ha pensado aducir con el trasvase.

Los problemas de las otras cuencas deficitarias no son muy disímiles a los de la cuenca del Segura. No hay porque tratarlos, como dice el Ministro en su nota, en forma sucesiva, Advertencia que por otra parte era innecesaria, porque si el Estado se embarca en el grandioso proyecto del trasvase, habría que prosperar, por razones financieras, la resolución de los problemas de otras regiones.

En el Júcar es donde la situación parece menos grave. Hay, como en el Segura, abundancia de formaciones calcáreas, lo que unido a la gran diferencia entre precipitaciones totales ─22.100 millones─ y corrientes superficiales ─2.690 millones─ hace suponer que la infiltración es intensa: La capacidad de los embalses subterráneos se estima por el Doctor Llamas en 40.000 millones de metros cúbicos. por lo que se puede esperar que su recarga y explotación puedan jugar un papel importantísimo. Además hay la posibilidad de suplementar a esa cuenca, sobre topo en su parte Norte, con aguas elevadas del Ebro.

En la cuenca Sur, zona de Almería, la escasez de agua es verdaderamente grave. Puesto que sus cultivos son altamente remunerados. hay que pensar en aprovechamientos exhaustivos del agua, aunque sean caros. El problema puede compararse al de Israel, o al de las Canarias, y no hay por qué desechar soluciones que hoy son costosas, como la desalinización y la recirculación de aguas depuradas, pero que han de abaratarse en el futuro.

En cuanto a la vertiente oriental del Pirineo, que se enfrenta con graves problemas originados por la demanda creciente de Barcelona y su zona industrial y la necesidad de ampliar sus regadíos, ya se piensa en realizar un estudio completo de los recursos superficiales y profundos y en su aprovechamiento combinado; como también en el trasvase del Ebro desde su tramo final, en la recirculación y consumo para riego de las aguas de Barcelona y en emprender, en un futuro quizás no muy distante, la desalinización de las aguas del mar.

LA CONDUCCION DEL TAJO AL SEGURA.

El perfil longitudinal de la conducción da una idea clara de sus complicaciones. Las aguas se elevarían desde el embalse de Bolarque en el Tajo (cota 640) al de La Bujeda (cota 914), con objeto de salvar la serranía de Cuenca. La elevación ─de 600 millones anuales en una primera etapa y hasta 1.000 en la segunda─ se haría por medio de una central de bombeo, una tubería de 275 metros de desnivel y una galería de impulsión de 12 kilómetros; ésta en túnel. Quitando importancia a la elevación, dice el «ABC» (28 de enero) que no ofrece grandes dificultades porque en Madrid el agua es bombeada 300 metros desde el embalse de Picadas a Majadahonda. No dice que esta elevación es para una pequeña parte del abastecimiento de Madrid, no mayor de cuatro metros cúbicos por segundo, mientras que la del Tajo sería para un caudal promedio de 33, que aumentaría a más del doble en las puntas de consumo.

A continuación del embalse de Bujeda, las aguas atravesarían la serranía de Cuenca en una canalización que tendría tres túneles más, con 7,7 kilómetros de longitud en total, y tres sifones, con 11 kilómetros en su conjunto, y otro embalse, el de Balmontejo, para caer al embalse de Alarcón. Después de éste, tendrían que pasar por un contraembalse, el túnel de Tébar, una larga conducción en la Mancha y otro túnel de 30 kilómetros bajo la sierra de Albacete, para llegar al embalse de Fontanar, y de éste caer en el de Talave, en el río Mundo afluente del Segura.

El coste de la obra se anuncia entre 8.000 y 10.000 millones de pesetas, pero en opinión de personas bien informadas, no bajaría del doble o triple de esta cantidad.

Debería hacerse una estimación realista del coste del proyecto a cargo de un grupo de estudio formado por personas que no hayan intervenido en su preparación; y una estimación, no sólo del precio de la obra en sí, sino de lo que significa para la economía del país. Para ello habría que agregar al coste directo, el valor de los perjuicios que ocasionaría en los aprovechamientos e instalaciones del Tajo, más los perjuicios indirectos, más el coste de las obras, ya prometidas, para calmar a los naturales de la cuenca, muchas de las cuales no se necesitarían o resultarían más baratas si el río continuara con su corriente natural. Se llegaría así, seguramente, a una cifra superior a la de cualquier otra solución.

PRODUCCION HIDROELECTRICA.

Se informa que el trasvase del Tajo reducirá solamente en un 20 por 100 su producción hidroeléctrica. Pero esa producción con los saltos construí­ dos, en construcción y en proyecto, sólo en el río principal, asciende a 4.500 millones de kilovatios por año, así es que la pérdida sería de 900 millones de kilovatios hora. Si a ésta agregamos la energía a consumir en la elevación de las aguas desde Bolarque (descontando la recuperación posterior que se obtendría en los saltos de la conducción, que no llegan a la mitad de la energía de elevación), se obtendría una pérdida total, como consecuencia del desvío de las aguas, de unos 1.200 ó 1.300 millones de kilovatios hora; más o menos un 4 por 100 de la energía hidroeléctrica producida en toda España.

DESEQUILIBRIO DESDE LA CABECERA.

Con ánimo de equilibrar la desigual hidrología peninsular se pretende empezar por desequilibrar el régimen hidráulico del río Tajo, pues la extracción de 1.000 millones de metros cúbicos, no sólo es asunto grave por la enormidad de ese volumen, sino por el lugar desde donde se piensa desviarlo.

Cuando Lorenzo Pardo proyectó el famoso pantano del Ebro, cerca de Reinosa, se atribuyó a este embalse el mérito principal de regular el río Ebro precisamente en su cabecera, beneficiando así a todos los aprovechamientos presentes y futuros. Lo proyectado ahora es una desregulación de cabecera, que análogamente, perjudicaría a todos los aprovechamientos a lo largo del Tajo.

EL TRASVASE EN RELACION CON LA PLANEACION DEL DESARROLLO.

Los efectos de un proyecto de este tamaño en el desarrollo económico del país deben analizarse cuidadosamente, comparándolos con los de una inversión semejante en otras atenciones y esfuerzos productivos. No creo que esto se haya hecho: Entre otras razones, por falta de tiempo.

A la determinación del precio «real» del trasvase para la economía del país, de que hablamos antes, habría que añadir, cuando menos, un estudio comparativo de costes (reales) y beneficios derivados del trasvase al Se­ gura y compararlos con los que se obtendrían si el volumen a desviar se empleara para riegos, abastecimientos, industrias, etcétera, en el mismo valle del Tajo.

Habría que compararlos también con los de otras soluciones para aumentar la provisión de agua a las vegas levantinas. En lo que respecta a las del Segura, se han realizado algunas investigaciones y estudios, pero el estudio completo de las aguas subterráneas, basado en un balance hidrológico bien establecido e investigaciones sistemáticas con métodos geofísicos y sondeos, está por hacer. No se sabe, por tanto, cual sea el  volumen que se podría obtener con un aprovechamiento combinado de aguas superficiales y profundas.

Tampoco el estudio de factibilidad de la desalinización del agua del mar parece haberse hecho con vistas al desarrollo, en especial al que se espera en esta técnica durante los años venideros. Los precios del agua por metro cúbico se han calculado en 4,50 pesetas para la depuración del agua del mar y 1,60 la acarreada desde el Tajo. Seguramente si este último se calcula teniendo en cuenta los costes reales (directos o indirectos) de que hemos hablado, los precios no serían muy diferentes. Pero además, según las proyecciones de los precios para el agua desalinizada (expuestos en la Conferencia «Water for Peace» en 1967), los actuales programas de investigación y desarrollo de esa técnica apuntan a la posibilidad de producir agua a un coste entre 1,4 y 2,71 pesetas el metro cúbico, que son comparables a los que se dan para el trasvase, sin contar más que su coste directo

Se ha hablado al enunciar el proyecto de desequilibrios hidráulicos, pero no se han mencionado los desequilibrios económicos entre las regiones, que son aún más graves y deben merecer mayor atención. La región de España que rodea a Madrid es pobre en renta y escasa de recursos naturales. No se puede desconocer el papel que un río, relativamente grande en una región seca, desempeña en su economía y puede desempeñar en su futuro desarrollo.

Ya hoy, la relativa opulencia de la capital en medio de una región empobrecida se vé por muchos habitantes de las regiones litorales más prósperas como la creación artificial de una política centralizadora muy marcada. Si se merma uno de los principales recursos con que cuenta la Castilla del Sur, el caudal del río Tajo, desviando una parte importante hacia otras tierras, la situación presente se agravaría aún más. Y el ya fuerte contraste entre la relativa prosperidad del litoral con la pobreza del centro, y entre ésta y el poderío de la capital, se harían todavía mayores, agravando así los problemas, muy delicados a veces, en sus aspectos políticos sobre todo, que son en parte consecuencia del marcado desequilibrio económico entre las diferentes regiones españolas.

Febrero de 1968.

Pone el énfasis en aspectos diferentes, entre otros que con el trasvase quedaría el Tajo a la altura de Aranjuez reducido a un hilillo de agua o completamente seco o que al plantearse el trasvase desde cabecera se afecta a toda la cuenca, además de ser engañosa la cifra del balance global de la cuenca. Este escrito, o lo que en él se cuenta, no fue considerado de interés por la Diputación Provincial de Toledo[1]. Un escrito más breve, El trasvase del Tajo al Segura o un nuevo intento de despojo a Castilla (Díaz-Marta, 1968), fue publicado en la revista Comunidad Ibérica ─realizada en México─.

Bibliografía

Díaz-Marta, M., 1968. El trasvase del Tajo al Segura o un nuevo intento de despojo a Castilla. Comunidad Ibérica, 35(julio-agosto de 1968), pp. 7-11.
Disponible en: www.cervantesvirtual.com/obra/ano-vi-num-35-julio-agosto-1968/

Moreno Nieto, L., 1978. Toledo y el Trasvase Tajo-Segura. marzo de 1978 ed. Toledo: Publicaciones de la excelentísima Diputación Provincial de Toledo.


[1] «la inversión que se haga en el trasvase estará amortizada hacia 1980. las cifras manejadas por el señor Conde Alonso ─apunta el Gobernador Civil─ son las facilitadas por el Ingeniero señor Díaz-Marta, quien por permanecer en el exilio, donde nada se olvida y nada se aprende, posee una visión deformada de la situación e ignora las peticiones formuladas por el Consejo Económico Sindical de Toledo y aceptadas por Obras Públicas». De la pág. 123 de Toledo y el Trasvase Tajo-Segura (Moreno Nieto, 1978)

Fin del ambicioso proyecto de regadíos en el Tajo. Abandono de la idea del Canal de la Ventosilla

Esta preocupación de la provincia de Toledo por el desarrollo de su regadío tiene su reflejo en la memoria del Aprovechamiento conjunto, en la que se le dedica un anejo, firmado por Guillermo Carrillo Vargas. En el mismo se cierra la puerta definitivamente a la utilización de Entrepeñas y Buendía para regular regadíos aguas abajo de Aranjuez, incluyendo su fin primigenio: los regadíos situados entre el Alberche, Tajo y Tiétar. En su lugar, se admite que sean sustituidos por los posteriormente denominados La Sagra-Torrijos, sujetos a la realización de los diferentes estudios de definición y viabilidad. Pero para los mismos no se requeriría agua de la cabecera del Tajo, sino que sería suficiente con los retornos futuros del abastecimiento de Madrid, con una regulación intra-anual sin definir concretamente, que no se ha llegado a realizar y que parece inviable.

Reacción en Toledo a la propuesta del ATS

Respecto a la provincia de Toledo, la contestación principal al Trasvase vino desde la Diputación provincial de Toledo, reflejándose incluso en un extenso reportaje en la revista Provincia (Excma. Diputación Provincial de Toledo, 1967) en septiembre de 1967. Es de destacar que una revista editada por un organismo público muestre abiertamente las críticas a un proyecto impulsado por instancias jerárquicamente superiores; extraño en los tiempos de Dictadura, pero también lo sería en los actuales. El director de la revista en ese momento, Luis Moreno Nieto, escribió años más tarde el libro Toledo y el Trasvase Tajo-Segura (Moreno Nieto, 1978), una extensa y detallada crónica de las reacciones en la provincia de Toledo entre 1967 y el inicio de 1978. Encomiable y llena de matices. Se copian a continuación fragmentos del prólogo, escrito por el propio autor, que describen las motivaciones de la obra, su alcance y, en general, el ambiente:

Extractos del Prólogo de Toledo y el Trasvase Tajo-Segura (Moreno Nieto, 1978)

(…) El trabajo de síntesis que el cronista ha realizado para poder ofrecer estas páginas al lector no ha sido fácil, porque fueron centenares de artículos, informes y folletos. Publicados en España y fuera de España los que tuvo que consultar, enjuiciar y resumir. Más difícil aún resultó para el autor desprenderse en lo posible de su condición de toledano de corazón para ofrecer una versión lo más objetiva posible de todo lo ocurrido, como corresponde a su quehacer de cronista.

¿Y para qué?, podrá preguntarse el lector, ¿para qué escribir un libro sobre tema tan manoseado, tan traído y llevado a lo largo y a lo ancho de los dos últimos lustros si la cosa ya no tiene remedio porque el trasvase Tajo-Segura es un hecho irreversible?

Al autor se le ocurre apuntar dos razones, sólo dos ─hay más─ que justifican la publicación de las páginas que siguen. Se han escrito simplemente para que los toledanos de hoy y de mañana puedan forjar su propio criterio con los elementos de juicio que les ofrecemos y para que quede un testimonio perdurable ─los artículos de los periódicos pasan, el libro permanece─ de lo que Toledo hizo, de lo que luchó y sigue luchando en esta batalla que ha perdido en gran parte irremisiblemente, aunque logrando unas minúsculas compensaciones, unas reservas y unas promesas que en términos militares podríamos calificar de «retirada ordenada». Una retirada honrosa, si se quiere, pero, al fin, retirada, antes de la cual algunos combatieron bravamente y otros hacían que luchaban, con las armas en la mano, pero sin disparar. De todos los episodios de esta batalla dialéctica ─política más bien─ podrá enterarse el lector si tiene la paciencia de hojear las páginas que siguen, aunque tendrá que vencer una fuerte tentación si quiere dar cima a la fatigosa tarea de leerlas: la de abandonar en los primeros asaltos, es decir, en las primeras páginas, ante la reiteración de argumentos, razones y actitudes que aquí se relatan, muy semejantes, iguales casi, que se van sucediendo encadenadas y sostenidas por distintas personas y entidades a lo largo del libro. Es como dar vueltas a la noria para sacar siempre la misma agua, espectáculo que el autor presume y casi certifica no grato para contemplar durante mucho tiempo. Pero este no es un libro de entretenimiento, sino de acopio documental relativamente ordenado de todo lo más importante que ha ocurrido en Toledo en relación con el trasvase Tajo-Segura durante la última década. Por eso el autor se siente obligado a pedir perdón al lector antes de que se decida a hojear estas páginas, algunas de las cuales podrán llegar a ser interesantes, pero nunca amenas.

Hay que decir, porque es verdad y porque el cronista que no se atreve a decirlo debe marcharse con la música a otra parte, que los organismos representativos de Toledo, las entidades oficiales y sindicales y quienes las regían se opusieron en cuanto pudieron al trasvase (…)

Pero cuando comienzan a tomar cuerpo en Toledo las inquietudes en torno al trasvase es en los primeros días del año 1965. El 19 de febrero de 1965, con motivo del I Congreso Económico Sindical Interprovincial del Sudeste, se reavivó la cuestión.

En los últimos meses de 1966 cundió la impresión general sobre rumores oficiosos de que los antiguos proyectos iban a ser o estaban siendo estudiados para, actualizados, ser llevados en un futuro más o menos próximo a la realidad.

En el Diario «Arriba», del día 10 de noviembre de 1966, se hablaba de la inquietud existente en la provincia de Toledo por los nuevos rumores del trasvase en un artículo en el que también se decía que el proyecto Lorenzo Pardo debería ser sometido a nuevo estudio ante la posibilidad de que los cálculos que se hicieran en el año 1933 ya no presentasen las mismas realidades hoy día.

El mismo diario publicaba el 27 de noviembre otro artículo en el que se hacía referencia a una carta enviada al Gobernador Civil de Toledo por el Ministro de Obras Públicas, en la que se decía que «las aguas del Tajo, por el momento, no entraban en el campo de acción del estudio que se está realizando».

Otros periódicos se venían haciendo eco, por entonces de este asunto, la mayoría de los cuales se mostraban más o menos partidarios de la realización, especialmente en los diarios «Arriba», «Ya» y «Pueblo», en los que aparecieron diversos artículos, así como en el semanario económico «Desarrollo». De tales artículos se desprendía una diferencia de criterios en cuanto al caudal de aguas que han de ir a la cuenca del Segura, pues mientras que «Arriba», aludiendo al Director General de Obras Hidráulicas, se refería a un trasvase de 300 millones de metros cúbicos por año, «Desarrollo» se refirió a 1.000 millones, al hacerse eco de unas declaraciones del Ministro de Obras Públicas, lo que llegó a asombrar a los mismos posibles beneficiarios, según comentarios de Murcia. Una advertencia, más bien una reflexión final, destinada a quienes quieran ver en estas páginas un libro polémico, de defensa o de disculpa, de unos contra otros. No hay nada de eso en este libro aunque lo parezca, y lo tiene que parecer, porque las opiniones se entrecruzan y oponen muchas veces. En el fondo todos los hombres que han intervenido en este asunto del trasvase Tajo‑Segura, de un modo o de otro, a favor o en contra, lo hicieron noblemente, de acuerdo con su pensamiento, con sus conocimientos técnicos, con el dictado de su conciencia. Así al menos lo cree el autor (…)

Lo que se narra en los primeros capítulos, dedicados a los años 1967, 1968 y 1969 es principalmente la reacción desde la Diputación de Toledo, con el Gobernador Civil al frente, al proyecto. Una oposición enmarcada siempre en el mantenimiento de las formas y respeto de la jerarquía. Por otra parte, también se menciona actividad del Consejo Económico Sindical Provincial, encaminada principalmente a apaciguar y a intermediar con el Ministerio, en un papel de negociador en el que la decisión principal, el Trasvase, no se tocaba. Metafóricamente, el Trasvase era una medicina amarga que inexorablemente tenía que tragar Toledo, pero se buscaron formas de endulzarla; una medicina amarga que no curaba ninguna enfermedad, sino que la provocaba.

Los temores expresados por las autoridades de la provincia de Toledo se centraban en desarrollar los regadíos de la provincia, para lo que tuvieron diversas promesas. La principal era que el ATS no les iba afectar, pues en el futuro podrían disponer los retornos de Madrid ─de los que se esperaba un fuerte crecimiento─ convenientemente depurados, junto con unas obras de regulación indeterminadas de estos caudales, que les supondría en el futuro tener un volumen incluso superior al que pudieran tener con el agua trasvasada del Tajo.

Bibliografía

Excma. Diputación Provincial de Toledo, 1967. El trasvase de las aguas del Tajo a la cuenca del Segura. Provincia. De la Excma. Diputación Provincial de Toledo, 59(Septiembre de 1967), pp. 5-37.
Disponible en: www.diputoledo.es/archivos/archivo/revistas/1967-59.pdf

Moreno Nieto, L., 1978. Toledo y el Trasvase Tajo-Segura. marzo de 1978 ed. Toledo: Publicaciones de la excelentísima Diputación Provincial de Toledo.

Aunque el ATS pasa por el Júcar, no se incluye dentro del aprovechamiento conjunto

La revista Cuadernos para el diálogo de junio-julio de 1968 incorpora el informe El Trasvase Tajo-Segura (de Miguel i Diego, 1968)  encartado en el centro de la revista. Es una dura crítica al proyecto, tanto a su rentabilidad como a las críticas surgidas en Cáceres Toledo y Valencia. Las dos primeras por la merma que supone el ATS al desarrollo de nuevos regadíos en su provincia, la tercera por el paso del ATS por el embalse de Alarcón en el río Júcar. Al respecto de esta última, se indica:

Extractos del punto IV. La servidumbre de la cuenca del Júcar y del embalse de Alarcón en beneficio de la cuenca del Segura del artículo Informe. El trasvase Tajo -Segura. (de Miguel i Diego, 1968)

(…) Por ello, y para solucionar de manera definitiva el problema de la escasez de agua y garantizar la paz y seguridad, los regantes del Júcar acometieron la construcción del Pantano de Alarcón, dándose el caso único en España, y quizás en el mundo, de ser un pantano costeado única y exclusivamente con las aportaciones económicas de sus usuarios. Y es precisamente éste el único en España que va a ser gravado con una servidumbre en beneficio de otra cuenca. Se trata de una servidumbre consistente en la obligación de soportar el vertido de las aguas detraídas del Tajo, que serán detraídas al pie de presa para verterlas en la cuenca del Segura. Se trata pues de una servidumbre forzosa a la que faltan, a juicio de los valencianos, los requisitos necesarios para que se establezca este gravamen, cuales son: el de la utilidad pública, el de la necesidad y el de llevar consigo el menor sacrificio para los sirvientes.

Toda servidumbre presupone la imposibilidad de hallar otra solución, es decir, se trata de un caso de absoluta necesidad en razón de la cual se limitan los derechos de los propietarios. Pero en este caso no se da la absoluta necesidad. El mismo resultado, la utilidad pública, el interés público puede alcanzarse mediante la construcción de un canal independiente que contorneando el pantano de Alarcón evitase la servidumbre, lo que representa un coste adicional muy pequeño en relación al coste total de las obras de trasvase. (…)

Aunque constructivamente se adoptó la idea de Manuel Lorenzo Pardo de llevar las aguas por el Júcar, funcionalmente se parecía más a la planteada por Sánchez Cuervo, pues desde el principio se planteó el paso por el Júcar como un balance estricto de entradas y salida del trasvase, con un periodo mínimo de estancia del agua en Alarcón. A pesar de eso, había suspicacias entre los regantes valencianos, que preferían que el ATS rodeara el embalse de Alarcón sin requerir servidumbre del Júcar.

Bibliografía

de Miguel i Diego, V., 1968. El Trasvase Tajo-Segura. Cuadernos para el diálogo, 57-58(57-58), pp. 25-29.

La depuración de las aguas de Madrid en el momento de la gestación del ATS

La principal medida que se hizo pasar por compensatoria, la primera de la lista incluida en la entrada Concepto de aprovechamiento conjunto. Obras de compensación, fue la depuración de las aguas de Madrid, algo que en ese momento era un problema de gran magnitud que no había sido tratado adecuadamente ni con la preocupación debida, con escasas medidas que se quedaban pequeñas en el mismo momento de ponerse en servicio. La afección a Toledo de la deplorable depuración de las aguas de Madrid era grande pues, como se dice coloquial y vulgarmente, a Toledo llega la mierda que suelta Madrid. Es fácil encontrar en Internet bucólicas imágenes de los años 60 de bañistas en el Tajo a su paso por Toledo[1], si bien en esos años la calidad de las aguas no pasaría los controles exigidos actualmente. Finalmente, en junio de 1972 se prohibió oficialmente el baño, con fotografías mostrando icebergs de espumas flotando por el Tajo en Toledo.


[1] Por ejemplo, en el blog Toledo Olvidadotoledoolvidado.blogspot.com─ Fuente especificada no válida., con entradas como Toledo y el Tajotoledoolvidado.blogspot.com/2011/07/toledo-y-el-tajo.html─  o El Tajo que fue, el Tajo que debe volvertoledoolvidado.blogspot.com/2013/09/el-tajo-que-fue-el-tajo-que-debe-volver.html─.

Concepto de aprovechamiento conjunto. Obras de compensación

En la página web del CEDEX, órgano al que está adscrito el Centro de Estudios Hidrográficos, se encuentra disponible la documentación del Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967), que incluye el Anteproyecto general del Acueducto Tajo-Segura.

Al parecer, el término de Aprovechamiento conjunto surge a finales de 1967, con la idea del Trasvase ya avanzada. Tiene toda la pinta de ser un lavado de cara, una forma de presentar las actuaciones como beneficiosas para las dos cuencas. Para encajar las actuaciones planteadas, se reproduce a continuación un listado de las propuestas para realizar en el cuatrienio 1968-1971, copiado de la memoria del Aprovechamiento conjunto:

  • Depuración de las aguas residuales de Madrid, Aranjuez, Toledo y Talavera.
  • Terminación de los riegos de Castrejón, Canal de las Aves, Real acequia del Jarama y Azután.
  • Acondicionamiento del rio Tajo a su paso por Toledo.
  • Estudio de viabilidad de los regadíos de la cuenca del Tajo. Proyectos de construcción de los embalses moduladores del Guadarrama y Alberche y de los sistemas de riego en su primera fase.
  • Construcción de la presa de El Pardo para saneamiento del Manzanares a su paso por Madrid.
  • Construcción de la segunda fase del aprovechamiento de los recursos hidráuli­cos del Oeste y del trasvase Sorbe-Jarama Para el abastecimiento de Madrid.
  • Construcción de la primera fase del Acueducto Tajo-Segura.
  • Concesión de los 280 hm³/año a utilizar en la primera fase.
  • Anteproyecto general de las obras de distribución en el Sureste para la utilización del volumen total a trasvasar del Tajo. Desarrollo de los primeros proyectos de construcción.
  • Reestructuración de los riegos actuales del Segura.

Observando este listado, se aprecia claramente que las actuaciones en el Tajo y en el Segura son independientes. Su inclusión dentro del mismo documento no obedece a un criterio técnico, sino para aparentar que se trata de una generación de sinergias o beneficio mutuo entre las cuencas.

Estas actuaciones en la cuenca del Tajo también son contempladas como “compensaciones”, término muy criticado en diversos ámbitos pues se trataba de aprovechar cualquier actuación que se hiciera, aunque fueran mejoras de carreteras ─no incluidas en el listado anterior, pero sí se planteaban en los discursos de la época[1]─, que en el fondo eran independientes de que se hiciera o no el Trasvase.

Bibliografía

Martín Mendiluce, J. M. & Pliego Gutiérrez, J. M., 1967. Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura. 1 ed. Madrid: Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Obras Hidráulicas.


[1] Por ejemplo, en el discurso del ministro Silva Muñoz en Toledo del 3 de junio de 1967.

Cronología entre 1966-1969 de la realización del Anteproyecto del ATS

A continuación, se reproduce un fragmento de las Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993), en el que se describe la cronología de la tramitación del ATS bajo su mandato en el Ministerio de Obras Públicas:

Política de regadíos: el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura de Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993)

(…) Como ya he explicado en páginas anteriores, el trasvase se puso en marcha en 1967, pero conviene hacer una pequeña historia del mismo.

Por orden ministerial de Obras Públicas, de fecha 30 de julio de 1966, se ordenó la redacción del «Anteproyecto General de Aprovechamiento Conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España, complejo Tajo-Segura». Si es cierto que el primer proyecto fue de Lorenzo Pardo, no lo es menos que en mi época los grandes autores de su actualización, adaptación y puesta en marcha fueron otros ilustres ingenieros como Virgilio Oñate, mi director de Obras Hidráulicas, y Martín Mendiluce, director del Centro de Estudios Hidrográficos, y Rodolfo Urbistondo, subdirector general.

Redactado este Anteproyecto, fue aprobado técnicamente por la Dirección General de Obras Hidráulicas el 5 de febrero de 1968, la cual ordenó fuese sometido a información pública el «Anteproyecto General de Acueducto Tajo-Segura», integrante de aquél, para una derivación de hasta 600 millones de metros cúbicos anuales.

Se publicó en los Boletines Oficiales del Estado y en los de las provincias de Cáceres, Toledo, Madrid, Guadalajara, Cuenca, Albacete, Valencia, Alicante, Murcia y Almería, el anuncio correspondiente de apertura de un período de información pública, para que los particulares y las entidades interesadas pudieran formular las observaciones que considerasen oportunas, en relación con las obras del Anteproyecto General del mencionado acueducto.

El período de información pública, iniciado el día 3 de marzo de 1968, terminó el 10 de mayo del mismo año, al haber sido prorrogado por nueva resolución de la citada dirección general, atendiendo a las peticiones en tal sentido recibidas.

En el curso de dicho período y mediante la presentación de los escritos correspondientes en los gobiernos civiles y delegaciones de Obras Públicas de las provincias mencionadas, en las comisarías de Aguas y Confederaciones Hidrográficas del Júcar, Tajo, Segura y sur de España, y en las alcaldías de las poblaciones en cuyos términos municipales estaba prevista la ubicación de las obras objeto del Anteproyecto General de acueducto, se produjeron 58 770 comparecencias. Redactados los informes correspondientes a las alegaciones producidas en el transcurso de la información pública, la Dirección General de Obras Hidráulicas recabó los informes de la Dirección General de lo Contencioso del Estado y del Consejo de Obras Públicas simultánea­ mente, sobre los aspectos jurídico y técnico respectivamente, de las objeciones formuladas en las comparecencias.

El 25 de mayo de 1968 el ministro de Obras Públicas solicitó del Consejo de Economía Nacional informe sobre la rentabilidad del acueducto Tajo-Segura, a cuyo fin acompañaba un estudio económico sobre el mismo. En 12 de junio de 1968 el Consejo de Economía Nacional emitió el informe solicitado, en sentido favorable.

El 13 de julio de 1968 el Consejo de Obras Públicas emitió dictamen sobre el Anteproyecto y sobre los aspectos técnicos de las comparecencias habidas durante la información pública. Dicho dictamen fue favorable a la aprobación definitiva del Anteproyecto, de su información pública y del estudio económico realizado.

Asimismo, la Dirección General de lo Contencioso del Estado, con fecha 24 de julio de 1968, emitió su informe favorable.

El 2 de agosto de 1968 se aprobó el Anteproyecto General del acueducto Tajo-Segura. Pocos meses después, en 1969, se iniciaron los trabajos de dicho acueducto. En el referido Anteproyecto se recogieron prácticamente todas las peticiones de los que se consideraban afectados por las obras (debe tenerse en cuenta que muchas de las comparecencias contenían las mismas observaciones). Y ya en tiempos de Gonzalo Fernández de la Mora, el 19 de julio de 1971, se aprobó la Ley sobre el Aprovechamiento Conjunto Tajo Segura. (…)

Esta descripción muestra cómo los trámites se fueron sucediendo de una manera vertiginosa. Además del impulso administrativo dado por Federico Silva Muñoz, en consonancia con su calificativo de “Ministro Eficacia”, la solución técnica se muestra bastante detallada, fruto de la maduración de años anteriores. A continuación, se muestra esquemáticamente la cronología de los principales hitos de estos años[1]:

  • 30 de julio de 1966. Orden de redacción del anteproyecto.
  • 30 de enero de 1967. El ministro da a conocer la idea en el teatro Romea de Murcia.
  • 3 de junio de 1967. Visita del ministro a Toledo y Talavera de la Reina para explicar el Trasvase.
  • Finales de noviembre de 1967. En un discurso en Albacete, el ministro plantea la definición de “Aprovechamiento hidráulico conjunto del Tajo y Segura” en lugar de la palabra “trasvase”.
  • 14 de diciembre de 1967. Pleno Extraordinario del Consejo Económico Sindical Provincial de Toledo.
  • 5 de febrero de 1968. Aprobación del anteproyecto general por parte de la Dirección General de Obras Hidráulicas.
  • 2 de marzo de 1968. Publicación en el BOE del anuncio de inicio de la Consulta pública del Anteproyecto.
  • 25 de mayo de 1968. El ministro pide informe al Consejo de Economía Nacional sobre la rentabilidad del ATS.
  • 12 de junio de 1968. El Consejo de Economía Nacional emite el informe, en sentido favorable.
  • 18 de junio de 1968. Intervención en las Cortes del ministro, tratando el Trasvase.
  • 13 de julio de 1968. El Consejo de Obras Públicas emite un dictamen favorable sobre el Anteproyecto.
  • 24 de julio de 1968. La Dirección General de lo Contencioso del Estado emite su informe favorable.
  • 2 de agosto de 1968. Se aprueba la información pública del expediente.
  • 2 de septiembre de 1968. Se aprueban los proyectos de ejecución del Trasvase.
  • 13 de septiembre de 1968. El Consejo de Ministros aprueba el gasto y el comienzo de las obras.
  • 25 de septiembre de 1968. Se publica en el BOE la licitación de las obras del primer tramo del Trasvase.
  • 21 de febrero de 1969. El Consejo de Ministros aprueba expedientes a petición del Ministro de Obras Públicas, en los que se autoriza el gasto de la inmediata contratación y ejecución de la totalidad del acueducto Tajo-Segura (completando los aprobados el 13/9/1968).
  • 31 de marzo de 1969. La Hoja de Lunes realiza un reportaje con el título “Comienza la construcción del acueducto Tajo-Segura”.
  • 19 de abril de 1969. El ministro, en el teatro Romea de Murcia, proclama “el acueducto Tajo-Segura ya está en marcha”.

Bibliografía

Moreno Nieto, L., 1978. Toledo y el Trasvase Tajo-Segura. marzo de 1978 ed. Toledo: Publicaciones de la excelentísima Diputación Provincial de Toledo.

Silva Muñoz, F., 1993. Memorias políticas. marzo de 1993 ed. Barcelona: Editorial Planeta, S.A..


[1]  Elabrada a partir de las fechas facilitadas en las Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993) y del libro Toledo y el Trasvase Tajo‑Segura (Moreno Nieto, 1978).

1965. Crisis del abastecimiento de Madrid. Relevo en el Ministerio de Obras Públicas. Desarrollo del AMSO

En 1965 se produjeron restricciones en el abastecimiento de Madrid, en una situación que venía arrastrándose de los años 40. A continuación, se copia un fragmento de la publicación de carácter divulgativo Canal de Isabel II. Un Canal con mucha historia (Canal Educa. Canal de Isabel II, 2012), del Canal Educa del Canal de Isabel II, explicando la situación de esos años:

Madrid crece rápidamente de Canal de Isabel II. Un Canal con mucha historia (Canal Educa. Canal de Isabel II, 2012)─

En los años sesenta la población de Madrid se disparó y, en poco tiempo, pasó de 1 500 000 a 2 300 000 habitantes. Este crecimiento inesperado echó por tierra los planes de Canal: el suministro de agua peligraba de nuevo.

A causa de esta explosión demográfica imprevista se crearon ciudades dormitorio y nuevos barrios de manera desordenada y era muy difícil asegurar la llegada del agua a esas zonas residenciales.

Con el aumento de la población, los embalses y canales construidos durante el plan anterior se quedaron pequeños y volvía a temerse el riesgo de los cortes de agua, por lo que se comenzó a buscar una nueva fuente. Mientras, el consumo aumentaba y los embalses se quedaban casi agotados en verano. La solución de emergencia fue usar agua del embalse de Santillana, construyendo otra conducción hasta el Canal Alto, aunque no sería suficiente para cubrir las necesidades.

Hay que volver a los orígenes…

De nuevo, el Lozoya fue el río elegido para construir una nueva presa: El Atazar. Se trataba de un gran embalse que permitiría regular el río por completo y duplicar la cantidad de agua almacenada. Además, se construiría un canal hasta Plaza de Castilla y otros canales al este y oeste para servir al sur de la ciudad, que crecía con rapidez.

El nuevo plan se puso en marcha en 1963, pero no avanzaba por falta de dinero.

Una sequía lo complica todo …

Mientras arrancaban las obras, la situación empeoraba y la población se quejaba: el agua tardaba en llegar a los nuevos barrios, no tenía presión y estaba sucia por los vertidos de urbanizaciones e industrias.

Junto al bajo nivel de los embalses, había otro gran problema para Canal en aquella época: las numerosas averías en la red causaban grandes pérdidas de agua en su recorrido hasta las viviendas. Las viejas tuberías estaban corroídas y se tenían que cambiar por otras de hierro pero, por falta de presupuesto, se reponían con gran lentitud.

La sequía del año 1964 causó nuevos cortes y se volvió a emplear el agua del Manzanares para uso industrial y riego de los grandes jardines, ya que su calidad no era lo suficientemente buena para beberla.

Un nuevo ministro para que vuelva la tranquilidad

Los cortes de agua continuaban y el descontento de la gente no mejoraba, así que se encargó al ministro de Obras Públicas la misión de solucionar estos problemas.

Enseguida inició las obras más urgentes, la construcción de los embalses de Pinilla y El Vellón, y los pozos junto al río Jarama. Se propuso triplicar la capacidad de los embalses, terminar con los cortes de agua y atender mejor a la población.

Para ello puso en marcha el Plan AMSO, que traería agua del oeste de la región aprovechando la presa de Picadas, en el río Alberche. Esta vez, el Gobierno se implicó en el proyecto, y salió adelante

Realmente los problemas no aparecen súbitamente en 1965, ni son propios de los años 60 del siglo XX, como parece colegirse de este texto. Desde la gran sequía de 1945 se venían repitiendo restricciones y cortes en el abastecimiento del agua a la capital, junto con periodos de enturbiamiento de las aguas en las avenidas, como la ocurrida en 1961 que obligó a un vaciado de los embalses (López-Camacho y Camacho, 2002).

Como reacción a la sequía de 1945 se declaró la urgencia de construir la presa de Riosequillo en el río Lozoya, que no entró en servicio hasta 1958. También en 1950 se reactivó la propuesta de principios de siglo, bajo la dirección de Ramón de Aguinaga, de tomar del Jarama y del Sorbe[1], mediante la dedicación del embalse del Vado en el Jarama ─terminándose en esos momentos─ y planteándose la construcción de dos nuevos embalses, que no se han construido, aguas arriba ─Matallana, de 50 hm³─ y aguas abajo ─Bonaval, de 59 hm³─ del embalse del Vado ─53 hm³─, además de una conexión desde el Sorbe (Fernández Izquierdo, et al., 2016).

Detalle de la “Figura 4.110. Plan general del aprovechamiento, alto y medio Jarama” de La presa del Vado y el Canal del Jarama (Fernández Izquierdo, et al., 2016)

La explosión demográfica no era imprevista, planteándose en el Canal de Isabel II escenarios que consideraban poblaciones de diez millones de habitantes, para los que se planteaban soluciones. Una de ellas es la captación de aguas desde el Tajo, aguas arriba de Entrepeñas, con una conducción por gravedad.

Reproducción de la Figura nº18. Tanteos realizados en 1955 para el abastecimiento de Madrid si su población alcanzase 10 millones de habitantes de Pasado y presente del abastecimiento de agua a Madrid (López-Camacho y Camacho, 2002). Sobre el original, en blanco y negro, se ha destacado en rojo la solución definitiva planteada, con toma en el río Tajo aguas arriba de Entrepeñas.

Estos estudios de captar aguas del Tajo se ven reflejados en la Memoria 1946-1950 del Canal de Isabel II[2] o en la conferencia pronunciada en 1956 por José García Augustín en el Círculo de la Unión Mercantil[3].

Es decir, para atender el abastecimiento de Madrid, el Canal de Isabel II estaba contemplando captar agua desde el este, con el recurso a mayor cota. Además, perseguía un par de actuaciones más: la construcción del embalse del Atazar y la adquisición de los aprovechamientos de Hidráulica Santillana en el río Manzanares.

Se produjo un rápido crecimiento urbano, en parte previsto por el Canal de Isabel II, que no fue acompañado de una mejora de las fuentes de suministro y redes, con medidas que no terminaban de concretarse, con diferencias de criterios y prioridades entre el Canal de Isabel II y el Ministerio de Obras Públicas. Era una situación comprome­ti­da, que estalló en 1965. Esta situación motivada por la falta de planificación y de adecuación de las fuentes de abastecimiento e infraestructuras de abastecimiento en la capital de España, se produjo en los años dorados de las obras hidráulicas ─promovidas principalmente por el Ministerio de Obras Públicas─, si bien el fin de éstas era el regadío y la generación hidroeléctrica, desentendiéndose completamente del abastecimiento de la población y de la depuración de sus retornos.

Una consecuencia de esta crisis del abastecimiento fue la destitución fulgurante el 7 de julio de 1965 del ministro de Obras Públicas, el General de Brigada Jorge Vigón Suero-Díaz, que llevaba en el cargo desde 1957. Le sustituyó Federico Silva Muñoz, el “Ministro Eficacia”, ocupando el cargo hasta 1970 e impulsando las obras públicas en general. En el campo de las hidráulicas destacó por la mejora del abastecimiento de Madrid y el ATS. También puso en marcha un Plan nacional de Abastecimientos y Saneamientos, que amplió el abastecimiento en algunas grandes ciudades y planteaba actuaciones de depuración.

Como resumen de su actuación en lo referente al abastecimiento de Madrid, se reproduce un extracto de sus Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993):

El abastecimiento de aguas a Madrid ─de Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993)─

La situación del abastecimiento de aguas a Madrid cuando llegué al ministerio hacía necesarias unas tremendas restricciones de agua, como las que se padecieron entonces, julio de 1965. Mi actuación se encaminaba a la construcción de nuevos embalses y a una solución de urgencia como era la «Solución Oeste» (AMSO); que sería continuada en el futuro con la utilización de las aguas del Alberche y del Tiétar (cinturón de Gredos). Siempre estuve convencido de que la solución final para el agua de Madrid era el macizo de Gredos.

La «Solución Oeste» consistía en el bombeo de agua desde el embalse de Picadas en el Alberche, a través de una tubería de 30 km con una estación depuradora en Majadahonda, lo cual permitió, en el cortísimo plazo de año y medio (julio de 1967) aumentar el abastecimiento de agua a Madrid en 3 m³/segundo. En 1967 Madrid ya no padecía restricciones de agua.

A todo ello tampoco fue ajeno la terminación de los embalses de Pinilla y Vellón, que fueron completados con el recrecimiento de la presa de Manzanares el Real. Pinilla se adjudicó el 21 de diciembre de 1965; el Vellón se adjudicó el 28 de septiembre de 1965; y el recrecimiento de la presa de Manzanares se adjudicó el 17 de mayo de 1968. La capacidad de embalse del Pinilla es de 37,5 hm³ la del Vellón de 41, y el recrecimiento del embalse de Manzanares de 45. Con estas obras, solamente la capacidad de embalse del canal se había incrementado en 123 hm³ o sea, más de un 55% en poco más de tres años.

La obra más importante de toda la historia del Canal de Isabel II fue el embalse de El Atazar. (…) Este hiperembalse fue adjudicado por mí el 22 de septiembre de 1965 y terminado por Fernández de la Mora el 19 de julio de 1972. Su capacidad de embalse es de 425,7 hm³. Piénsese que con el consorcio de empresas que la ejecutaron, esta presa de 141 metros de altura y 370 metros de longitud se construyó en menos de seis años, teniendo en cuenta que poner en ritmo de trabajo una obra de éstas cuesta más de un año. Reitero mi reconocimiento al director general de Obras Hidráulicas, Virgilio Oñate (q.e.p.d.) y a todos los excelentes funcionarios del Ministerio de Obras Públicas y del Canal de Isabel II, que tanto trabajo e interés pusieron en la realización de estas obras.

En resumen, el Canal tenía en 1965, 223,4 hm³ de capacidad de embalse, lo que había conseguido en más de un siglo; en 1972 la había incrementado, sólo con las obras descritas y sin contar con la «Solución Oeste», que como queda dicho puede aportar 3 m³/segundo al abastecimiento de Madrid, en 549,S hm³, o sea en siete años la capacidad de embalse creció en un 240 %. Respecto a lo efectuado después de estos años, según la información que he podido encontrar en los medios de comunicación, creo que se ha hecho muy poco o casi nada. Y esto es grave, porque había que haber continuado construyendo el cinturón de Gredos, pensando en año 2000 para el abastecimiento de agua de Madrid, y no olvidar las angustiosas sequías que periódicamente padecemos.

Aunque no pertenezcan al abastecimiento de agua a Madrid conviene recordar que para abastecer el agua a los pueblos de sierra, problema que tanto incide en Madrid, en mi época se construyeron los embalses de La Jarosa con 7 hm³, Navalmedio con otros 7, y Navacerrada con 11 hm³, en total 25 hm³. (…)

Estas líneas, escritas por el propio Silva Muñoz, resumen la mejora en el aumento de los recursos hídricos para el abastecimiento de Madrid. Se multiplicó por 2,4 su capacidad de almacenamiento, además de establecer un bombeo desde el Alberche. Adicional­men­te, unos años después, en 1975, se pone en servicio el último gran embalse, el de Valmayor, con 124 hm³ de capacidad sobre el río Aulencia, pero regulando caudales del Guadarrama por la derivación desde el Azud de las Nieves. Realmente, como se refleja también en este extracto, poco se ha realizado desde entonces para aumentar la capacidad de abastecimiento de la capital, a pesar del incremento de población[4].

La solución pasó por regular al máximo los recursos hídricos cercanos a Madrid (Lozoya, Guadalix, Manzanares) e iniciar lo que se denomina AMSO (Abastecimiento de Madrid Solución Oeste) con la elevación del Alberche, la regulación del Guadarrama y la captación de aguas de Gredos. Un esquema de esta solución se reproduce en la Figura 284, copiada del artículo publicado en 1972 en la Revista de Obras Públicas Abastecimiento de agua al área metropolitana de Madrid (García Augustín, 1972).

Esquema del abastecimiento de Madrid y previsión de su ampliación, tomado del artículo Abastecimiento de agua al área metropolitana de Madrid (García Augustín, 1972)

Esta concepción del abastecimiento de Madrid se refleja en la Memoria del Antepro­yect­o general de aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España -complejo Tajo-segura (Martín Mendiluce & Pliego González, 1967), del que se reproduce un fragmento:

De la Memoria del Anteproyecto general de aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España ─Complejo Tajo-segura─ (Martín Mendiluce & Pliego González, 1967)

III.1.4.1. El abastecimiento de aguas a Madrid

El abastecimiento de Madrid, se ha venido desarrollando a lo largo del tiempo, en forma lógica y natural, aprovechando primeramente los recursos hidráulicos más próximos, cuyo programa de regulación alcanza límites muy superiores a los que hubiesen permitido, de forma económica, cualquier otro uso del agua. Siguiendo este criterio, a principios de la década de 1950, se completó la reserva al Canal de Isabel II de recursos hidráulicos de la cuenca del Jarama en cuantía aproximada de 600 hm³/año (algo menos del doble de lo que se viene consumiendo hoy en día). Este volumen de reserva resulta adecuado, si se tiene en cuenta la fecha en que se formuló, pues en aquel entonces el consumo de Madrid era de unos 4 m³/s (120 hm³/año), y las previsiones realizadas para el futuro situaban el consumo para el año 2000 en unos 20 m³/s (630 hm³/año). Este plazo era suficientemente dilatado para no pensar, en aquella fecha, en la necesidad de disponer de recursos hidráulicos de otras cuencas.

Sin embargo la evolución verdaderamente espectacular de la capital de España ha dejado cortas todas las previsiones de consumo realizadas, no sólo las que hemos reseñado, sino las que sucesivamente se han ido estableciendo, poniéndose cada vez más de relieve la necesidad de buscar nuevos recursos hidráulicos que complementasen los propios reservados.

Dado el volumen necesario previsible. para el futuro (800-1000 hm³/año) existían dos posibles fuentes de importancia suficiente para resolver el problema: el macizo de Gredos y sus estribaciones de la Sierra de Guadarrama, y la Cabecera del Tajo.

La solución se inclina a favor de la primera de las fuentes, por las siguientes razones:

  1. Los recursos de la cabecera del Tajo. están mucho más alejados de Madrid y a menor cota que los de Guadarrama y Gredos.
  2. La calidad de las aguas de estas procedencias es muy superior que las del Tajo.
  3. El volumen de los recursos aprovechables de Gredos es superior al de la cabecera del Tajo y, por lo tanto, el suministro de Madrid puede garantizarse a plazo más dilatado.
  4. El aprovechamiento de los recursos del oeste de Madrid puede hacerse por fases sucesivas y escalonadas, a medida de las necesidades, cosa que no ocurre con los recursos procedentes de la cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía).

En virtud de las razones anteriores se adoptó la solución Oeste para suplementar los recursos propios de la cuenca del Jarama con destino al abastecimiento de Madrid, decisión racional desde el punto de vista hidrográfico, pues permite una traslación Oeste-Este de parte de los importantes excedentes que arroja el balance hidráulico global de la cuenca del Tajo, para situarlos en el tramo medio del río una vez cumplido su fin de abastecimiento. Aun cuando la solución del abastecimiento de Madrid está en el Oeste por razones independientes del aprovechamiento conjunto Tajo-Segura que se propone, es evidente la importancia de esta correcta decisión, pues la adopción de la de la cabecera del Tajo, hubiese hipotecado este aprovechamiento, que presenta objetivos del mayor interés nacional.

De los estudios realizados hasta el momento, puede concluirse que es factible situar en Madrid 900 hm³/año procedentes del Oeste, distribuidos de la siguiente forma:

Tiétar 400 hm³/año
Alberche 400 hm³/año
Guadarrama 100 hm³/año
Total 900 hm³/año

Este volumen de agua es suficiente para hacer frente al déficit futuro previsto (840 hm³/año).

Sin embargo, si en el futuro es necesario, puede agotarse todavía más la aportación del Alberche y Tiétar, y acudirse a la vertiente Norte de Gredos trasvasando al Tajo aguas del Duero en la medida que precise el abastecimiento de Madrid.

En la actualidad el aprovechamiento de recursos hidráulicos del Oeste para el abastecimiento de Madrid se ha realizado en su primera fase urgente desde el río Alberche que permite incorporar a la capital unos 4 m³/s (120 hm³/año), cumpliéndose así la razón d) antes expuesta.

De esta forma el déficit de 102 hm³/año para 1972 previsto en el balance, si se cumplen las actuales hipótesis del crecimiento de consumo de Madrid, queda subsanado.

Sin embargo antes de 1972 habrá de terminarse algún otro aprovechamiento, que permita cierta holgura en la garantía del suministro. Está programado realizar a muy corto plazo la segunda fase del aprovechamiento de los recursos hidráulicos del Oeste, consistente en la regulación de los excedentes de los ríos Guadarrama y Aulencia, que permitirán incorporar a la red de distribución los 100 hm³/año antes citados.

De esta solución oeste se han hecho efectivas la regulación del Guadarrama (embalse de Valmayor en su afluente Aulencia, con derivación desde el Guadarrama en el azud de las Nieves) y el bombeo desde el Alberche, pero los recursos obtenidos son del orden de la mitad de los 500 hm³/año que se consideraron en los años 60 del siglo XX. Del Tíetar no se obtiene ninguno, estando fuera de toda previsión en la actualidad la opción de construir numerosas presas en las gargantas del Tiétar con una arteria colectora hacia Madrd. Tampoco hay planteado ningún trasvase desde el Duero para el abastecimien­to a Madrid.

Afortunadamente, tampoco se cumplen las predicciones que había del volumen demandado por Madrid (800-1000 hm³/año frente a unos 500 hm³ derivados anual­men­te[5]). Este desfase no se debe a un menor crecimiento de la población, sino a la dota­ción (consumo por habitante) que se consideraba respecto a la real actual.

Lo que es de destacar es que, en la solución dada al abastecimiento a Madrid, no se miró hacia al este, con mayor cota y menos competencia por el recurso dentro de la cuenca ─como se planteaba desde el Canal de Isabel II en los años 50─, sino al oeste. Una solución que en el anteproyecto del ATS se pretende vestir con un criterio técnico, que en la práctica está condicionando la gestión del Tajo. Con el paso del tiempo cabe preguntarse si esta decisión de mirar al oeste para el abastecimiento de Madrid tomada en 1965 estuvo condicionada por la idea del ATS, que ya estaba bastante desarrollada y avanzada un par de años antes, en 1963. En ese sentido, la frase “la adopción de la de la cabecera del Tajo, hubiese hipotecado este aprovechamiento [por el ATS], que presenta objetivos del mayor interés nacional”, incluida en el fragmento reproducido de la memoria del anteproyecto del ATS, parece indicar que la posibilidad del ATS condicionó la solución dada al abastecimiento de Madrid.

Bibliografía

Canal de Isabel II, 2017. Informe Anual 2016, Madrid: Canal de Isabel II.
Disponible en: www.canaldeisabelsegunda.es/es/galeria_ficheros/Info_accionistas/InformesAnuales/InformeAnual2016_ES.pdf

Canal Educa. Canal de Isabel II, 2012. Canal de Isabel II. Un Canal con mucha historia. 2012 ed. Madrid: CanalEduca.
Disponible en: www.canaleduca.com/wp-content/uploads/2015/08/Un-Canal-con-mucha-historia1.pdf

de Aguinaga, R., 1915. Canal de Isabel II. Revista de Obras Públicas, 1915, 63, tomo I (2072) y 1915, 63, tomo I (2074)(2072 y 2074), pp. 287-292 y 311-316.
Disponible en: ropdigital.ciccp.es/pdf/publico/1915/1915_tomoI_2072_02.pdf y ropdigital.ciccp.es/pdf/publico/1915/1915_tomoI_2074_02.pdf

Fernández Izquierdo, F., Alloza Aparicio, Á. & Moreno Díaz del Campo, F. J., 2016. La presa del Vado y el Canal del Jarama. 2016 ed. Madrid: Fundación Canal. canal de Isabel II.
Disponible en: www.fundacioncanal.com/publicaciones/presavj2/files/assets/common/downloads/publication.pdf

García Augustín, J., 1972. Abastecimiento de agua al área metropolitana de Madrid. s.l.:Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Disponible en: ropdigital.ciccp.es/pdf/publico/1971/1971_tomoI_3080_06.pdf

López-Camacho y Camacho, B., 2002. Pasado y presente del abastecimiento de agua a Madrid. En: Fundación Canal de Isabel II, ed. La ingeniería del agua en España en el siglo XIX. Madrid: Fundación Canal de Isabel II, pp. 143-212.

Martín Mendiluce, J. M. & Pliego González, J. M., 1967. Anteproyecto general del Acueducto Tajo-Segura, Madrid: Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Obras Hidráulicas.

Silva Muñoz, F., 1993. Memorias políticas. marzo de 1993 ed. Barcelona: Editorial Planeta, S.A..


[1] Por ejemplo, reflejado en sus artículos en la Revista de Obras Públicas sobre el Canal de Isabel II en 1915 (de Aguinaga, 1915).

[2] «(…) y con objeto de buscar grandes caudales, debemos buscarlas en el río Tajo (…). Demostrada la necesidad de acudir al río Tajo para cuando la población de Madrid sobrepase en número de habitantes al doble del actual ─es decir, más de 3 millones─ resumiremos los diferentes tanteos realizados (…)». Copiado de (López-Camacho y Camacho, 2002)

[3] «(…) Más allá aún un posible embalse de 400 hm³ en el Tajo añadiría 10,5 m³/s para tres millones más de habitantes (…)». Copiado de (López-Camacho y Camacho, 2002)

[4] Haciendo un inciso en este momento histórico, se relacionan las tres principales medidas posteriores para incrementar los recursos de abastecimiento a Madrid:

  • Incrementar la capacidad de bombeo desde el Alberche hasta 220 hm³/año.
  • Campo de pozos del Guadarrama, como recurso estratégico en caso de sequía, que permite incorporar unos 60 hm³ en un año, pero debiendo dejar tiempo posteriormente para la recuperación del acuífero.
  • Planta con membranas de ósmosis inversa en Colmenar de Oreja, captando agua desde el Tajo, hasta 60 hm³/año. Su funcionamiento hasta el momento ha sido testimonial, si bien rompe con el concepto de la solución AMSO y capta recursos de la cabecera del Tajo.

[5] Según el Informe Anual 2016 (Canal de Isabel II, 2017), los volúmenes derivados fueron: 541 hm³ en 2011, 525 hm³ en 2012, 497 hm³ en 2013, 493 hm³ en 2014, 498 hm³ en 2018 y 491 hm³ en 2016.

1963. Inauguración de Cenajo y Camarillas

En junio de 1963 se inauguraron con toda pompa los embalses del Cenajo y Camarillas en el Segura, con presencia del Jefe de Estado. En ese contexto, en unos momentos de descanso, se le expuso la concepción del ATS, según se encuentra documentado en el escrito Yo fui testigo de excepción (Llácer Barrachina, 2001), publicado en el boletín La Voz del Colegiado del Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos, que se reproduce a continuación:

YO FUI TESTIGO DE EXCEPCIÓN (Llácer Barrachina, 2001) (publicado en La Voz del Colegiado, del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en junio de 2001)

Justo Llácer Barrachina

Colegiado nº 601

Se iban a inaugurar oficialmente, el 6 de junio de 1963, las presas de Cenajo (en el límite de las provincias de Murcia y Albacete) y la de Camarillas (en la provincia de Albacete).

La noche anterior, 5 de junio, un deslumbrante acto sonoro (actualmente denominado espectáculo de luz y sonido) titulado “El Río emplazado” y que protagonizaron “El Río”, “La Razón” y “La Huerta” se completó con un castillo de fuegos artificiales en la coronación de la presa de Cenajo, que por azares del destino coincidió con el de las bulliciosas aguas del Segura vertiendo por el aliviadero de superficie acompañada de una espléndida noche de plenilunio.

Fueron los actos previos a la inauguración que atestiguan que Rafael Couchoud Sebastiá, el extraordinario Ingeniero de Caminos promotor y alma de esta presa, era valenciano de pro y al que debo eterna gratitud por los consejos que me dio tanto personal como profesionalmente.

Terminado este festejo tuvo lugar una importante reunión en la casa de la Administración en la que Franco permitió, por primera vez, que se le expusieran las ideas básicas sobre el trasvase del Tajo al Segura.

Frente a una improvisada pizarra y unos trípodes que soportaban blocs de hojas de gran tamaño para exponer gráficamente la conferencia, se sentaban en un sofá Francisco Franco y el Marqués de Suanzes, que era Presidente del INI. Importantes personalidades políticas y técnicas pudieron oír la gran conferencia que sucesivamente expusieron los Ingenieros de Caminos: Florentino Briones, Director General de Obras Hidráulicas; Rafael Couchoud Sebastiá, Subdirector General de Obras Hidráulicas y nuestro compañero del Centro de Estudios Hidrográficos José María Pliego Gutiérrez.

De entre las personalidades presentes recuerdo a Jorge Vigón Suerodíaz, Ministro de Obras Públicas; Gregorio López Bravo, Ministro de Industria; Almirante Nieto Antúnez, Ministro de Marina; José Sirvent, Director General del INI; Miguel Hernández Cruz, Gobernador Civil de Albacete; Antonio Luis Soler Bans; Gobernador Civil de Murcia; Conde de Casa Loja, Jefe de la Casa Civil de Su Excelencia; Rodolfo Urbistondo, de la Dirección General de Obras Hídraúlicas; José Brugarolas Albadalejo, Inspector General del MOP. Por la Confederación Hidrográfica del Segura Luciano de la Calzada, Presidente; Enrique Albacete Ayuso, Director; Emiliano Saizar Irarzabal, Comisario de Aguas; Luis de la Cierva y Gómez-Acebo, Jefe de Sección; Justo Llácer Barrachina, a la sazón Ingeniero encargado de las dos presas a inaugurar; José Saura Maurandi, ayudante en el Cenajo.

Por parte de la empresa constructora Coviles: José Torán Peláez, Presidente, Enrique Carrasco Gadea, Director general y José Rocher Burguera, Ingeniero director de las obras por parte de la contrata.

La exposición fue tan detallada, clara y brillante y los beneficios que proporcionaría tan considerables que Franco ordenó que se iniciaran de inmediato los trabajos y estudios precisos para que el trasvase Tajo-Segura se convirtiera en una realidad, como así ha sido.

Quiero destacar una anécdota. Debían ser sobre las 23 horas cuando desde el fondo del salón se oyó una voz clara y fuerte que dijo: “Excelencia es ya hora de retirarnos”. Ante el lógico susurro que se produjo dijo: “Si quieren exponer más detalles o completar la exposición realizada pidan audiencia en El Pardo y allí la podrán continuar”. Franco giró levemente la cabeza y dijo “Un momento nada más”. Pasado un breve espacio de tiempo se levantó el Jefe del Estado dando por terminada la reunión. Murcia y las vegas del Segura habían, por fin, conseguido el tan anhelado trasvase.

NOTA: Los muchos años transcurridos, y a pesar de la atención prestada al acto, es posible que algunos detalles no sean totalmente acordes con lo sucedido, aunque el conjunto sí que lo es.

Quiero indicar que de todos los asistentes al acto sólo quedamos tres, el que suscribe y los compañeros José María Pliego y José Rocher que han tenido la amabilidad de apoyar este escrito.

El escrito cuenta que a Franco le gustó la idea y “ordenó que se iniciaran de inmediato los trabajos y estudios precisos para que el trasvase Tajo-Segura se convirtiera en una realidad”.

También se hace una referencia a esta presentación del proyecto en la noticia Treinta mil personas aclaman al Jefe de Estado en Albacete (ABC, 1963).

Bibliografía

ABC, 1963. Treinta mil personas aclaman al Jefe de Estado en Albacete. ABC, 6 6, p. 41.
Disponible en: hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1963/06/06/041.html

Llácer Barrachina, J., 2001. Yo fui testigo de excepción. La Voz del Colegiado. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 239/JUNIO/2001(239), pp. 11-12.
Disponible en: www.ciccp.es/webantigua/rop/boletin/151/Voz.pdf#page=3

1960-1964 Balance Hidráulico Nacional

En 1960 se refunda el Centro de Estudios Hidrográficos, siendo una de sus primeras y principales tareas el cálculo del Balance Hidráulico Nacional. Es decir, determinar por cuencas la diferencia entre aportaciones y consumos. La principal finalidad, y obvia, es su aplicación al estudio de transferencias intercuencas, como es el caso del ATS.

En el artículo Centro de estudios hidrográficos (Urbistondo Echeverría, 1963) publicado en la Revista de Obras Públicas, el autor ─Secretario General del Centro de Estudios Hidrográficos en ese momento─, a la hora de describir las tareas de las Sección de Planificación, escribe: “Lleva muy adelantados los trabajos conducentes a la definición técnica y económica del trasvase de un importante volumen de aguas de la cabecera del río Tajo a Levante”.

En el Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967)  se dedica el capítulo I al desequilibrio hidráulico peninsular y el II a su corrección, reflejo de los trabajos del balance hidráulico nacional. A continuación, se reproduce minimizado el plano 1 del citado documento, en el que se refleja el resultado del balance.

Contenido del Plano 1-Balance hídrico por cuencas, de Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura (Martín Mendiluce & Pliego Gutiérrez, 1967)

Así, puede decirse que el Centro de Estudios Hidrográficos está estrechamente vinculado al ATS. Se fundó para dar soporte a los trabajos del trasvase desde el Tajo al Levante. En su refundación, entre sus primeras tareas se encuentra de nuevo el trasvase desde el Tajo al Levante. Continuado después con el anteproyecto, proyecto y diversos trabajos de análisis del funcionamiento de la infraestructura.

Bibliografía

Martín Mendiluce, J. M. & Pliego Gutiérrez, J. M., 1967. Aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España. Complejo Tajo-Segura. 1 ed. Madrid: Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Obras Hidráulicas.

Urbistondo Echeverría, R., 1963. Centro de estudios hidrográficos. Revista de Obras Públicas, 2981(2981), pp. 583-585.
Disponible en: ropdigital.ciccp.es/detalle_articulo.php?registro=16716&anio=1963&numero_revista=2981

1962. Informe del Banco Mundial de Reconstrucción y Fomento

La idea de la necesidad de incrementar la producción agrícola para compensar la balanza de pagos se ve reforzada por un informe sobre la situación económica española realizado el Banco Mundial de Reconstrucción y Fomento en 1962. Dedica una especial atención a la política agraria, propugnando el fomento de los regadíos “entre Castellón y Gibraltar” ya que “la expansión de los riegos debe estar limitada únicamente por la amplitud del mercado, principalmente extranjero, de las cosechas de alto valor”.

Como se puede apreciar en la siguiente figura, el peso de la agricultura en la economía española en el siglo XX estaba bajando desde 1950.

Reproducción del Gráfico 17.2. Composición por grandes sectores productivos del PIB al coste de los factores, a precios corrientes, 1850-2000 (porcentaje). Tomada del capítulo Renta y riqueza de la publicación de la Fundación BBVA Estadísticas históricas de España. Siglos XIX y XX (Carreras, et al., 2005)

Pero no es cuestión de valorar ahora, con el ventajismo que da el paso del tiempo, la idoneidad de la evaluación del Banco Mundial de Reconstrucción y Fomento, sino simplemente reflejar que se produjo, y que tuvo influencia en la política de la época, reforzando la necesidad de incrementar la superficie de regadío en el Sureste.

Bibliografía

Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. España. Oficina de Coordinación y Programación Económica, 1962. Informe del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. El desarroollo económico de España, Madrid: Documentación económica (Oficina de Coordinación y Programación Económica).

Carreras, A., de la Escosura, L. P. & Rosés, J. R., 2005. Renta y riqueza. En: A. Carreras & X. Tafunel, edits. Estadísticas históricas de España. Siglos XIX y XX. Bilbao: Fundación BBVA, pp. 1297-1376.
Disponible en: www.fbbva.es/wp-content/uploads/2017/05/dat/DE_2006_estadisticas_historicas.pdf#page=1296

1960. Publicación de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia

En 1960 se publica el informe Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960). Se trata de un documento de casi 500 páginas en el que se describen y analizan las posibilidades de desarrollo de distintas actividades productivas en la provincia de Murcia.

Al capítulo agrario se le dedica una considerable extensión. Plantea el incremento de las transformaciones en regadío, para lo que es necesaria la idea del Trasvase. Traspone en gran medida el contenido de la ponencia de 1953, si bien en las conclusiones introduce un par de aportaciones nuevas: se decanta definitivamente por el trasvase desde el Tajo e introduce el criterio de priorizar los regadíos de Murcia sobre los de Toledo, en línea con lo postulado en El regadío murciano problema nacional (abordado en la entrada 1959. Publicación de El regadío murciano, problema nacional).

Supone por tanto un cambio importante de la concepción, pues si bien en 1953 se pedía el trasvase de sobrantes, sin perjudica los legítimos intereses de la cuenca cedente, en 1960 los servicios centrales del Sindicato plantean directamente la prioridad del desarrollo del regadío murciano respecto al toledano. Coincide en el tiempo en que pierde fuerza la opción de regar con aguas reguladas en Entrepeñas terrenos de Toledo y Cáceres. Desconocemos si hay relación entre estos hechos o es mera casualidad.

Otro aspecto importante es el salto a la escala nacional de la petición, como se aprecia claramente en los dos últimos párrafos de la conclusión del apartado dedicado al regadío, que se reproducen a continuación:

Extracto del informe Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)

De todo lo expuesto se desprende, sin lugar a dudas, que dado lo limitado de los recursos hídricos de la cuenca del Segura, y el alto aprovechamiento de que son objeto los recursos en esta cuenca, constituye un problema nacional de indudable trascendencia el buscar solución al importante problema de encontrar las aguas necesarias.

Indudablemente fue un hombre ajeno a Murcia, don Manuel Lorenzo Pardo, el que adelantándose al momento presente en que los recursos de la cuenca están llegando a su aprovechamiento límite, sugirió a la opinión nacional la transcendental empresa del trasvase, pero también es justo destacar, y a ello no nos mueve ningún pequeño celo de tipo corporativo, que fue la Organización Sindical murciana la que, en 1953, en anterior pleno del Consejo Económico, volvió a tomar en consideración este importante proyecto, y con ello realizó una valiosa aportación para la solución de un problema que hoy está en un primer plano nacional.

Un año más tarde, en 1961, se publica Perspectivas de la economía murciana (Consejo Económico Sindical Nacional ─Gabinete técnico─, 1961). Con una concepción más divulgativa que Estructura y posibilidades de desarrollo econó­mico de Murcia, incorpora las propuestas de ésta. En el caso de los regadíos se repite la propuesta del trasvase y la mayor rentabilidad de la transformación en regadío en Murcia que en Toledo.

Bibliografía

Consejo Económico Sindical Nacional ─Gabinete técnico─, 1961. Perspectivas de la economía murciana. 1961 ed. Madrid: Consejo Económico Sindical Nacional .

Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960. Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia. 1 ed. Madrid: Consejo Económico Sindical Nacional.

1959. Publicación de El regadío murciano, problema nacional

Descripción del estudio

El estudio El regadío murciano, problema nacional (de Torres Martínez, et al., 1959 ─1ª edición─, 1961 ─2ª edición─)[1], publicado en 1959, plantea la necesidad del trasvase desde el Tajo para fomentar el desarrollo del regadío en Murcia, enfocándolo principalmente hacia las exportaciones para equilibrar la balanza de pagos o saldo importación/exportación[2]. El contexto es un cambio de modelo económico, en el cambio de la autarquía al comienzo del aperturismo, con una serie de fuertes ajustes sociales y económicos.

Gráfico 6 de El regadío murciano, problema nacional (de Torres Martínez, et al., 1959 ─1ª edición─, 1961 ─2ª edición─)

El estudio fue dirigido por Manuel de Torres Martínez[3] , catedrático de teoría económica de la universidad de Madrid, académico de Ciencias Políticas y consejero de Economía Nacional, con la colaboración de Gonzalo Arnáiz Vellando, José García de Andoain Pinedo, José Joaquín Arias Quintana y Agustín Cotorruelo Sendagorta.

El punto de partida del estudio cosiste en comparar los rendimientos brutos de secano y regadío por hectárea de seis provincias, representativas de diversas cuencas. Posteriormente calcula la diferencia, que representa el rendimiento que se gana por cada hectárea de secano que se transforma en regadío. Los resultados de esta comparación se muestran con claridad en el gráfico 6 del estudio (reproducido en la Figura 279).

En los resultados del estudio, el mayor rendimiento bruto de regadío, y a la vez el menor del secano, se da en la provincia de Murcia, de manera que la diferencia ─el incremento del rendimiento bruto de la transformación del secano al regadío─ es mayor en Murcia que en cualquiera de las otras cinco provincias estudiadas.

Por tanto, en una política tendente a maximizar la producción para su exportación, el estudio postula el mayor interés en transformar el secano a regadío en Murcia, que presenta con diferencia el mayor incremento de rendimiento bruto. El problema para hacerlo realidad es la escasez de recursos hídricos, para lo que se plantea retomar la idea de Manuel Lorenzo-Pardo del trasvase desde el Tajo, con una finalidad similar en cuento a su finalidad ─aumentar las exportaciones─, pero difiriendo en el alcance, que pasa de ser todo el levante a la provincia de Murcia, pues tienen grandes zonas para poner en regadío que repercute en menores costes de transformación. Como razonamiento lateral, el cálculo del rendimiento bruto de la transformación en regadío en Murcia es casi el doble del calculado para la provincia de Toledo, planteando la reducción de los planes de transformación en regadíos en Toledo para aumentar los de Murcia[4].

El estudio no es ajeno a las prevenciones sobre un trasvase desde el Tajo que figura en el PGOP1940, dedicando bastante espacio a intentar justificar que estaban ya superadas.

Comentarios

Se trata de un trabajo de envergadura, con multitud de tablas, gráficos y estadísticas. Una labor encomiable en unos tiempos sin las facilidades que da la informática hoy en día. Se trata de un trabajo finalista, no escondido, expuesto en el título.

A pesar de la complejidad numérica que maneja, no contempla el problema en su globalidad, dejando al margen conceptos como la imputación del coste de la infraestructura o los aspectos económicos sociales en la cuenca cedente. Tampoco tiene en cuenta, aunque era algo habitual en el momento del estudio, la afección ambiental.

Lo justifica en un contexto de perentoria necesidad de incrementar la producción y las exportaciones de manera inmediata, para equilibrar la balanza comercial, sin tener en consideración el tiempo que se tarda en tener la estructura operativa y en funcionamiento. Así, cuando las aguas del Tajo empiezan a llegar al Segura veinte años después el escenario económico y político era muy diferente. Este ventajismo histórico no ha de entenderse tanto como una crítica al trabajo de otro tiempo, sino como una reflexión general sobre las concepciones de las grandes obras.

Cierto que son conceptos difíciles de cuantificar, pero ello no significa que carezcan de importancia o que no existan. Con toda seguridad, si se hubieran tenido en cuenta en el momento de realizarse el estudio, las recomendaciones hubieran sido distintas, en el sentido en el que hubiera sido preferible desarrollar regadíos menos rentables, pero cerca del origen del agua y con mucho menor tiempo de puesta en funcionamiento, logrando además un desarrollo económico en provincias que presentaban en ese momento PIB per cápita más bajo que en Murcia.

Dejando al margen estos comentarios, se trata de un trabajo con repercusión en su momento, avalado por el prestigio reconocido, especialmente del director del tra­ba­jo, pero también de los colaboradores. Puede pensarse que este estudio ayudó significativamente a que la recuperación de la propuesta del ATS pasara del ámbito de la provincia de Murcia al de los servicios técnicos del Estado.

Bibliografía

ABC, 1960. Obituario de D. Manuel de Torres Martínez. ABC, 30 9, p. 39.
Disponible en: hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1960/09/30/039.html

Calvo García-Tornel, F., 2006. Sureste español: regadío, tecnologías hidráulicas y cambios territoriales. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales, Vol. X, núm 218 (04)(Vol. X, núm 218 (04)).
Disponible en: www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-04.htm

de Torres Martínez, M. y otros, 1959 ─1ª edición─, 1961 ─2ª edición─. El regadío murciano, problema nacional. 3ª edición ─2007─ ed. Murcia: Fundación Centro de Estudios Históricos e Investigaciones Locales de la Región de Murcia.

Zabalza Arbizu, J. Á., 1998. El pensamiento económico de Manuel de Torres Martínez. 1998 ed. Alicante: Universidad de Alicante.
Disponible en: rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/4137/1/Zabalza-Arbizu-Juan-Angel.pdf


[1] En 1964 sus conclusiones guían un informe preparado para la Comisaría del Plan de Desarrollo Económico y Social (Calvo García-Tornel, 2006).

[2] Este enfoque de incrementar las exportaciones agrarias, se ve reflejado en los dos últimos párrafos de la introducción:

«Por estas razones, el plantear en este estudio la ampliación del regadío murciano, no lo hemos planteado como un problema local, aunque afecte y mucho a la Provincia, sino como un problema nacional: la estabilización de la economía española, no puede realizarse sin un aumento de la exportación agraria, y los cultivos de exportación sólo encuentran nuevas tierras en calidad y cantidad en la provincia de Murcia.

En una palabra, el afianzamiento y desarrollo de la economía española, dentro de las directrices actuales, sólo puede lograrse cuando, empleando una imagen gráfica, Murcia se transforme en la Huerta de Europa».

[3] Manuel de Torres Ramírez tuvo prestigio y ascendencia en su época, condecorado con la Orden de Alfonso X el Sabio en 1959. Considerado uno de los introductores del keynesianismo en España, investigó, entre otras cosas, sobre la economía de la agricultura y teorizó sobre la Teoría general del multiplicar, sobre la que además de trabajar y profundizar, se esforzó por difundir en España. Como aplicación práctica de esta teoría, colaboró en los trabajos de la elaboración las primeras tablas Input/Output en España. También dirigió la elaboración de la contabilidad nacional de España a partir de 1954

Un reflejo del reconocimiento alcanzado en vida se tiene en su obituario publicado en ABC:

«Sus ideas sobre política económica, orientados hacia una mayor productividad, se completaban con observaciones sobre el sistema fiscal. Sus múltiples ocupaciones y trabajos, y los análisis teóricos sobre la dimensión óptima de la explotación, provocaron el interés de los estudiosos en materias económicas.

Profundo investigador de las fuentes de riqueza de nuestro país, el doctor De Torres, por sus méritos y sus conocimientos, se había convertido en una prestigiosa figura de la economía española.

Había estudiado en Bolonia, donde se doctoró en Derecho, y también desempeñó el cargo de decano de la Facultad de ciencias Políticas y Económicas de Madrid. Entre otras condecoraciones, había sido distinguido con la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio.” (ABC, 1960)

En la tesis El pensamiento económico de Manuel de Torres Martínez (Zabalza Arbizu, 1998) se muestra una visión amplia de su obra.

[4] De la página 54 de la tercera edición:

«Es indiscutible que para el logro de los objetivos señalados resulta del máximo interés establecer una determinada prioridad para las inversiones d los nuevos regadíos del Levante, ya que, a través de ellas pueden conseguirse mayores producciones para el mercado interior y mayores excedentes exportables que tiendan a corregir primero y eliminar después el desequilibrio del sistema y en especial el que presenta la balanza de pagos.

Un ejemplo puede aclarar estas ideas: supongamos que adoptado un plan de trasvase hacia Levante, quedara afectado el caudal del río Tajo en la cantidad de agua necesaria para regar 100 000 hectáreas en Murcia, cantidad que al desviarse hacia esta provincia obligaría a disminuir los planes reales o potenciales de aprovechamiento de la cuenca natural del Tajo. Suponiendo que las pérdidas por conducción hasta situar el agua en los nuevos regadíos de ambas zonas fueran iguales, es evidente que habría que reducir los planes, por ejemplo en la provincia de Toledo, en otras tantas hectáreas».

Decreto y Orden Ministerial de 1953 y recuperación de la idea del Trasvase

25 de abril de 1953 es la fecha de un Decreto y una Orden Ministerial del Ministerio de Obras Públicas para regular el crecimiento de los regadíos de la cuenca del Segura. Las expectativas que había con la construcción de los embalses del Cenajo y Camarillas eran grandes, con aspiraciones de los propietarios de secanos de transformarlos en regadíos, con la consiguiente revalorización. Pero el potencial de tierras de secano susceptible de transformación era superior a las disponibilidades de agua, tanto la existente en esos momentos como la que se esperaba tras la puesta en servicio de los nuevos embalses. Como la nueva reglamentación marcaba un orden de prioridad en el acceso a los recursos, hubo propietarios de tierras de secano que veían que no iban a poder disponer del agua que requerían, especialmente en el Campo de Cartagena, que quedaba en el último lugar de las prioridades.

Este malestar había caldeado el tema del agua en la provincia, teniendo una importancia especial en el pleno del Consejo Económico Sindical de la provincia de ese año. Se presentó una ponencia, que por su interés y escasa difusión se reproduce íntegramente en la entrada Ponencia de aprovechamientos hidráulicos presentada en el IV Pleno del Consejo Económico Sindical de Murcia (1953). La lectura de esta ponencia clarifica como era la situación en ese momento, describiendo en la presentación que la legislación de eses año había “suscitado los más contrapuestos pareceres”, que parece una forma suave y políticamente correcta de expresar la existencia de tensiones. Se narra con detalle la situación del Campo de Cartagena.

Se plantea como salida la recuperación de las ideas de trasvase que se formularon en la década de los 30, en especial la propuesta por Manuel Lorenzo Pardo[1]. Se presenta como un “fórmula conciliatoria, en la que todos los murcianos se encuentran unidos”. De las trece conclusiones que tiene la ponencia, las tres primeras están relacionadas con el planteamiento del Trasvase:

  1. La primera, de una manera general, describe el potencial de la provincia de Murcia para su transformación en regadíos
  2. La segunda, anticipa lo que es una tarea de grupo de presión o lobby y propaganda a todos los niveles para llevar adelante la idea. Menciona la agrupación de los posibles beneficiarios.
  3. La tercera, que el Ministerio de Obras Públicas estudie las alternativas de trasvase. Se menciona que se trasvasaría el sobrante de los ríos, sin lesionar intereses legítimos.

Así, el año 1953 es importante en la historia del ATS, pudiéndose considerar como el de la reactivación de la idea planteada 20 años antes, si bien con un enfoque distinto. En 1933 se promovió desde el Gobierno central, con la idea de mejorar los regadíos del Levante, con el foco puesto principalmente en Alicante. En 1953 se recupera la idea, pero desde la provincia de Murcia, con el fin de evitar peleas locales por el agua.

Bibliografía

Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953. Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, Murcia: Cámara Sindical Agraria.


[1] Ni en el PGOP1940 ni en esta recuperación de la idea, se menciona como una propuesta de la República, sino que se identifica por sus autores, tanto la propuesta de Manuel Lorenzo Pardo, como las de Félix de los Ríos, los servicios técnicos de la F.E.T. y de la J.O.N.S. o la del Señor Sánchez Cuervo.

En este sentido, la figura de Manuel Lorenzo Pardo estaba bien considerada. En 1943 fue nombrado consejero de Obras Públicas, presidiendo el Consejo desde mitad de la década hasta su jubilación en 1951. Ya jubilado fue nombrado Consultor de las Confederaciones Hidrográficas de España. También se le concedió la Gran Cruz del Mérito Civil. Falleció en agosto de 1952 (Marcuello, 1990); un año antes de que se recuperara su propuesta de trasvase.

Ponencia de aprovechamientos hidráulicos presentada en el IV Pleno del Consejo Económico Sindical de Murcia (1953)

Introducción

En esta entrada se reproduce la Ponencia de aprovechamientos hidráulicos (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953) presentada en el IV Pleno del Consejo Económico Sindical de Murcia celebrado entre el 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1953.

Portada de la edición de la Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, de diciembre de 1953, editada por la Cámara Oficial Sindical Agraria de Murcia
Portada de la Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, de diciembre de 1953, editada por la Cámara Oficial Sindical Agraria de Murcia

El motivo de reproducirla es, al igual que lo expuesto con los extractos del PGOP1940, es porque no es un documento fácilmente accesible, a la vez que se trata de un documento clave para entender la génesis del ATS.

Esta ponencia es presentada a finales de 1953, año en el que se promulgaron el Decreto y Orden Ministerial de 25 de abril de 1953, un intento de ordenar la asigna­ción del recurso en la cuenca del Segura que “había suscitado los más contrapues­tos pareceres”, como se indica en la pre­sen­ta­ción de la ponencia.

El texto de la ponencia al que se ha tenido acceso corresponde a un folleto de unas 28 páginas más portada, editado por la Cámara Oficial Sindical Agraria” e impreso por la “Editorial La Verdad”, S.A. – Murcia. No figura en el mismo su fecha de impresión, pero se deduce que debió ser en con posterioridad al 25 de junio de 1954, a tenor del contenido de las dos notas a pie de página que se incluyen, dando información sobre actuaciones posteriores a lo planteado en la ponencia que afectan a alguna de sus conclusiones.

Como se recoge en el folleto, la presidencia, vicepresidencia y secretaría general correspondió a:

  • PRESIDENTE: Sr. Don Antonio Luis Soler y Bans.
  • VICEPRESIDENTE: Sr. Don· Antonio Gómez J. de Cisneros.
  • SECRETARIO GENERAL: Sr. Don Félix Romojaro Sánchez.

Y la ponencia fue confeccionada por:

  • PRESIDENTE: Ilmo. Sr. Don Ramón Burilo Auger. ·
  • VOCALES:
    • Sr. Don Carlos Iglesias Segas.
    • Sr. Don Diego Ródenas Fontcuberta.
    • Sr. Don Joaquín Payá Navarro.
    • Sr. Don José Sánchez Banegas.
    • Sr. Don Daniel Ayala Guillén.
    • Sr. Don Adrián Viudes Guirao.
    • Sr. Don Miguel Hernández Gómez.
    • Sr. Don Joaquín Navarro Corominas.
    • Excmo. Sr. Don Antonio de Urbia y Melgarejo (Marqués de Bozalejo)
    • Sr. Don Francisco Juárez Montegrifo.
    • Excmo. Sr. Don José Pérez Mateos.
    • St. Don Emilio Ordóñez Márquez.
    • Sr. Don Isidro Vivancos.
    • Sr. Don José M.ª Guillamón Pascual de Riquelme.

A continuación, se reproducen los apartados de la presentación, contenido de la ponencia, conclusiones, los mapas y un epígrafe que recopila las dos notas al pie que refieren actuaciones posteriores. Sobre los mapas, se ha de advertir que son sustancialmente con las láminas enlazadas en la entrada Gestación del Acueducto Tajo-Segura (ATS), pero en blanco y negro.

Testo original de la ponencia

Presentación

Durante los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1953, se reunió en Murcia el IV Pleno del Consejo Económico Sindical, en el cual fueron aprobadas 19 Ponencias que previamente habían sido preparadas por Comisiones constituidas al efecto, y que fueron objeto de apasionada discusión especialmente en aquellos extremos que, como el relativo a la cuestión de las aguas, revestían singular interés provincial.

Entre estas Ponencias, la número Vlll se dedicó precisamente al tema, “Aprovechamientos Hidráulicos”, asuntos de singular relieve en la provincia de Murcia, en la que existen considerables secanos susceptibles de ser transformados en regadíos, y que se encuentran en espera del agua vivificadora.

Unos meses antes de la celebración de este Pleno, el Gobierno de la nación, que tan continuado interés viene manifestando por la provincia de Murcia, había dado una trascendental disposición que, por afectar al régimen vigente en materia de agua, habría suscitado los más contrapuestos pareceres. En estas condiciones, resultaba ciertamente difícil tratar en la provincia de Murcia de una Ponencia de Aprovechamientos Hidráulicos, pero como la Organización Sindical murciana, no podía permanecer al margen de asunto de tanta importancia para la, región, ni tampoco podía dejarse arrastrar por parcialidades bien intencionadas en la mayoría de los casos, pero, en definitiva, incompatibles entre sí, fueron orientados los trabajos al estudio de una fórmula conciliatoria en la que se unieran en un solo haz los afanes de los murcianos.

Esta fórmula conciliatoria, en la que todos los murcianos se encuentran unidos, por cuanto ofrecería solución satisfactoria la las aspiraciones de todos los sectores, es la que se recoge en la Ponencia que ahora publicamos, que ha tenido la virtud de concitar en su torno la adhesión de Murcia entera y de sus diversas comarcas, y que, precisamente por ello, constituye la bandera que alza Murcia, no en su peculiar beneficio, sino en aras al interés general, y muy especialmente, al de las zonas del Sureste y Levante español.

Ponencia

La cuenca del Segura tiene una superficie de 14.432 kilómetros cuadrados que se extiende por las provincias de Murcia, Albacete, Almería, Alicante, Jaén y Granada, si bien las dos primeras comprenden el 82 por ciento de la misma. Su régimen hidráulico es sumamente variable, de lo que es buena prueba el hecho de que el año 1924, pasaron por la Estación de Los Almadenses 1.790 millones de metros cúbicos, mientras que en 1932 pasaron solamente 381 millones. No se trata, sin embargo, solamente de una irregularidad interanual; dentro del mismo año los caudales varían sensiblemente, de aquí que los períodos secos se alternen con las lluvias torrenciales que ocasionan las terribles avenidas sufridas por la Vega. Precisamente para evitar los daños extraordinarios de las inundaciones se acudió en esta cuenca, antes que en otras, a la construcción de formidables pantanos, tales como los de La Fuensanta, Talave y Alfonso XIII, que, posteriormente, se emplearon también para la mejora y ampliación de los regadíos.

Entre los caudales extremos de 1924, que fue un año muy lluvioso, y de 1932, que fue muy seco, los atoros practicados en los últimos años parecen demostrar, según se recoge en un trabajo oficial muy caracterizado, que los caudales que circulan por los ríos de la cuenca del Segura no llegan, como media anual, a 700 millones de metros cúbicos. No disponemos en este momento de datos precisos de los consumos para riego en los últimos años, pero aunque sobre este particular las cifras son muy distintas, ya que resulta natural que cada uno haga las estimaciones en función de las que considera conveniencias, generales, cálculos aproximados realizados sobre la base de los aforos practicados por la Confederación en la Estación de los Almadenes de Guardamar por personas muy conocedoras de la cuenca, han llegado a señalar como volumen necesario para abastecer normalmente de agua la Vega del Segura el de 650 millones de metros cúbicos.

Con estas aguas recibe riegos una importante Vega cuya extensión se cifró en 1940, en el Plan General de Obras Públicas (página 198 del tomo segundo), en más de 90.000 hectáreas, de las cuales cerca de 25.000 utilizan elevaciones por no llegar el agua rodada. Existían, además en la cuenca, unas 13.000 hectáreas con riego eventual, bastantes de las cuales se han ido transformando en riegos permanentes, y, finalmente, los aprovechamientos de las aguas subterráneas, las cuales elevaban más de 4.000 litros por segundo, lo que suponiendo una jornada de trabajo de doce horas representaba una elevación de más de 60 millones de metros cúbicos, bien entendido que en esta superficie se comprenden todos los afluentes del Segura, habiéndose cifrado los riegos dominados por los pantanos del Cenajo y Camarillas en el escrito que en concepto de informe al Plan Nacional de Obras Hidráulicas fue presentado por el ingeniero señor Arévalo en 1933, en 54.977 hectáreas.

Claro está que estos datos de superficie regable se han quedado atrás con el transcurso de los años, durante los cuales se han creado miles y miles de tahúllas de nuevo regadío, a base de elevaciones, más o menos regables, pero en definitiva efectivas, de aguas de las acequias o de los azarbes o bien del río directamente. Así, una serie de motores que derivan el agua de la acequia de Churra la Nueva, hacen que no haya caudal sobrante que vaya a enriquecer el azarbe mayor para regar Orihuela, y en Santomera, entre otros muchos puntos, se ha establecido una extensísima zona de regadío a costa del caudal del azarbe mayor. Todo lo cual se ha hecho patente, con signos bien trágicos, durante este verano, en el cual el estiaje ha sido terrible, pese a que en primavera el embalse de los pantanos de la cuenca llegaba a los 180 millones de metros cúbicos

Nos encontramos, pues, ante una cuenca aprovechada hasta el límite y que aún lo podrá ser más cuando se terminen las obras del Cenajo y Camarillas y, especialmente, si por fin se constituye un pantano de cola en la laguna de La Mata. Este último vaso resulta, a nuestra opinión, muy necesario, por cuanto la superficie de la cuenca regulada por los pantanos es de 6.206 kilómetros cuadrados, con lo que el agua que, cae en los otros 8.226 kilómetros cuadrados que quedan sin regular tiene que ir, cuanto menos en parte importante, al mar, aun después de construidos los pantanos del Cenajo y Camarillas.

Frente a este caudal de agua limitada y, por cierto, muy bien aprovechada, los terrenos de secano susceptibles de ser transformados en regadío, representan extensiones considerables. Lorenzo Pardo, en su Plan Nacional de Obras Hidráulicas, hacía una distribución de superficies de nuevo regadío en las distintas cuencas españolas, y al tratar de la del Segura, fijaba para ella una superficie de transformación de 238,000 hectáreas, de las que 37.000 correspondían al Guadalentín, 100.000 al campo de Cartagena, 10.000 a la cuenca del Quípar y 38.000 a la propia Vega del Segura. Don Félix de los Ríos, al informar el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933, como Director de la Confederación del Ebro, dijo que en la cuenca del Segura se pueden mejorar los regadíos y crear nuevos riegos en las siguientes proporciones: 5.000 hectáreas de nuevo regadío y 10.000 hectáreas de riegos mejorados en las cuencas del Vinalopó y el Segura; 40.000 hectáreas de nuevo regadío en los campos de Cartagena, y 15.000 hectáreas de nuevo regadío y 5.000 de riegos mejorados en la cuenca del Guadalentín, igualmente las superficies de posibles riegos que se incluye en el Plan que la Delegación de Servicios Técnicos de Falange en Murcia, presentó sobre riegos de Levante son los siguientes: 2.500 hectáreas de nuevo regadío y 10.500 hectáreas de regadíos mejorados en la cuenca del Segura; 22.000 hectáreas de nuevos regadíos y 5.000 hectáreas de riegos mejorados en la cuenca del Guadalentín y 80.QOO hectáreas de nuevos regadíos en los campos de Cartagena.

Para realizar estas ampliaciones de riegos en la cuenca del Segura, Lorenzo Pardo cifraba las necesidades de agua en 1.712 millones de metros cúbicos; Félix de los Ríos,

630 millones de metros cúbicos del Turia, y 100 millones a regular del Segura, y el Plan de la Delegación de Servicios Técnicos, en 1.120 millones de metros cúbicos. Y como quiera que estos volúmenes de agua tan considerables exceden en mucho de las posibilidades de los ríos de la cuenca del Segura, cuyo caudal medio viene a ser, según decíamos anteriormente, de 700 millones de metros cúbicos, el trasvase de caudales de otras cuencas constituye la clave de la ampliación y mejoras de los riegos en nuestra provincia.

Los planes de trasvase

Aunque cuando se habla de trasvase, el Plan de Lorenzo Pardo es el que llama la atención, existen algunos otros a los que, también, nos hemos de referir, pues elaborados con posterioridad al Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 han corregido determinados extremos, y los defectos que se hicieron patentes en la propuesta del señor Lorenzo Pardo, y, en ocasiones, como en la propuesta del ingeniero señor Sánchez Cuervo, se contienen sugerencias que tienen, necesariamente, que ser tenidas en cuenta en los proyectos futuros.

Propuesta del señor Lorenzo Pardo (Mapa número 1)

En su Plan Nacional de Obras Hidráulicas cifraba, según hemos dicho, en 1.712 millones de metros cúbicos las necesidades de agua de la cuenca del Segura, y sugería, como medio de conseguirlo la utilización de las aguas sobrantes del Mijares, Turia, Júcar y Segura, y ciertas aportaciones de las cabeceras del Tajo y Guadiana. En esta propuesta se proyectaba la construcción de doce pantanos en las cabeceras del Tajo y sus afluentes Guadiela y Gallo, con el fin de regular sus aportaciones y establecer un canal alto, por encima de la cota 1.000, que llevara estas aguas al .Júcar, terminando en un gran salto en este río, aguas abajo del pantano de La Toba, cuya energía pensaba utilizar para la elevación de las aguas del Tajo y Guadiela, en el Canal Bajo, que· asimismo se preveía, cual había de recoger; además, las de los afluentes del Guadiana, Cigüela y Záncara, y las conduciría al pantano de Alarcón, del que partirían los canales de distribución que deberían llevar las aguas a Alicante, Murcia y Almanzora.

Propuesta de don Félix de los Ríos (Mapa número 2)

Para completar los 730 millones de metros cúbicos, que con loas 100 regulados del Segura, necesita la cuenca para ampliar y mejorar sus regadíos, propone, en su informe al Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933, como Director de la Confederación del Ebro, la utilización de algunos caudales del Ebro que se pierden en el mar. Para ello sugería la construcción de una presa de alzas móviles en Cherta, para crear un salto de 22 metros, y como el caudal que lleva este río en aquel lugar pasa, según los datos de que disponía, de los 300 metros cúbicos por segundo, la energía producida la consideraba sobrada para la elevación de 40 metros cúbicos a una altura de 115 metros, lo que, unido a la altitud dcl río en Cherta y a la altura de la presa, la elevación alcanzaría la cota 142 sobre el nivel del mar. Además, en Cherta se derivan los canales para riego del delta del Ebro, con un caudal. entre ambos de 36 metros cúbicos por segundo, y hace caer te caudal desde el nivel del embalse de la presa de 22 metros de altura al de estos canales, dando así lugar a otros nuevos saltos que permitirían elevar un caudal de 10 metros cúbicos por segundo a la Cota 67. Los 40 metros cúbicos por segundo que eleva la Cota 142, los conduce a lo largo del litoral por un canal hasta el Júcar, regando en su curso la superficie prevista de las provincias de Castellón y Valencia, y haciendo a la vez de colector, recoge las aguas sobrantes del Mijares, que repondría gran parte del caudal gastado, y deja en el Turia, al cruzarlo, el caudal que necesitan los ríos de la Vega de Valencia, y, por último, vierte en el Júcar el caudal de 10 metros cúbicos por segundo. Completa esta obra con la construcción de un canal de 10 metros cúbicos por segundo desde el Pantano de Benegebez, en el Turia, que llega al Júcar, y luego deriva de éste hacia la Cota 200 otro canal que conduce los 10 metros cúbicos que han llegado del Turia, más otros 10 metros cúbicos del Júcar, en total 20 metros cúbicos para ser conducidos a regar diversas zonas del litoral de Alicante, aumentar el regadío en la margen izquierda del Segura y después de servir parte de la Vega de Murcia terminar con siete metros cúbicos por segundo en el canal de los campos de Cartagena. Como supone que parte del caudal conducido se aplica a riegos en la Vega Baja del Segura, hace una derivación de caudal en el Pantano del Cenajo que resulta así permutados por los que deja en la Vega del Segura y por un canal los conduce para regar los campos del Guadalentín y el Almanzora.

Propuesta de la Delegación de Servicios Técnicos de Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S. de Murcia (Mapa núm. 3)

Cifra las necesidades de agua en la Cuenca del Segura, a los efectos de realizar las ampliaciones y mejoras de los regadíos antes aludidos, en 1.120 millones de metros cúbicos, los que espera obtener de la siguiente manera: recursos hidráulicos del Mijares, obtenidos por regulación, los fija en 200 millones de metros cúbicos; río Turia, 100 millones de metros cúbicos; río Júcar, le atribuye unos posibles caudales a regular de 500 millones de metros cúbicos. A la Cuenca del Segura, en cambio, la considera completamente agotada y no puede proporcionar caudales para regulación más que 60 a 70 millones de metros cúbicos, y prescinde de ella. El resto de los caudales piensa tomarlos del Ebro, permutando los que necesitan Alicante y Murcia por otros del Turia y del Júcar. Se trata, en realidad, de una modificación del Plan del Sr. Ríos. Así, de los 1.924 millones de metros cúbicos que propone elevar del Ebro no pasa una sola gota a Alicante y Murcia, sino que, lo que hace es retirar 1.669 millones de metros cúbicos que necesitan en el Levante murciano y la zona de la meseta de los ríos Turia y Júcar, para llevarlos allí y sustituirlos en la zona valenciana por los caudales del Ebro. Para ello propone elevar en Cherta un caudal modular de 60 metros cúbicos por segundo. El mecanismo del trasvase es idéntico al del señor Ríos, pero queriendo ampliar la proporción del mismo sugiere elevar el caudal 65 metros más bajo, con objeto que con el mismo caudal del Ebro en Cherta se pueda elevar más agua para riegos.

Propuesta del ingeniero señor Sánchez Cuervo (Mapa núm. 4)

No fija, como los anteriores, la superficie regable o mejorada en sus riegos, sino que se limita a ofrecer posibles soluciones al trasvase de manera que no queden comprometidos los caudales del Júcar en la regulación del Pantano de Alarcón. Así, el trasvase del Tajo, lo concibe sobre las bases de conducir las aguas, no por los canales Alto y Bajo que proponía el señor Lorenzo Pardo, ni conduciendo los caudales del río Júcar, sino llevándolos por otro Canal situado a una Cota unos 100 metros más baja que la del otro canal inferior, el cuál empalmaría en el Colado de Minaya con el que Lorenzo Pardo propone, y pasaría, después de regar el llano de Albacete, a la Cuenca del Segura, a la que aportaría 20 metros cúbicos por segundo. Admite también, la utilización de las aguas del Júcar, para elevarlas a los campos de Alicante y a la huerta de Murcia, pero dichas aguas habrían de recogerse en la desembocadura del río y junto a la Albufera, donde ya no son utilizables para riegos de la Cuenca del Júcar, con lo que se evitarían los pe1igros que para esta Cuenca podría derivarse de la toma de aguas en la cabecera. Finalmente, recoge la posibilidad de levantar en el Ebro una presa de 20 a 25 metros de altura que elevara 30 metros cúbicas por segundo a la Cota 140, pero sugiere que e[ canal de referencia en lugar de terminar en el Turia llegue hasta, las inmediaciones de la Oliva de donde parte el canal que conduce los sobrantes del Júcar al partidor del río Segura en Alcantarilla. Como sugerencia de régimen interior en la Cuenca del Segura, expone que si procedentes del Júcar se· llevan al partidor de Alcantarilla 20 metros cúbicos por segundo, no· sería necesario que el río los aportara a dicho partidor, y sin perjuicio de los regantes a que éste provea de agua, podría derivarse del Segura en su parte superior, conduciéndolo por los canales de Alicante y Cartagena, como propone el señor Lorenzo Pardo.

Juicio crítico

Las propuestas de trasvase de aguas a la Cuenca del Segura, en la manera en que las hemos expuesto, constituyen, más bien, una orientación o punto de partida que proyectos de ejecución acabados, susceptibles de rápida realización. Se necesita, pues, de querer llevar a feliz término el trasvase, continuar los estudios, persistir en la orientación lanzada por las personas u organismos que lo sugirieron, y, sobre la base de las regulaciones efectuadas en los últimos años en las cuencas del Tajo, del Guadiana, del Júcar, del Mijares, del Turia y del mismo Ebro, ver lo que es posible de lo que se dijo y formular propuestas concretas de conjunto en las que se tengan en cuenta no ya una cuenca determinada, sino todas las que, teniendo una posible conexión con la del Segura, lleven al mar sobrantes que no puedan ser aprovechados.

Ahora bien, la idea del trasvase, como toda gran idea, tropieza, necesariamente, con resistencias que en este caso están constituidas por los intereses encontrados de los Servicios Hidráulicos de cada una de las cuencas españolas. Resulta comprensible que los ingenieros de cada una de ellas, que no pueden sustraerse al ambiente local, no vean con demasiada simpatía una propuesta que entraña disponer de caudales propios en beneficio de superficies regables que se encuentran fuera de su jurisdicción. De aquí que deben ser los Servicios Hidráulicos Centrales los que en una primera etapa realicen los estudios, y sólo después, cuando éstos constituyen algo acabado, será llegado el momento de que los Servicios regionales tomen a su cargo la realización de las obras.

Pero nada se podrá conseguir en un asunto en el que juegan intereses tan dispares, si no existe, desde el primer momento, un estado de opinión en la región beneficiaria que recabe de los Poderes Públicos una cuidadosa atención hacia los proyectos de trasvase. Nos encontramos con un Estado que, como ningún otro en la historia de España, toma a su cargo con verdadera alegría cuantas obras tengan envergadura, siempre que representen un beneficio para los españoles; un Estado que está transformando secanos considerables en regadíos a los que tiene que llevar no solamente el agua vivificadora, sino hasta el hombre que represente una tradición en estos cultivos; un Estado que se apasiona por todo lo grande y que ofrece a todas las provincias Españolas su generosa colaboración; un Estado que por la cuenca del Segura viene tomándose un acusado interés en su deseo de llevar el agua vivificadora a zonas que de antiguo las necesitan, como los campos de Lorca y Cartagena. Pues bien, a este Estado tan bien dispuesto es al que hay que ofrecerle una obra de la envergadura de la de los trasvases, una obra que precisamente por las grandes dificultades que ofrece solamente podría ser llevada a cabo bajo el signo de un Gobierno como el de Francisco Franco.

El riego de los campos de Cartagena

Para estos campos, el riego tiene una importancia singular; de aquí que, de antiguo, haya constituido su regadío la aspiración honradamente sentida, ya que las cosechas se pierden con frecuencia por falta de agua en la última etapa de su desarrollo, y disponiendo de caudal para un par de riegos se tiene la seguridad de recoger buenas cosechas, lo que asegura una gran riqueza que, hoy por hoy, tiene un carácter de eventualidad que origina etapas de verdadera miseria en los años secos.

Dos procedimientos se ofrecen para realizar estos riegos: el primero de ellos consiste en derivar un caudal alto de la margen derecha del río Segura, de manera que a su través se conduzcan las aguas reguladas en la cabecera de la cuenca, y fue sugerido en las propuestas de don Manuel Lorenzo Pardo y de don José Luis Sánchez Cuervo y, más recientemente, ha sido aprobado un anteproyecto en este sentido por el Decreto de 25 de abril de 1953. El segundo estriba en la toma de aguas en Guardamar para aprovechar los sobrantes del río Segura, que en el último decenio han sido, en mucho, superiores a los 143 millones de metros cúbicos en que se cifraron en el decenio anterior, y que aun regulado por completo el río Segura en su cabecera con la construcción de los pantanos del Cenajo y Camarillas, seguirán existiendo, por cuanto la parte regulada de la cuenca, una vez construidos estos embalses, será de 6.206 kilómetros cuadrados, quedando 8.226 kilómetros cuadrados sin regular, en los que las aguas que caigan irán al mar de no existir un pantano de cola en que se recojan y del que se eleven a los campos de Cartagena.

Sin prejuzgar el juicio que nos merece el canal alto, y como quiera que el bajo es perfectamente compatible con aquél, vamos a concretar nuestro estudio a este último. Después del primer proyecto redactado en el año 1939[1]  por don Eugenio Rivera, que pensaba podrían aprovecharse gran parte de los sobrantes de Guardamar en el riego de más de 60.000 hectáreas del campo de Cartagena, en 1931 se redactó por el señor González Jiménez otro proyecto para el riego de 48.000 hectáreas, a razón de 2.600 metros cúbicos por hectárea, que equivalían a un empleo total de 125 millones de metros cúbicos. Fue aprobado en 1934, pero reduciéndose la superficie a 21.000 hectáreas y asignando 40 millones de metros cúbicos procedentes de los pantanos y otros 20 millones de regulaciones que pudieran hacerse.

El proyecto comprendía la toma de aguas en el río Segura por debajo de la actual toma de Riegos de Levante y realizando dos elevaciones, una de 37,75 metros para poner el agua en un canal de conducción de cuatro metros cúbicos por segundo de capacidad, y otra de 70,51 metros para introducir los caudales en el canal principal de la zona regable, cuya capacidad variaba entre tres y cuatro metros cúbicos por segundo. El resto de la obra lo componían los canales secundarios denominados Principal, Algar-Cabo de Palos y Cartagena, con capacidad variable y, finalmente, ocho canales secundarios o acequias con capacidad de 500 litros por segundo. Como complemento se preveía el envase [sic] de la Glea, para reserva de caudales.

Las obras comenzaron en 1935, y a partir de julio de 1936 adquirieron un rápido desarrollo, llegándose a una máxima intensidad en febrero de 1937 y paralizándose en el verano de 1938. Quedaron por ejecutar la toma de agua, las elevaciones, el canal de conducción, 25 kilómetros de revestimiento del canal principal y varios pasos de cruces de caminos en los canales secundarios.

El mayor defecto de que han adolecido los trabajos para el riego del campo de Cartagena, a base del aprovechamiento de los caudales sobrantes del Segura, ha consistido en tener en cuenta, exclusivamente, la cifra de éstos y prescindir del hecho de que los mismos necesitan ser utilizados precisamente en épocas determinadas que pueden no coincidir con las épocas en que se producen los sobrantes; de aquí que el riego del campo de Cartagena, utilizando las aguas sobrantes, requiere la construcción de un embalse en la desembocadura del río, habiéndose presentado en 1942 un importante proyecto de aprovechamiento de la laguna de la Mata como vaso para recoger las crecidas en la cola del río. Las lagunas referidas las tiene en arrendamiento la Salinera de Torrevieja, pero como quiera que todavía no ha emprendido ninguna obra en las indicadas lagunas, es de todo punto necesario proceder a realizar las gestiones oportunas para ver de destinarlas a· este cometido, ya que las mismas_ tienen, como ningún otro vaso, la ventaja de que, por su pie y sin elevaciones, pueden recoger fácilmente las avenidas, que de otro modo se pierden lamentablemente en el mar.

Aprovechamientos de aguas subterráneas

Tienen en la cuenca del Segura estos aprovechamientos de agua subterránea considerable importancia, y así, en 1940 se estimaban que los mismos elevaban más de 4.000 litros por segundo, lo que suponiendo una jornada de trabajo de doce horas, representaba una elevación de más de 60 millones de metros cúbicos.

Recientemente, y coincidiendo con el terrible estiaje que ha padecido nuestra cuenca este verano, se ha formulado alguna interesante propuesta de aprovechamiento sistemático de las referidas aguas subterráneas, de manera que con las mismas en el periodo de sequía se pudiera dotar de agua a las cabeceras de las acequias más importantes. Ello requiere, como punto de partida, el estudio geológico de la cuenca, y en particular de las zonas que ofrecieran mayores perspectivas y posibilidades de captación de aguas para la distribución de las mismas en el sistema normal de irrigación de la Vega, de manera que en un plazo razonable se llegará a la formación de un mapa hidrológico de la provincia.

No se nos oculta que las aguas subterráneas pudieran, en ciertos casos, ser de mala calidad y no aptas para las finalidades del regadío, cuando menos en las condiciones oportunas en que se viene realizando ésta con agua dulce procedente del río Segura; pero, en todo caso, la propuesta merece un serio estudio por cuanto pudiera ofrecer una fórmula viable de atenuar las situaciones de sequía cuando éstas se presentaran inopinadamente.

En todo caso, el aprovechamiento de las referidas aguas subterráneas en la cabecera de las acequias, como se ha propuesto, y en los campos de Cartagena y Lorca, entre otros puntos tan importantes como ellos en la provincia, requeriría se reservaran dotaciones de fluido en los nuevos saltos para que, a precios reducidos, se aprovecharan en la elevación intensiva de las aguas subterráneas freáticas y artesanas de que dispone nuestra provincia, elevándolas de las mayores profundidades posibles.

Repoblación forestal de la cuenca

El estado forestal de la cuenca del Segura es muy deficiente, pues los montes que existen no alcanzan en su superficie ni aun siquiera el tres por ciento del total de ella. Y como quiera que, según decíamos al comienzo, el régimen hidráulico de esta cuenca es sumamente variable, y su orografía de gran complejidad, con fuertes pendientes en la cabecera del río y en la casi totalidad del recorrido de sus afluentes, las frecuentes, y en muchos casos terribles avenidas, han sido el precio que ha pagado la Vega a esta falta de previsión en orden al estado forestal de la cuenca.

Por otra parte, habiéndose construido en la cuenca del Segura numerosos pantanos, el fenómeno del rellenamiento de vasos tienen en la misma singular gravedad, como ya se ha puesto de manifiesto en el pantano de Valdeinfierno. Este fenómeno, si no se puede evitar en absoluto, se puede, al menos, atenuar prolongando con ello la utilización del vaso por medio de medidas idóneas, tales como los trabajos de repoblación que en la cuenca del Segura deben alcanzar superficie no menor de 200.000 hectáreas, y la construcción, en gran número, de pequeños diques en los afluentes secundarios, con el fin de retener gran parte de los materiales sólidos, antes de llegas a los vasos.

Por todo lo expuesto, resulta conveniente para el mejor aprovechamiento hidráulico para la Cuenca del Segura que, por los Servicios dependientes de la Administración Central del Estado, se incrementen en la medida de lo posible los créditos que se vienen destinando a las operaciones agro-forestales, para que de este modo se intensifique notablemente la repoblación en la cabecera de la cuenca en beneficio de las vegas y aun del Estado, que ha venido invirtiendo considerables cantidades para la evitación o atenuación, al menos, de las avenidas y para la mejora y ampliación de los regadíos.

Revestimiento de cauces

Esta faceta, que ha dado lugar a tan contrapuestas posiciones entre los medios afectados, ha suscitado, y se recoge en la Ponencia, a iniciativa de las Entidades Sindicales de Caravaca, Fortuna, Abanilla, Calasparra y otras, que han llamado la atención en los informes emitidos a petición de la Secretaría del Consejo, sobre la conveniencia de que se proceda, contando con las ayudas estatales, al revestimiento de los cauces.

Sin pretender entrar de lleno en el asunto, no podemos menos de reconocer la conveniencia de que se vaya, en la medida de lo posible y comenzando por aquellos cauces en que por las circunstancias del terreno las pérdidas son mayores, al revestimiento pedido por las Entidades Sindicales de las Delegaciones aludidas, y en relación con el cual el Estado recientemente ha adoptado disposiciones que lo estimulan y aun lo imponen preceptivamente.

Pantanos y obras menores

Aunque con la terminación de los pantanos del Cenajo y Camarillas se habrán realizado las grandes obras de regulación de la cuenca del Segura, quedan todavía por llevar a cabo otras obras de menor entidad, como el pantano de Argos, propuesto por las Entidades Sindicales de Clasparra al Consejo Económico Sindical, como medio de asegurar los cultivos de verano de la zona llamada “La Huerta”, en la que viven un gran número de familias de aquel término; el de los Luises, que regularía el río Mundo agua arriba del Talave, y el de Santomera, en la rambla del mismo nombre, el cual actuará como regulador de las avenidas. Procede, pues, recabar de los Poderes Públicos que por los organismos competentes se proceda a la elaboración de un plan conjunto de las obras menores necesarias, entre las que tienen que incluirse las rectificaciones de aquellas ramblas que representan un peligro para poblaciones o vegas de importancia tales como la rambla del Moro, en la que se podría construir un pantano regulador; la regulación del río Pliego; la rambla del Judío; la rambla de Abanilla, en la que se proyectó un canal para desviación de las aguas de avenidas que se utilizará como alimentación del pantano de Santomera; la rambla Salada, de la que quizás sea posible derivar aguas de avenida con un pequeño embalse, y un canal par ariegos eventuales en la parte baja del Guadalentín; la rambla de Torreagüera, cuyas obras de encauzamiento son precisas para evitar inundaciones en el pueblo que le da nombre, constantemente amenazado por los embates de las crecidas; la rambla del Puerto, para la que se han proyectado trabajos de corrección; las ramblas de Benito, Carcabo, Carcellin y Carmen, en las que se han proyectado embalses de compensación; y las ramblas de Prados, Puente, Quebrada del Galán, Maya, Amarga y Solar de Archena, en las que se pueden realizar trabajos de repoblación forestal combinados con los de corrección de torrentes.

Conclusiones

Sobre la base de las consideraciones expuestas, la Ponencia “Aprovechamientos Hidráulicos” formula las siguientes conclusiones

Primera

Que se recabe del Gobierno de la nación, la mayor atención posible hacía los secanos del Sureste y Levante español y muy concretamente sobre los extremos que ofrece la provincia de Murcia, para continuar su gran obra de transformación en regadíos, teniendo en cuenta, en la consideración general de la problemática nacional, los siguientes hechos sustanciales al éxito de tan magna empresa: 1º La posibilidad de cultivar en los secanos de nuestra provincia y, en general, en la mayor parte de los del Sureste y Levante español, frutos extratempranos, tempranos y tardíos y contra-tardíos de cualquier especie y variedad y, en consecuencia, cosechas de valor unitario superior al de aquellas que podrían obtenerse en otras regiones. 2º Seguridad de contar en líneas generales, en todos los secanos del Sureste y Levante unas posibilidades de drenaje que no siempre se encuentran en otras regiones. 3º Seguridad de alcanzar el aprovechamiento racional más apurado de los beneficios generales que se obtienen en la nación a través de las lluvias. 4ª Seguridad de contar con una masa de hombres y Entidades experimentadas y, como tales, capaces de dar solución a los innumerables problemas de los regadíos, tanto en el aspecto laboral, en el agronómico, en el industrial, en el comercial, en el financiero y, por ende, en el económico y social.

Segunda

Que se ejerza una acción continuada cerca de la opinión pública en el ámbito nacional y regional, de manera que se interese a la misma por los proyectos. de mejora, ampliación y trasvase de los regadíos de nuestra provincia, ya que la acción del Estado en una obra de tamaña trascendencia requiere de un apoyo de la comunidad beneficiaria y de una comprensión del problema por parte del conjunto del país, llegándose, si las circunstancias lo aconsejaran, a la constitución de una agrupación de posibles beneficiarios que se mostraran dispuestos a hacerse cargo, en la proporción justa que se acordase, de los gastos que ocasionaran las obras necesarias.

Tercera

Que por el Ministerio de Obras Públicas, y a la vista de las propuestas de ampliación y mejora de los riegos de Levante que se presentaron por don Manuel Lorenzo Pardo, don Félix de los Ríos, la Delegación de Servicios Técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Murcia y don Luis Sánchez Cuervo, y teniendo en cuenta las regulaciones efectuadas en los últimos años en los ríos Tajo, Guadiana, Júcar, Turia, Mijares y Ebro, se proceda a ordenar a sus Servicios Hidráulicos Centrales el estudio del posible trasvase a la cuenca del Segura de los sobrantes de las de estos ríos, de manera que no se lesione, en ningún caso, intereses legítimos.

Cuarta

Que con la mayor urgencia se proceda a actualizar el proyecto de riego del campo de Cartagena, redactado por el señor González Jiménez, de manera que se incluya en el mismo, que debe ser llevado a feliz término en la mayor brevedad, la construcción de un vaso regulador en el lugar adecuado al caso y más próximo posible a la desembocadura del río Segura, en Guardamar, que bien pudiera ser el del a laguna de la Mata, en cuyo caso debieran llevarse a cabo gestiones con la Compañía arrendataria de las Salinas de Torrevieja.

Quinta

Que por los organismos competentes se proceda con carácter urgente al estudio geológico de la provincia de Murcia, con vistas a la confección inmediata del mapa hidrológico provincial, en el que quedarían señalados las corrientes y embalses subterráneos, al menos de primero y segundo orden, con la calificación consiguiente de tal riqueza por cuanto al comportamiento de tales aguas en sus movimientos hacia la superficie (corrientes normales de aguas ascendentes, artesianas) y en su composición química para dejarlas definidas como óptimas, buenas, regulares, malas o pésimas a los efectos de riego. A tales fines acreditarían el valor del mapa que consignamos los resultados que se obtuvieran afianzando los estudios con las prácticas de numerosas perforaciones o catas en los lugares o puntos clave.

Sexta

Que se recabe de los organismos competentes la concesión de una dotación suficiente de energía de los nuevos saltos, para que, a precios reducidos, pudieran destinarse a las elevaciones en curso y a otras nuevas de aguas con destino a riego, y que los suministros de energía eléctrica para las elevaciones de aguas subterráneas, freáticas y artesianas tengan, en periodo de restricciones, el carácter de preferentes de modo similar a como ocurre con ciertas industrias.

Séptima. ─ Que por la Administración Central del Estado se incrementen, en la medida de los posible, los créditos que se vienen destinando a las operaciones hidroforestales para que de este modo se intensifique notablemente la repoblación de la cuenca del Segura en beneficio de sus vegas y del propio Estado.

Octava

Que se acometa, en toda la provincia, el revestimiento de los cauces en aquellos casos en que, por las condiciones del terreno, sean mayores las pérdidas de caudales disponibles que quedan desaprovechados, y que las aportaciones del Estado a dicho revestimiento revistan las formas de subvención y no las de anticipos reintegrables, modificándose, al efecto, la legislación en vigor en dicho sentido.

Novena

Que por la Confederación Hidrográfica del Segura se presente al Gobierno de la nación, para su inclusión en el Plan General de Obras Hidráulicas, propuesta de obras menores complementarias de las actuales, entre las que deberá incluirse el pantano de Argos, el pantano regulador de la rambla del Moro, el pantano de Los Luises, el de aprovechamiento de las aguas del río Moratalla, la regulación del rio Pliego y aquellas otras que rectifiquen ramblas que representan un peligro por inundaciones para las poblaciones obreras de importancia.

Décima

Que se exprese al Gobierno de la nación la gratitud de la provincia de Murcia por la atención que viene prestando a los aprovechamientos hidráulicos de la misma y se recabe su apoyo para que, a la mayor brevedad posible, se lleven a feliz término los estudios y las obras que se contienen en las presentes conclusiones.

Undécima

Que se disponga con carácter obligatorio la incorporación de un representante de las Hermandades de Labradores y Ganaderos de la Cámara Oficial Sindical Agraria en la Confederación Hidrográfica del Segura.

Duodécima

Que los beneficios que se solicitan de tarifas eléctricas reducidas para la elevación de aguas subterráneas se apliquen también para la elevación de aguas superficiales.

Decimotercera

Que se estudie la posibilidad de construcción de canales altos para la irrigación de nuestras tierras, como medio más adecuado para evitar el consumo de energía eléctrica en la elevación de aguas, de tan elevado costo en la actualidad y que con frecuencia origina cuantiosas pérdidas y trastornos en las épocas dé restricciones.

Notas posteriores

Al riego de los campos de Cartagena

Por OO. MM. de 20 de febrero y 25 de junio de 1954 se concede a la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena hasta un caudal de cuatro metros cúbicos por segundo a derivar del río Segura aguas abajo de la última pesa de riegos. En estas Órdenes Ministeriales se dispone la redacción de un proyecto de replanteo definitivo ajustado a la situación actual de la técnica y a los resultados de la información pública que se ordena ejecutar del proyecto formulado por el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos don Vicente González Jiménez. En esta información pública se destaca la imprescindible necesidad de disponer de la Laguna de La Mata como embalse de regulación para estos riegos. En la actualidad, esta información pública está pendiente de resolución por el Ministerio de Obras Públicas.

En el escrito que se prepara para elevar al señor Ministro de Obras Públicas la petición contenida en la IV Conclusión, se adapta a esta modificación de circunstancias.

A pantanos y obras menores

Después de la celebración del Pleno del Consejo fue dada por el Director General de Obras Hidráulicas, el 6 de febrero de 1954, la orden que a continuación se transcribe:

“Iltmo. Sr.: Las obras principales para la regulación del río Segura y sus afluentes plantea inicialmente como obras parciales la defensa contra inundaciones, fueron posteriormente orientadas para que su explotación mejore e incremente la gran riqueza agrícola de la cuenca. Ente sentido tienen ya los planes nacionales de 1902 y 1916 y el plan general de Obras Públicas desde 1939. Y en la actualidad la explotación de los seis pantanos construidos en la Cuenca, está destinada más que a fines de defensa, a los de regulación de las aguas para su mejor utilización en los riegos.

Siguiendo este mismo criterio y próximas a terminarse las obras de los pantanos de Cenajo y Camarillas, se promulga el Decreto y Orden Ministerial de 25 de abril de 1953, en los cuales se dictan normas para su ordenación completa de las aguas de los pantanos de la Cuenca y su total aprovechamiento agrícola reconociendo y consolidando los derechos de los aprovechamientos tradicionales existentes y regulando su integral utilización para los riegos. Para reducir al mínimo las pérdidas de agua tan necesaria a los regadíos, se declara la necesidad de revestir los cauces principales de riego y evitar el despilfarro por desembalses obligados por las concesiones de aprovechamientos hidroeléctricos.

A estos efectos, dicho Decreto, en sus artículos 6.º y 7.º y la Orden Ministerial en los artículos 10, 11 y 12, ordena el estudio, tramitación y realización de diversos proyectos y obras necesarias para el cumplimiento del mismo, que han de ser incluidos en el Plan General de Obras Públicas.

Asimismo existen otros proyectos, estudios y propuestas, algunas complementarias y necesarias para el mejor aprovechamiento de las obras básicas y todas ellas orientadas hacia el óptimo aprovechamiento perseguido y la seguridad e incremento futuro de la riqueza agrícola de la cuenca. Para conseguir estos fines y el cumplimiento de lo ordenado en dicho decreto de 25 de abril de 1953, es necesario coordinar y resumir cuantos estudios, propuestas y proyectos se han realizado hasta la fecha sobre la Cuenca del Segura, bien a solicitud de los usuarios interesados, o bien por iniciativa del Estado, para llegar a un estudio completo que, recogiendo todos los aspectos y problemas, permitan formular un metódico y racional plan de obras, para la mejor realización de lo legislado y general beneficio de la Cuenca.

Y habiéndose ordenado a este Ministerio en el artículo 9º del decreto de 25 de abril de 1953 que dicte las órdenes complementarias para el mejor cumplimiento del mismo, he dispuesto lo siguiente:

Artículo 1.º Por la Confederación Hidrográfica del Segura se formulará en le plazo de seis meses, desde la fecha de promulgación de la presente Orden Ministerial, un plan general de obras hidráulicas en la Cuenca del río Segura, que abarque y coordine las obras de regulación ejecutadas, en ejecución o proyecto, las de aplicación de los caudales regulados, aprobadas o previstas en el Decreto y Orden Ministerial de 25 de abril de 1953, las complementarias a tales efectos y en general todas las que han sido estudiadas, planteadas o desarrolladas en la referida Cuenca, así como aquellas otras que se estimen convenientes para el mejor aprovechamiento de los caudales regulados, procurando coordinar con las directrices ya fijadas y las conveniencias nacionales, las aspiraciones de los antiguos usuarios.

Artículo 2.º En dicho plan general, y sobre la base del correspondiente estudio económico-administrativo, se fijarán las distintas etapas para el desarrollo y ejecución del mismo, clasificando las obras y servicios en función de su mayor o menor urgencia.

Artículo 3.º Una vez que la Dirección Técnica de la Confederación formule el plan, será éste informado por la Junta de Gobierno de la Confederación, la que a efectos de l mejor conocimiento de las aspiraciones de los usuarios de la Cuenca, deberá oír previamente, no sólo a las Corporaciones y Organismos oficiales, sino también a los que representan los intereses de aquellos, así como a las entidades que la Delegación del Gobierno en dicha Confederación estime oportuno para el mejor resultado de la citada finalidad.

Artículo 4.º Sobre la base del plan que aprueba el Ministerio de Obras Públicas formulará éste la propuesta del conjunto de obras que procede incluir en el plan general de Obras Públicas, de acuerdo con lo que se dispone en el artículo 6º de 25 de abril de 1953.

Artículo 5.º Por el Ministerio de Obras Públicas se dictarán las órdenes complementarias”.

Esta orden, que fue dirigida al Ilustrísimo señor Director de Obras Hidráulicas, fue trasladada a la Confederación Hidrográfica del Segura, siendo redactado el Plan General de Obras Hidráulicas del Segura por la Dirección de la misma, y estando en la actualidad pendiente de la aprobación de la Junta de Gobierno.

Esta modificación en las circunstancias afectará, como no puede ser menos, a la conclusión correspondiente.

Mapas

Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por la Delegación de Servicios Técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por la Delegación de Servicios Técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)

Bibliografía

Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953. Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, Murcia: Cámara Sindical Agraria.

López-Gálvez, J. & Losada, A., 1998. Evolución de técnicas de riego en el sudeste de España. Ingeniería del agua, 5(3), pp. 41-50.


[1] Sic. Por el contexto posterior se deduce que esta fecha es una errata. (López-Gálvez & Losada, 1998) datan este proyecto en 1926. El Plan General de Obras Públicas de 1940 lo fecha en 1929.

Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo (Acequia Real del Júcar)

Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo (Acequia Real del Júcar) para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)
Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo (Acequia Real del Júcar) para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)

Esquema de la solución dada por los servicios técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Murcia

Esquema de la solución dada por los servicios técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Murcia para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)
Esquema de la solución dada por los servicios técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Murcia para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)

Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos

Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)
Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)

Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo

Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)
Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. Copiado de Estructura y posibilidades de desarrollo económico de Murcia (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960)

1952- Noticia sobre el Plan de Coordinación de Obras Hidráulicas en Alicante

En una breve noticia de 1952, reproducida a continuación, se hace una referencia ─algo vaga─ a un trasvase desde el Tajo hacia Alicante:

Noticia publicada en el diario ABC el 8/8/1952.

El Plan de Coordinación de Obras Hidráulicas en Alicante costará 400.000.000 de pesetas y pondrá en riego 60.000 hectáreas

Plan de coordinación de obras hidráulicas en Alicante

Alicante 7. Uno de los más graves problemas que desde hace siglos tiene planteados la zona agrícola del centro y norte de esta provincia, la falta periódica de agua para riego, será resuelto en el plazo de dieciocho años, mediante la intervención del Estado, gracias al plan de coordinación de obras hidráulicas en la provinc (ABC, 1952)ia, que ha sido elevado recientemente por las autoridades alicantinas al ministerio de Obras Públicas, y es en el que se prevé la construcción de seis pantanos. Modernización de otros, construcción de un canal para el trasvase de aguas procedentes de los ríos Tajo y Júcar hasta esta cuenca, y construcción y modernización de otra vasta red de canales, que comunicarán los diferentes pantanos entre sí para regularizar sus caudales respectivos y distribuirlos equitativamente por toda la zona regable. La realización de este plan, muchas de cuyas obras ya están iniciadas, costará 400 millones de pesetas y determinará la puesta en riego de 60.000 hectá­reas de terrenos.

En la zona beneficiada por estas obras están comprendidos el Marquesado de Denia, con 3.000 hectáreas; la extensión comprendida entre Altea y Benidorm, con idéntica superficie; Villajoyosa, con 2.500 hectáreas; la zona situada entre Campello y la capital de provincia, de 15.000 hectáreas; Elche, con 21.000; la zona comprendida entre Aspe y Elda, con 13.000, y otras de menor importancia, que componen con las anteriores ese total de 60.000 hectáreas.

Entre los canales en construcción, está el que unirá los ríos Algar y Callosa, con una longitud de 20 kilómetros. ─Cifra..

Los planes coordinados de obras eran una herramienta utilizada por el Instituto Nacional de Colonización[1] a principios de los años 50 del siglo XX. Como contexto temporal, en esos años se aprobaron el Plan Badajoz, el Plan Jaen o el Plan Coordinado de Obras en el Ebro.

Esta noticia se hace eco de una propuesta realizada desde una provincia hacia el Estado para el desarrollo de regadíos en su territorio. Para compensar la falta de agua se plantean trasvases desde el Tajo y el Júcar.

Bibliografía

  1. ABC, 1952. Plan de coordinación de obras hidráulicas en Alicante. ABC, 8 8, p. 17.
    Disponible en: hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1952/08/08/017.html
  2. Rosenstein-Roden, P., 1943. Problems of industrialization of Eastern and South-Eastern Europe. Economic Journal, 53(210/211), pp. 202-211.
    Disponible en: www.jstor.org/stable/2226317?seq=1#page_scan_tab_contents

[1] Estos planes estaban en línea con la teoría del «gran impulso» (big push) (Rosenstein-Roden, 1943), de gran aceptación en esos años.

CAHDET. Reseña sobre el contexto histórico de la gestación del ATS

Texto del punto 2.2.1 de la Tesis Doctoral «Concepto, Análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura«

Varias publicaciones sobre el ATS contienen un apartado con una reseña histórica. En algún caso planteado con cierto aire reivindicativo, para mostrar que la concepción de la infraestructura se realizó durante la II República ─régimen democrático─, cuya materialización se vio interrumpida por la Guerra Civil, pero que siguió un proceso de maduración que llevó a su puesta en marcha en la Democracia. Por ejemplo, en el siguiente texto de la Memoria 2017 de la Confederación Hidrográfica del Tajo se da un dato de su primer planteamiento y de la autorización de las obras, dejando un hueco de varias décadas, que puede dar lugar a una irreal suposición de una evolución lineal:

De la Memoria 2017 de la Confederación Hidrográfica del Tajo (Confederación Hidrográfica del Tajo, 2018):

(…) El trasvase de aguas del río Tajo al río Segura tiene su origen en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas elaborado en el año 1933, bajo la dirección de D. Manuel Lorenzo Pardo, siendo ministro de Obras Públicas D. Indalecio Prieto.

En la década de los sesenta se ampliaron los estudios; en 1968 se autorizó la realización de las obras del Acueducto Tajo-Segura y en 1980 comenzó la explotación de la infraestructura. (…)

Un enfoque parecido se tiene en la ficha sobre el ATS incluida en las Fichas de los servicios relacionados con el agua en España incluidas en el apartado de su web Sistema español del agua (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, 2015):

De la ficha 1.7 Transferencias de recursos hídricos. El trasvase Tajo-Segura (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, 2015):

(…) El trasvase más importante por su magnitud y sus repercusiones es el trasvase Tajo-Segura. Este trasvase fue inicialmente planteado en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 y, tras un paréntesis de varias décadas, fue posteriormente retomado en el “Anteproyecto General del Aprovechamiento Conjunto de los recursos hidráulicos del Centro y Sureste de España. Complejo Tajo–Segura” de 1967. Se procedió a su construcción unos años después y, finalmente, comenzó su explotación en 1979. (…)

Sin embargo, esta concepción lineal de la historia no describe con precisión la gestación del ATS. Es más compleja, con numerosas acciones que se relacionan unas con otras. En su lugar, como organización esquemática de los hechos, se plantea un esquema de cuatro hilos, representado en la Figura 1. Hay que entender que esta ordenación no es rígida, con influencias entre hechos de distintos hilos, y que las flechas de la figura se muestran para representar una sucesión de hechos, no siempre consecuencia directa.

El hilo morado corresponde al periodo 1932‑1936, durante la II República. Dentro del Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 (PNOH1933) (Lorenzo Pardo, 1933), redactado por Manuel Lorenzo Pardo, se incluyó un apartado especial para mejorar y ampliar los Riegos de Levante. El concepto de la infraestructura tiene similitudes con lo que ahora es el ATS pero no tanto el objetivo y el alcance. La iniciativa fue de la Administración Central con el fin de aumentar la producción agrícola que pudiera ser destinada a la exportación, para compensar la balanza comercial. A su vez, el área destinataria de las aguas era todo el Levante, especialmente las provincias de Alicante y Almería, consideradas entre las más pobres de España en esos años.

Figura 1. Esquema interpretativo de la gestación del ATS
Figura 1. Esquema interpretativo de la gestación del ATS

Fue un planteamiento original, rompedor. Un sueño con proyección de hacerse realidad. Una idea que tuvo amplia aceptación y calado. Pero también, aunque en menor medida, detractores y opiniones contrarias. En los números de la Revista de Obras Públicas de esos años, con un espíritu abierto, se recogen varias opiniones argumentadas expresando las reticencias e inconvenientes del sueño ( (Nicolau, 1934), (Rodríguez Arango, 1933), (Ortega Cantero, 1992), (Gallarza Cebeira, 1936), (García Arenal Winter, 1933) y (Sáenz Ridruejo, 2012)). Varias de ellas formuladas por ingenieros ajenos a la gestión del agua, pero con una amplia perspectiva del problema y las implicaciones. Además de las dudas sobre la rentabilidad económica, se centraban básicamente en la cuantía del agua que se pudiera trasvasar y las repercusiones negativas que se tuvieran en Castilla. Cuestiones que siguen vigentes, como se muestra en este trabajo. También la prensa de Castilla, e incluso la literatura, se hacía eco de las reticencias.

Estos reparos no se quedaron en el plano meramente intelectual, sino que impidieron la aprobación del PHN1933 en las Cortes. Pese a contar con respaldo político, mantenido tras cambios de Gobierno, no fue aprobado el Plan por entenderse que se encontraba poco desarrollado. Se pidió que se mejorara, tarea de la que se encargó el Centro de Estudios Hidrográficos, fundado en 1933, bajo la dirección de Manuel Lorenzo Pardo. Hasta que fue disuelto en 1936, antes del estallido de la Guerra Civil, momento en el que se paralizan los estudios. Eso no significa que se olvidara la idea del Trasvase, simplemente que se dejó de desarrollar. En este sentido, a la propuesta inicial de Manuel Lorenzo Pardo, se le plantearon alternativas. Fernández de los Ríos proponía hacer la derivación desde el Ebro, idea asumida y planteada también desde FET y de las JONS. Por su parte, Sánchez Cuervo modificaba la propuesta de Lorenzo Pardo para evitar afecciones al Júcar (Peña Boeuf, 1940).

Tras la Guerra Civil, se aprueba el Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940) (Peña Boeuf, 1940), cuyo tomo II se dedica a las obras hidráulicas. Recoge gran parte de las actuaciones propuestas en PNOH1933, pero deja aparte el trasvase Tajo-Segura, sobre lo que figuran serios y argumentados reparos. Considera que “todo lo planeado hasta ahora no puede dársele más que el carácter de ideas lanzadas, cuya posibilidad de ejecución hay que demostrar mediante estudios mucho más amplios, ya que los tanteos presentados se basan en datos que no ofrecen las necesarias garantías”.

A su vez, hace una reflexión que sigue de actualidad: “el problema de la ampliación y mejora de riegos de Levante hay que plantearlo tomando como punto fundamental los caudales sobrantes que puede haber en las otras cuencas, y que, económicamente, sean de posible transvase, dejando como cuestión secundaria el fijar la extensión de la superficie posible de riego, ya que estas superficies son enormes y todos los caudales que llevemos encontrarían, con el tiempo, su aplicación al riego”. Esta reflexión marca cuál es el cuello de botella o punto de partida para pensar en la viabilidad de un posible trasvase: la existencia de excedentes o sobrantes en la cuenca cedente.

Con la idea del trasvase fuera del objetivo, se llevó a la práctica el PGOP1940, con grandes transformaciones de secanos en regadíos posibilitados por la construcción de grandes obras de regulación (presas). A su vez, las carencias en la generación eléctrica, condicionadas por la carestía de combustibles fósiles ─principalmente carbón─ para alimentar centrales termoeléctricas, impulsó también la construcción de grandes presas para el aprovechamiento hidroeléctrico.

Como se refleja en el esquema de la Figura 1, a efectos de entender la gestación del ATS, pueden distinguirse tres hilos a partir del PGOP1940. El azul corresponde a las acciones realizadas en la cuenca del Tajo, el naranja en la del Segura y el verde al propio ministerio.

En el caso del Tajo ─hilo azul de la Figura 1─, esta convergencia entre el desarrollo del regadío y la urgencia en incrementar la capacidad de producción hidroeléctrica se refleja en la construcción de los embalses de Entrepeñas y Buendía ( (Delegación de los Servicios Hidráulicos del Tajo, 1946), (ABC, 1941)). Inicialmente se contemplaba únicamente la construcción de Entrepeñas para atender el desarrollo de regadíos del Tajo, principalmente la zona regable que crearía el canal de la Ventosilla ─entre el Alberche, Tajo y Tiétar─. Pero las necesidades de generación hidroeléctrica impulsaron la construcción simultánea del embalse de Buendía, con la máxima capacidad prevista, y la interconexión de los dos embalses mediante un túnel de trasvase para posibilitar su uso como un gran hiperembalse, el mayor de Europa en esos momentos.

Con la construcción de estos embalses se cumplía una de las condiciones que se daban en el PGOP1940 para que se pudiera replantear el trasvase, si bien su finalidad ─regadío y producción hidroeléctrica─ era diferente e incompatible con el mismo. Queda la duda de si detrás de las decisiones de construir el embalse de Buendía y hacerlo por la máxima capacidad había algún tipo de pensamiento de dejar el terreno preparado para un planteamiento futuro del ATS. No se ha encontrado documentación que avale ni rechace esta hipótesis.

Por otra parte, en la cuenca del Tajo se estaba agravando el problema del abastecimiento de agua a Madrid, con frecuentes cortes. Los incrementos de la capacidad de abastecimiento iban por detrás del problema. El Canal de Isabel II, adscrito al ministerio, viendo el problema y que se agravaría en el futuro con el crecimiento de la población, plantea en los años 50 la captación de aguas desde el Tajo, aguas arriba de Entrepeñas, llevando el agua por gravedad hasta Madrid (López-Camacho y Camacho, 2002). Esta idea no prosperó, confiándose ya en los años 60 la ampliación del abastecimiento de Madrid a completar la regulación del Lozoya y la adopción de la denominada Abastecimiento de Madrid Solución Oeste (AMSO). Posiblemente esta decisión estuviera influenciada por los planteamientos que se estaban realizando del ATS, aunque en anteproyecto del ATS se presentan como decisiones independientes. No obstante, la afirmación que se realiza en el anteproyecto de que la realización del ATS tenía mayor interés nacional que solucionar el problema del abastecimiento de aguas a Madrid, puede dar lugar a pensar que la decisión de optar en exclusiva por el AMSO sin mirar a la cabecera pudiera estar condicionada por el ATS.

En la cuenca del Segura ─hilo naranja de la Figura 1─, la materialización del PGOP1940 suponía, entre otros aspectos, incrementar la regulación de los ríos Segura y Mundo, mediante la construcción de las presas del Cenajo y Camarillas. Para los propietarios de los secanos murcianos era una oportunidad de incrementar notablemente la producción de sus tierras. Pero se vio que eran mayores las apetencias que las disponibilidades, provocándose en los primeros años 50 un choque por posicionarse en el reparto de los nuevos volúmenes regulados, principalmente por los terratenientes del Campo de Cartagena, valle del Guadalentín y Mula. La ordenación de los riegos del Segura realizada por el Decreto y Orden del 25 de abril de 1953 estableció una precedencia en la asignación de recursos, dejando a estas grandes extensiones de secano citadas en el último lugar.

Para calmar los ánimos, el Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia encontró una solución: recuperar el trasvase Tajo-Segura. En su congreso de 1953 se presentó una ponencia (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953), Se tiene en cuenta que la construcción de los embalses de Entrepeñas y Buendía, ya avanzada en esos años, podía emplearse para regular las aguas a trasvasar; eso sí, en esta ponencia de 1953 se asume la preferencia de la cuenca del Tajo. Por otra parte, en la ponencia se expone que, para que la idea pueda llevarse a cabo, es necesaria una acción de presión continuada a distintos niveles, tanto locales como nacionales.

Esta resurrección de la idea del Trasvase caló, madurándose durante los siguientes años. Con un estudio publicado en 1959 (de Torres Martínez, et al., 1959 ─1ª edición─, 1961 ─2ª edición─), liderado por Manuel de Torres ─con predicamento en los estamentos tecnocráticos del régimen─, se planteó el regadío murciano como un problema nacional, justificando que la transformación de una hectárea de regadío en Murcia era más rentable que una en Toledo. A diferencia de la ponencia de 1953, no contemplaba la prioridad de la cuenca del Tajo, sino que defendía que el agua debía emplearse donde se obtuviera mayor rentabilidad marginal. A su vez, se proponía que el destino de las aguas trasvasadas fuera la provincia de Murcia, al contar con mayores extensiones agrupadas de terrenos susceptibles de transformación en regadío, cambiando el enfoque del PNOH1933 que contemplaba todo el Levante como destinatario, con especial énfasis en las provincias de Alicante y Almería. Estas ideas son asumidas por el Consejo Económico Sindical Nacional, que plantea en 1960 el Trasvase en sus propuestas para el desarrollo económico de Murcia ( (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960) y (Consejo Económico Sindical Nacional ─Gabinete técnico─, 1961)).

Por otra parte, tomando ahora el hilo verde de la Figura 1, el éxito en la construcción de presas que se estaba realizando esos años, con su repercusión en el desarrollo de regadíos, además de su instrumentación política, reforzó el convencimiento de los técnicos del ministerio de Obras Públicas en la necesidad de insistir en la construcción de grandes Obras Hidráulicas como medio de progreso de la nación. Así, además de la corrección temporal de la irregularidad de las aportaciones mediante las obras de regulación, se plantea también la corrección de su irregularidad espacial, de la corrección del desequilibrio hidrológico entre la España húmeda y la España seca. El trasvase Tajo-Segura era la primera gran actuación de esta línea, pero para poder plantearla era necesario superar las objeciones que se plantearon en el PGOP1940.

Un paso se dio en 1960 con la refundación el Centro de Estudios Hidrográficos, siendo una de sus primeras tareas la realización de un detallado balance hídrico nacional (Urbistondo Echeverría, 1963), que permitiera cuantificar la disponibilidad de recursos para el Trasvase. La otra gran tarea, una vez realizada la regulación de la cabecera del Tajo con Entrepeñas y Buendía, consistía en desafectar a estos embalses de los usos del Tajo, de forma que quedaran disponibles para el Trasvase. Ha de entenderse que, con toda probabilidad, estas justificaciones de desafección de usos se realizaron motivadas por el convencimiento de contribuir al bien nacional, entendiendo que estas pérdidas de uso eran algo no forzado, natural.

Es de destacar que la refundación del Centro de Estudios Hidrográficos y el estudio del ATS por parte de los servicios técnicos del ministerio se acomete tras la recuperación de la idea del trasvasase en Murcia y su acción de presión continuada en distintos ámbitos. El trabajo dirigido por Manuel de Torres puede entenderse como parte de esta acción, aportando ciencia económica. A su vez se produce a la vez que desde el Consejo Económico Sindical Nacional (Consejo Económico Sindical Nacional. Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1960) se asume la propuesta del ATS lanzada desde Murcia. Puede establecerse pues una especie de continuidad en la idea de llevar a la práctica el ATS, pasando del ámbito local murciano al de los servicios técnicos del Estado.

También es reseñable el hecho de que la idea fuera expuesta al jefe de Estado en 1963, al calor de los festejos de la inauguración de los embalses del Cenajo y Camarillas, según se comenta en (Llácer Barrachina, 2001) o (ABC, 1963). Lo que muestra que años antes de iniciarse la tramitación oficial, la concepción ya estaba muy avanzada. También, que se trabajó en la misma simultáneamente a la realización del balance hídrico nacional, con la posible inferencia de la idea del ATS en la realización de dicho balance hídrico.

Para que el ATS fuera factible, era preciso liberar a Entrepeñas y Buendía de obligaciones. Si no totalmente, si el máximo posible. Puede explicarse como una especie de efecto deslumbramiento o visión de túnel. Cegados por los altos beneficios que se imaginaban de llevarse a cabo el Trasvase, se vieron las necesidades de la cuenca del Tajo con un rango menor. De forma que, llevados por el convencimiento, se desafectaron los embalses de la cabecera del Tajo mediante una serie de decisiones y actuaciones, que más que soluciones pueden entenderse como un desvío de los problemas a otros lados.

En el caso del aprovechamiento hidroeléctrico, hay que enmarcarlo desde la perspectiva del cambio en la concepción de la generación eléctrica tras el fin de la autarquía. Constatada la insuficiencia de la energía hidroeléctrica para llevar la mayor parte del peso de la generación, tanto por su vulnerabilidad ante la pertinaz sequía como por la imposibilidad de tener un crecimiento acorde al de la demanda, se apuntó a la energía termoeléctrica, en unos años en los que el precio del petróleo estaba muy bajo. Además, la interconexión eléctrica peninsular había avanzado, por lo que perdía importancia la cercanía de la fuente de generación a los centros de suministro. En este nuevo escenario, la concepción hidroeléctrica de Entrepeñas y Buendía pasa de ser necesaria e imprescindible a ser meramente útil o conveniente. Con el añadido de que estaba en marcha la construcción de los grandes embalses del Tajo hidroeléctrico (Torrejón Tajo y Tiétar, Valdecañas y Alcántara), puestos en servicio en la década de los 60. En este contexto, era asumible poder dedicar Entrepeñas y Buendía a la regulación del Trasvase, de gran interés nacional.

Otro uso, la regulación para el regadío, había ido perdiendo fuelle con los años. La gran zona regable del Canal de la Ventosilla ─entre Alberche, Tajo y Tiétar─ no se llegó a desarrollar ante las dudas sobre su rentabilidad. Desconocemos si en esta decisión tuvo influencia la premisa de que transformar una hectárea en regadío en Murcia era más rentable que hacerlo en Toledo. Como compensación, ante las peticiones realizadas desde la Diputación de Toledo durante el planteamiento del ATS, surgió otra gran zona regable en la provincia de Toledo, los regadíos de La Sagra‑Torrijos, que serían atendidos con los retornos del abastecimiento de Madrid, convenientemente depurados. Es decir, se descartó una extensa zona regable que dependería de Entrepeñas y Buendía y en su lugar se propuso otra, condicionada, que sería atendida desde otra fuente, incierta en esos años, actualmente mostrada insuficiente.

Precisamente el abastecimiento de Madrid y la depuración de sus efluentes es la tercera pieza del puzle. Un problema de gran magnitud, que se estaba arrastrando desde décadas pasadas. Con los criterios actuales, sería del máximo interés, pero en esa época, años 60 del siglo XX, en el desarrollismo, se consideró que el ATS tenía mayor interés nacional. Durante los años cincuenta, el Canal de Isabel II, dependiente entonces del ministerio, ante las previsiones de crecimiento de Madrid planteaba la captación futura de las aguas del Tajo, buscándolas aguas arriba de Entrepeñas para evitar necesidades de bombeo en unos años en los que el suministro de energía eléctrica era un problema. Estas propuestas no prosperaron y se impuso la solución oeste (AMSO; Abastecimiento de Madrid Solución Oeste), consistente en buscar los recursos en el Guadarrama, Alberche y del Tiétar ─mediante la intercepción de las gargantas afluentes provenientes de Gredos y un gran canal hacia el Alberche─; incluso si fuera necesario en el futuro, se contemplaba la posibilidad de trasvasar desde la cuenca del Duero (del Tormes, Adaja y Eresma). Por su parte, el problema de la depuración de los vertidos de Madrid apenas era percibido, con soluciones insuficientes y tardías.

Casualmente, las restricciones de agua en Madrid en 1965 indirectamente impulsaron la construcción del ATS. La gravedad de la situación provocó la destitución fulminante del ministro de Obras Públicas, el general Vigón, siendo sustituido por el ministro eficacia, Federico Silva Muñoz. En materia de obras hidráulicas impulsó la ampliación del abastecimiento de Madrid, con la construcción del embalse del Atazar ─completando la regulación del río Lozoya─ y la materialización del AMSO. Y también lanzó el ATS con gran efectividad administrativa ─haciendo honor a su apelativo─ en lo que a cumplimiento de plazos se refiere, incluyendo una financiación con un crédito concedido por Alemania en muy buenas condiciones.

Así, la generación hidroeléctrica, el desarrollo de regadíos del Tajo y el abastecimiento de Madrid se desligaron de la cabecera del Tajo, liberándola para el ATS. Pero más que soluciones a los problemas, lo que se hizo fue desviarlos. Las previsiones que se hicieron del abastecimiento de Madrid y sus retornos no se han cumplido. Las cantidades que se pueden derivar desde el Guadarrama y el Alberche son bastante inferiores. Mientras que la opción de llenar las gargantas afluentes al Tiétar de embalses con un canal colector que transporte el agua a Madrid, junto con las opciones de trasvases desde la cuenca del Duero, están abandonadas. A lo que se une que los retornos de las aguas de Madrid durante la temporada de riegos sean insuficientes para atender las necesidades de los regadíos de la zona regable de la Sagra‑Torrijos completamente desarrollada ─actualmente sólo lo está en una pequeña parte─. Así, las soluciones planteadas para el Tajo en la concepción del ATS no han sido eficaces, dando lugar a una situación de gran presión sobre el recurso en el Sistema Integrado de la Cuenca Alta del Tajo (SICAT; aguas arriba de Talavera de la Reina).

Con las obras del ATS en marcha, su primera Ley, la Ley 21/1971, parece separarse del optimismo del Anteproyecto del ATS, y fija los caudales a trasvasar con la condición “hasta un máximo”, indicando en el preámbulo que los distintos usuarios de la cuenta del Tajo, que no han de ver mermadas sus posibilidades de desarrollo por escasez de recursos hidráulicos, como consecuencia del trasvase”.

En los años 70, la ejecución de las obras iba a buen ritmo, con optimismo sobre el cumplimiento de los plazos. Pero se vieron bloqueadas por los problemas surgidos en el túnel del Talave, con retraso de años e incremento del coste. A esto se unió el cambio de coyuntura, tanto económica con la crisis del petróleo de 1973 como sociopolítica con el cambio de régimen a partir de 1977. Las críticas contra la infraestructura, dormidas o acalladas en los años anteriores, se hicieron patentes, especialmente en la provincia de Toledo.

Este abrupto despertar de la reacción contraria a la infraestructura, y su localización, llevó a que el debate traspasara lo puramente técnico para convertirse en algo territorial e incluso visceral. Con la formación de las comunidades autónomas estas reivindicaciones pasan a adquirir un grado de identidad regional, tanto en Murcia y Alicante como en Castilla-La Mancha (centrado principalmente en las provincias de Toledo, Guadalajara y norte de Cuenca).

A finales de los años 70, con los primeros caudales ya transportados por el ATS, la cuestión no era tanto la idoneidad de la infraestructura, sino su operación. Se incrementan las dudas sobre cuánta agua se podía trasvasar, apuntadas en la Ley 21/1971. La solución, fijada desde el consenso, fue insistir en que sólo se podrían trasvasar aguas excedentarias del Tajo, correspondiendo al plan de cuenca del Tajo el determinar el carácter excedentario de las aguas a trasvasar (en la Ley 52/1980).

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Gestación del Acueducto Tajo-Segura (ATS)

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CAHDET. Justificación de la Tesis

Texto reproducido del apartado «1.2-Justificación de la Tesis» de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

Como se desprende del propio título, la Tesis versa sobre los excedentes trasvasables del Tajo y su aplicación al ATS. Puede verse también como un estudio del ATS desde una perspectiva hidro­ló­gi­ca, centrado en la disponibilidad de agua del Tajo susceptible de ser trasvasada.

Son varias las publicaciones sobre el ATS, que lo abordan desde alguna perspectiva. Por lo general en defensa de algún interés. Sin embargo, los estudios científicos e independientes son más escasos[1]. En el buscador de tesis doctorales Teseo, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la búsqueda «Tajo-Segura» (o «Tagus-Segura» para contemplar las escritas en inglés) devuelve solamente dos tesis:

  • Un análisis económico de los trasvases de agua intercuencas: el trasvase Tajo-Segura (San Martín González, 2011)
  • Water option contracts for reducing water supply risks: an application to the Tagus-Segura transfer (Rey Vicario, 2014)

Son dos trabajos de cariz económico. La primera Tesis, del profesor Enrique San Martín, es un brillante análisis económico del ATS. Es un estudio ex post, que permite valorar la rentabilidad de una infraestructura durante su operación, importante para conocer la rentabilidad de las soluciones propuestas, pero que es algo poco habitual. La segunda Tesis aborda el tema de los mercados del agua, con su aplicación al caso del ATS.

Hay otras tesis, sin el término Tajo-Segura en su nombre que enfocan parcialmente la problemática. Por ejemplo:

  • Valoración económica del uso del agua en el regadío de la cuenca del Segura. Evaluación de instrumentos económicos para la gestión de acuíferos (Martínez Granados, 2015)
  • Estudio de la evolución de los regadíos mediante técnicas de benchmarking. Aplicación en la región de Murcia (Soto García, 2013)
  • La construcción social del discurso en torno al agua y su contribución a la creación de opinión pública (Aragón García, 2012)
  • The Water Framework Directive, paradigm shift or unrealized promises? a critical evaluation of its implementation from a boundary, economic and socio-political perspective (Hernández-Mora Zapata, 2016)

Diferentes visiones del problema del ATS, distintas perspectivas. Con varias ideas confrontadas. Realizadas en la presente década que, unido a la importancia del problema, hace previsible que sigan haciéndose más tesis sobre el ATS.

Como se ha indicado, esta Tesis aborda el ATS desde el punto de vista hidrológico. Centrada en un elemento clave: los excedentes de la cuenca del Tajo que puedan ser trasvasados. Un aspecto fundamental para el funcionamiento del ATS, pues como principio básico de su legislación está establecido que “las aguas que se trasvasen sean, en todo momento, excedentarias en la cuenca del Tajo” (disposición adicional novena de la Ley 52/1980).

Una faceta, la de los excedentes del Tajo, que puede ─y debe─ ser tratada de manera independiente del resto de factores que influyen en el ATS. Por su propio concepto, son intrínsecos de la cuenca del Tajo. No obstante, la trascendencia de sus resultados y su repercusión sobre la gestión del ATS es clara, evidente. En este sentido, con esta Tesis no se pretende solucionar la problemática del ATS, pero sí aportar un elemento novedoso de juicio, soportado técnica y científicamente,

Una correcta definición de excedentes es básica para la buena gestión del ATS, por un doble motivo. El más obvio es poder garantizar el carácter prioritario de la cuenca del Tajo, de manera que no vea cercenada su desarrollo o que la afección que le suponga el ATS sea mínima o inexistente. Pero también es esencial para los usuarios de la cuenca del Segura, receptores del agua trasvasada, pues una definición errónea de los excedentes da lugar a unas expectativas que no se pueden cumplir. Así, gran parte de la conflictividad y sinsabores que ha traído el funcionamiento del ATS tiene su origen en que la definición del carácter excedentario de las aguas no es adecuada, dando lugar a que se trasvasen aguas que no son excedentarias, con sus afecciones al Tajo, y un funcionamiento errático de la infraestructura que no satisface a nadie.

Por otra parte, el asunto de los trasvases, su viabilidad e idoneidad no se encuentra cerrado. Si bien en el contexto europeo tiene una transcendencia reducida, es un debate que sigue candente en España. Con un enfoque que se sale de lo puramente hidrológico, entrando en liza otros factores con más contenido ideológico o simple continuismo de planteamientos preestablecidos. En este sentido, esta Tesis, si bien se analiza un caso singular, aporta elementos de juicio sobre el comportamiento del principal trasvase intercuencas español, que aporta información en un análisis serio sobre nuevos planteamientos de trasvases. A su vez, la metodología planteada, puede servir de pauta o ejemplo para otros casos.

A nivel mundial, los grandes trasvases están constituyendo actualmente una de las principales líneas de actuación en la gestión del recurso hídrico. Especialmente para dar respuesta a los retos planteados en el trinomio agua‑ener­gía‑pro­duc­ción de alimentos. Cuestión que se aborda directamente en (Oleksandra, et al., 2018), del que se reproduce en la Figura 2 un mapa a nivel mundial de distribución de los grandes trasvases en el mundo construidos, en construcción y planteados, muy significativo. Se aprecia la magnitud de las nuevas construcciones y planteamientos. Especialmente en entornos con una mayor presión demográfica, como puede ser el sur y este de Asia. Se trata de trasvases con condicionantes más distanciados a los del ATS que los que puedan tener los planteados en España. Pero haciendo las salvedades que corresponda, los resultados y propuestas de esta Tesis también pueden servir como ejemplo o base de conocimiento.

Figura 2. Reproducción de «FIGURE 1 | Global distribution of (A) existing water transfer megaprojects (black lines) (N = 34) and (B) future water transfer megaprojects that are under construction (red lines) or in the planning phase (green lines) (Ntotal = 76). Blue lines show major rivers» del artículo Global Water Transfer Megaprojects: A Potential Solution for the Water-Food-Energy Nexus (Oleksandra, et al., 2018)

[1] Entre estos estudios científicos e independientes no consideramos los realizados desde la Administración. La razón es porque están enfocados a maximizar en lo posible la utilización de la infraestructura, desatendiendo o ignorando los impactos negativos. Es un planteamiento que, por sí mismo, es parte del problema.

CAHDET. Fe de erratas

Fe de erratas de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.
Agradezco a Beatriz Larraz la ayuda prestada.

Página 1, en el texto de la figura 1, donde dice «embale» debe decir «embalse».

Página 5, en la nota al pie nº3, donde dice «Fuente especificada no válida» debe decir «(Pérez Martínez & Monzón de Cáceres, 2008)».
Adicionalmente, en la Bibliografía habría que añadir la entrada:
Pérez Martínez, P. J. & Monzón de Cáceres, A., 2008. Consumo de energía por el transporte en España y tendencias de emisión. Observatiorio Medioambiental, Tomo 11(Tomo 11), pp. 127-147. Disponible en: revistas.ucm.es/index.php/OBMD/article/view/OBMD0808110127A

Página 36, en el inicio del segundo punto de la segunda lista (marcada con puntos), donde se indica «Se cambia la recomendación y felicitación a la CHT por limitar al máximo los desembalses hacia el Tajo por los “desembalses de referencia”» debe decir «Mientras que en el Libro Blanco del Agua se felicita a la CHT por seguir la recomendación de limitar al máximo los desembalses hacia el Tajo, ahora se implantan los “desembalses de referencia”».

Página 99, punto 8.a. Donde dice:
«Si = Si Veri – Defi«,
debe decir:
«Si = Si + Veri – Defi» .

Página 143, quinto párrafo. Donde dice «cuenca del tajo» debe decir «cuenca del Tajo».

Página 160, tercer párrafo. Donde dice «dan muchas facilidades para entrar en nivel y poder trasvasar el máximo» debe decir «dan muchas facilidades para entrar en nivel 1 y poder trasvasar el máximo»

Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura»: descarga y extractos

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CAHDET. Agradecimientos

Texto reproducido del apartados «Agradecimientos» de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

A la Universidad de Alcalá y a su Escuela de Doctorado, por ofertar el programa de doctorado, permitirme realizarlo y las facilidades dadas. Extensible a los servicios de la Universidad de Alcalá (CRAI ─Biblioteca─, Aula Virtual de la Universidad de Alcalá, Servicios Informáticos de la Universidad de Alcalá, Servicio Web y de Información Universitaria de la Universidad de Alcalá) y a IMDEA Agua.

A los directores de la Tesis: Irene de Bustamante Gutiérrez y Bernardo López-Camacho Camacho.

Por las actividades formativas complementarias realizadas:

  • Por la Jornada de bienvenida: contexto general del doctorado a Alberto Lázaro, Juan R. Velasco y Maria Esther García Gómez.
  • Por Estrategias de búsqueda y gestión de la información a María de los Ángeles Arteta Velasco, María Isabel Domínguez Aroca y Rocío Morcillo López.
  • Por el Workshop sobre Análisis Estadístico Composicional de Datos Hidroquímicos y Geoquímicos, realizado en el IGME a Juan José Egozcue ─UPC─, Maribel Ortego ─UPC─, Eulogio Pardo ─IGME─ y Vera Pawlowsky-Glahn ─UdG─.
  • Por Write it right, en IMDEA Agua, a Sonia Aguado ─Departamento de Química Analítica, química física e Ingeniería química de la UAH─.
  • Por Métodos Estadísticos para la Investigación a Francisco J. Callealta Barroso, Luis Alberto Lázaro Lafuente y Luis Felipe Rivera Galicia.
  • Por las I Jornadas de Español correcto: el lenguaje científico-técnico y administrativo a Ivana Krpan, Zaida Núñez Bayo y Francisco Javier Rodríguez Rodríguez.
  • Por el Curso de acceso al agua en proyectos de cooperación humanitaria (Por la UCM, Observatorio del Agua de la Fundación Botín y Fundación Promoción Social), realizado en la Fundación Botín, a Antonio Boliches, Lucia De Stefano, Macarena Cotelo, Gema Talaván y Fernando Mazarro.
  • Por el curso Breve introducción a R a Juan López Cantalapiedra.

A Gloria Rubio Sánchez por la ayuda en las tramitaciones administrativas y gestiones realizadas.

A nivel particular, que directamente me han apoyado en la Tesis o bien han influido en que estuviera en buena disposición para realizarla: Mercedes Echegaray Giménez, Sara Pelegrín Mc Carthy, José Antonio Fernández Sánchez, Álvaro Terrero Guerra, Vanesa Pérez Salas, Isabel María Moreno Díaz, Mónica Sainz de Aja Ramos, José María Marín Morcillo, Raúl Prieto Moliner[1], Carlos Marco Portolá, Ángel Sanjuán Hermoso (in memóriam), María Eugenia Espada, Mariano Cebrián del Moral, Luis Ortega Regato, Ignacio López Rodríguez, …

Especialmente a familia y amigos ─varios ya mencionados─ por todo, no sólo por la Tesis.


[1] Por descuido inexcusable no figura en el original de la tesis

CAHDET. Introducción

Texto reproducido del apartado «1.1-Introducción» de la Tesis» de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

Siendo la cuenca hidrológica la unidad de gestión del recurso, las transferencias o trasvases intercuencas suponen una excepcionalidad. Son varios los construidos en España, de diferentes características. La mayoría con una explotación fluida, asumida con normalidad entre la cuenca cedente y la cesionaria, dentro de un marco definido ex professo para cada caso.

El Acueducto Tajo-Segura (ATS), o Trasvase Tajo-Segura (TTS) ─la Figura 1 muestra su ubicación con una breve descripción; en An.1A se encuentra una descripción más detallada─, es el de mayor capacidad de transporte de los construidos a la fecha en España; también el más largo. Además, comunica dos cuencas hidrográficas que no son contiguas. Sin embargo, a diferencia de otros trasvases, está acompañado de polémica y controversia desde su concepción en 1932, con un resultado por debajo de las perspectivas generadas.

Figura 1. Ubicación del ATS (Acueducto Tajo-Segura, trasvase Tajo Segura o TTS) con breve descripción
Figura 1. Ubicación del ATS (Acueducto Tajo-Segura, trasvase Tajo Segura o TTS) con breve descripción

Uno de los elementos de debate, que duró hasta iniciada su explotación, fue la determinación de cuánta agua se podría trasvasar y en qué condiciones quedaría la cuenca del Tajo. La primera Ley del ATS, la Ley 21/1971, ya definía que sólo se podrían trasvasar “caudales regulados excedentes procedentes del río Tajo”, e indicaba en su preámbulo que la cuenca del Tajo no podría ver mermado su desarrollo. El debate continuó los años siguientes, especialmente tras el cambio de régimen político. En esa tesitura, la segunda Ley del ATS, la 52/1980, que en principio estaba prevista sólo para tratar aspectos económicos, incorporó por consenso durante su tramitación parlamentaria aspectos de gestión del ATS diferentes a los puramente económicos. Entre estos cambios se encuentra la insistencia en que sólo se pueden trasvasar aguas excedentarias y encomienda al plan de cuenca del Tajo su determinación.

Con un funcionamiento del ATS que no cubría las expectativas generadas y la aparición de múltiples problemas y conflictos asociados en las cuencas del Tajo y del Segura, la determinación del carácter excedentario de las aguas supuso en la práctica el retraso e incluso estancamiento de la elaboración de los planes de cuenca. Tras varios intentos, se desatascó la situación en 1997, en un horizonte en el que se vislumbraba el trasvase Ebro-Segura como complemento al ATS. Se implantó una definición de excedentes en el Plan del Tajo con una concepción diferente a la que se estaba realizando en los trabajos previos: se declaraba excedente toda el agua embalsada en Entrepeñas y Buendía por encima de 240 hm³ ─aproximadamente, el 10% de su capacidad─. Una definición de excedentes que no determinaba directamente cuál era el trasvase que se iba a realizar cada mes. Decisión que seguía correspondiendo a la Comisión Central del Explotación del Acueducto Tajo-Segura (CCEATS), salvo que los embalses estuvieran por debajo de la curva de excepcionalidad hidrológica, cuya decisión correspondía al Consejo de Ministros. Como apoyo para la toma de decisión la CCEATS adoptó unas Reglas de Explotación[1] orientativas de carácter interno.

Técnicamente, el Plan del Tajo es el lugar adecuado donde se ha de determinar el carácter excedentario de las aguas a trasvasar. El excedente, el sobrante, es el resultado de la comparación entre los recursos disponibles y la atención de las necesidades de la cuenca, objeto ambos del propio plan de cuenca. De eta manera, la determinación del carácter excedentario de las aguas no sería más que la continuación lógica del proceso de asignación de los recursos del Tajo a los usos del Tajo, sin intervención en ningún caso de las necesidades del Segura. Sin embargo, la solución dada en 1997, aunque estuviera incluida en el Plan del Tajo de 1998 ─no así su justificación, que se hizo en documentación externa─, no viene avalada por los trabajos de planificación del Tajo, sino que fue propuesta por una instancia superior con un criterio diferente. Incluso en el propio contenido normativo del Plan del Tajo de 1998 se recogen aspectos específicos de la cuenca del Segura, como es la curva de definición de condiciones hidrológicas excepcionales que estaba calculada y concebida para garantizar los abastecimientos del Segura.

Los años siguientes fueron de lluvias relativamente abundantes, aprovechándose para aumentar el volumen de agua trasvasada. En un año se alcanzó el máximo permitido de 600 hm³ ─única vez─ y en varios se trasvasó por encima de 500 hm³. Con esa coyuntura de lluvias, en el Libro Blanco del Agua (Ministerio de Medio Ambiente, 2000), se da por solucionado el problema. Sin embargo, el periodo seco iniciado en 2004 puso en evidencia la situación, con vuelta a situaciones perentorias y niveles bajos en los embalses de cabecera.

Tras la aprobación de la Directiva Marco del Agua europea, y su transposición a la legislación española, se inició un nuevo proceso de planificación que tendría que estar acabado en 2009 pero que en el caso de la cuenca del Tajo sufrió un retraso especial por la revisión de la determinación de excedentes. En los trabajos de planificación se elaboró una modelística específica (Modelo del eje del Tajo) que preveía un empeoramiento de la situación del Tajo de continuar con la misma gestión del ATS, por lo que se planteó una nueva determinación del carácter excedentario de las aguas, al amparo de la Ley 52/1980. Estos trabajos, que fugazmente se publicaron en octubre de 2011 en la web de la Confederación Hidrográfica del Tajo, fueron desechados por instancias superiores. En 2013, estas instancias deciden sacar el plan del Tajo retirando la implantación del régimen de caudales ecológicos en el río Tajo. En lo referente a la definición de excedentes, alejándose de los trabajos realizados en la planificación del Tajo, se mantiene una línea continuista con el plan de 1998. A la vez se acometieron cambios en la legislación, que al final fueron introducidos por iniciativa del grupo parlamentario del partido que apoyaba al Gobierno en la Ley de Evaluación Ambiental (Ley 21/2013). Parte de estos cambios fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional al no haberse cumplido formalmente lo establecido en el Estatuto de Autonomía de Aragón, si bien difirió la declaración de inconstitucional un año, tiempo en el que se reintrodujeron estos preceptos en la Ley de modificación de la Ley de Montes (Ley 21/2015).

En la siguiente revisión del Plan del Tajo, publicada en 2016, se expone que estos cambios legales no dan opción a que en el Plan se atienda la encomienda de la Ley 52/1980, todavía vigente, de definir el carácter excedentario de las aguas a trasvasar.


[1] Consistentes en una regla tabular que, a partir del volumen embalsado en Entrepeñas y Buendía y de las aportaciones de los 12 meses anteriores, determina su situación respecto a cuatro niveles establecidos, asociándose a cada uno de ellos un trasvase que podría ser autorizado en ese mes.

CAHDET. Discusión de los resultados

Texto reproducido del apartado «3-Discusión» de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

Contexto
El ATS, una gran infraestructura hidráulica con gran controversia

El ATS es, por su envergadura, una gran obra. Con muy altas expectativas, el primer paso para la corrección del desequilibrio hídrico nacional. Permite transportar agua desde la cabecera del Tajo a la cuenca del Segura con un coste energético bajo. Apenas requiere 1,2 kWh/m³ para mover el agua más de 400 km. A un sitio, el Sureste peninsular, que tiene una gran demanda de agua para el regadío.

Por otra parte, su operación está siendo muy controvertida. A modo de experimento, la búsqueda de Tajo-Segura guerra del agua en Internet devuelve más de 400 000 resultados con el buscador Google y más de 5 000 000 con el buscador Bing. Con inde­pen­dencia de cuál es la cifra exacta, el resultado muestra la existencia de abundante contenido en Internet combinando los referidos términos. Un reflejo de la conflictividad que genera el ATS. Además de las reacciones en clave política, también hay documentación generada desde el tejido social argumentando contra el ATS[1].

Constatación del hecho: el ATS tiene un resultado por debajo de las expectativas

El funcionamiento del ATS está muy por debajo de sus expectativas. Dimensionado para 1000 hm³/año, las dudas que había para garantizar las necesidades del Tajo rebajaron para una primera fase lo que se podía trasvasar a 650 hm³/año, limitado a 600 hm³/año por cuestiones de capacidad del canal de la central del Picazo, que se aprovechaba en esta primera fase[2]. Sin embargo, el trasvase medio al Segura ha sido de 338 hm³/año, un 56% del máximo previsto. Con un dato para tener en cuenta: la media móvil de diez años de los trasvases realizados al Segura tiene un comportamiento decreciente desde hace más de diez años. Es previsible que esta tendencia continúe, pues las aportaciones parecen tener también una tendencia decreciente, mientras que los consumos del Tajo ─aunque limitados por Ley─ aumentan. Además, en algún momento entrará en funcionamiento las conducciones de la Llanura Manchega en el Guadiana.

Menores aportaciones. Efecto 80

Coincidiendo con el inicio de la explotación del ATS en 1980 se aprecia un claro de descenso de las aportaciones, conocido como efecto 80, con especial incidencia en Entrepeñas y Buendía. Se puede observar claramente por las propias gráficas del histórico de aportaciones anuales. Esta impresión es refrendada por medio de estudios contrastes estadístico. Para el caso de las aportaciones de Entrepeñas y Buendía ya existe un estudio que demuestra estadísticamente la existencia del efecto 80 con la serie de aportaciones restituida al régimen natural (mediante el modelo SIMPA) (Terrero Guerra, 2016). En este trabajo se realiza otro estudio estadístico de contraste (Anejo 5), en este caso con la serie de aportaciones aforadas, en el que se llega a la misma conclusión, la constatación del efecto 80.

Elevada presión sobre los recursos del SICAT

La parte alta de la cuenca del Tajo, nombrada como SICAT[3] en el plan de cuenca, está sometida a un elevado estrés hídrico. Con unos siete millones de personas y un alto desarrollo industrial, especialmente condicionada por Madrid y su área metropolitana, la demanda de abastecimiento es elevada. A lo que hay que unir una importante demanda de regadío. Frente a estas necesidades, los recursos hídricos son limitados.

Esta presión elevada de captación de recursos se traduce en un impacto importante en los retornos. A pesar de las mejoras en la depuración, la calidad de los ríos aguas abajo de los vertidos constituye un problema importante. En este sentido, hay que tener en cuenta que, en muchos tramos, como puede ser el Manzanares al pasar por Madrid, el caudal de los vertidos es muy superior al caudal que llevaba el río antes del vertido.

En este contexto, la cabecera del Tajo podría jugar un papel de válvula de escape, tanto en lo referente a la atención de usos como por ser una reserva estratégica. Función que actualmente se encuentra limitada por el ATS. Además, la propia detracción del trasvase provoca una reducción del caudal del Tajo, amplificando el impacto de la presión de los vertidos urbanos.

Niveles de Entrepeñas y Buendía

Desde 1980 el nivel medio de llenado de los embalses es del 29%, cuando antes de 1980 era del 66%. Estos niveles bajos tienen impacto en el estado de los embalses evaluados como masas de agua de acuerdo con la Directiva Marco del Agua y sobre los usos turísticos y recreativos asociados. Esto último condiciona el desarrollo económico de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía. Estos usos lo son de la cuenca del Tajo, y por tanto en teoría prioritarios sobre los usos del ATS.

La causa de estos niveles bajos no está en el efecto 80, sino en la gestión que se realiza del ATS. Incluso es algo que se busca, con el fin de rebajar la evaporación de los embalses e incrementar el volumen medio trasvasado, si bien se desaprovecha la capacidad de regulación hiperanual de los embalses con sus consecuencias negativas: alta variabilidad en la cuantía de los trasvases ─acompañada de fuertes tensiones─ y frecuentes situaciones de sequía que podrían ser evitadas.

El origen del trasvase Tajo-Segura: en la España seca y en la cabecera de la cuenca cedente

Para entender adecuadamente la problemática del ATS, es preciso considerar su relación con la cuenca cedente, de la que se destacan dos aspectos importantes. El primero es que, aunque se defienda que se trata de una medida para la corrección del desequilibrio hidrológico, realmente no es una infraestructura que comunica la España húmeda con la España seca. El punto de partida se encuentra claramente dentro de la España seca, como se puede apreciar con la cartografía de la clasificación climática o la precipitación registrada. Lógicamente, esta sequedad condiciona la cuantía de los excedentes. Con independencia de que el destino de las aguas trasvasada correspon­da a una zona más seca o de la rentabilidad que pueda sacarse al uso del agua. Esto último puede explicar una mayor apetencia de agua, pero en ningún caso que haya más o menos sobrantes en la cabecera del Tajo.

El otro factor importante es que la detracción se produce desde la cabecera del Tajo. El ATS podría rebautizarse como Acueducto cabecera del Tajo al Segura. Una de las implicaciones que tiene es que deja en evidencia todas las argumentaciones justificativas que consideran las aportaciones o capacidad de embalse de la totalidad de la parte española de la cuenca del Tajo. La realidad es que las aportaciones en el punto de toma son inferiores al 10% del total de la parte española de la cuenca y la capacidad de embalse de Entrepeñas y Buendía supone el 22% de la parte española de la cuenca del Tajo.

Combinando los dos factores, al tratarse de una detracción fuerte, magnifica el impacto del ATS sobre la cuenca del Tajo. Los caudales del Tajo se ven reducidos. La gestión del SICAT ─sometido a un alto estrés hídrico─ se encuentra muy condicionada, e incluso amenazada especialmente en los periodos secos. Así, la aplicación de la Directiva Marco del Agua (DMA) y la atención de los usos consuntivos del SICAT ─especialmente el abastecimiento a la población─ están condicionados por el ATS. En este sentido, una definición incorrecta de excedentes conlleva intrínseca­men­te que se compromete tanto el cumplimiento de la DMA como la atención de los usos del Tajo.

En la práctica es una presión adicional al Tajo

Que no se cumplan las expectativas del ATS tiene sus consecuencias, evidentes en el caso de los usuarios de las aguas trasvasadas que están recibiendo menos agua de la que se pensaba, pero también en la cuenca del Tajo, sometida a una presión adicional.

La presión sobre el Tajo es clara. Fácil de ver comparando lo previsto en el anteproyecto del ATS y las actuales limitaciones. La justificación de reducir los trasvases en una primera fase fue para atender los usos de la cuenca del Tajo, que se valoraban en 550 hm³/año, mientras que actualmente los desembalses de referencia los limitan a 365 hm³/año; una reducción del 34%. Cierto es que la estructura de consumos y necesidades contempladas en el anteproyecto del ATS para el Tajo es diferente de la base del cálculo de los desembalses de referencia. Pero este dato es un reflejo de como las circunstancias de explotación del ATS han supuesto una reducción adicional a la contemplada en el Anteproyecto de los recursos disponibles para la cuenca del Tajo.

Otro tipo de presión existente sobre el Tajo es la realizada desde agentes económicos o representantes políticos cuestionando el buen obrar de los responsables de su gestión por entender que perjudica al ATS. Es lo que ha ocurrido en los procesos de planificación del Tajo, a los que no se les ha permitido abordar adecuadamente la declaración de excedentes. Además, con cierta frecuencia hay declaraciones en ese sentido. Sin ir más lejos, coincidiendo en el tiempo con la redacción de estas líneas, un consejero del gobierno de la Región de Murcia afirma con contundencia en la Comisión Especial del Agua de la Asamblea regional de Murcia que “se desembalsa más en el Tajo para ‘desangrar’ la cabecera”[4]. La más de las veces, como es este caso, con tergiversa­cio­nes y manipulaciones de la realidad. El ambiente enrarecido que generan este tipo de manifestaciones es una presión adicional a la cuenca del Tajo derivada del ATS.

Importancia de la correcta caracterización de las aguas excedentarias del Tajo
Conforme a la legislación, el agua que se trasvase ha de ser excedentaria

El punto de partida de este trabajo es que, conforme se encuentra definido en las leyes del ATS ─Ley 21/1971 y Ley 52/1980─, el agua que se trasvase por el ATS ha de ser excedentaria de la cuenca del Tajo. Se trata de un término, excedente, que no tiene una definición legal propia, pero su definición en el diccionario de la Real Academia Española es clara ─en su tercera acepción─: “sobrante ( que sobra)”.

Lugar adecuado para la definición de los excedentes

Mientras se estaba construyendo la infraestructura, se incrementaban las dudas sobre cuánta agua se podría trasvasar realmente y de las afecciones que se podrían causar al Tajo. En este sentido, contrasta la rotundidad con la que en el anteproyecto del ATS de 1968 se hablaba de posibilidades de agua para trasvasar y se reorganizaban los usos del Tajo, con las cautelas que aparecen apenas tres años después en la Ley 21/1971. En su preámbulo se marca expresamente que los usuarios de la cuenca del Tajo “no han de ver mermadas sus posibilidades de desarrollo por escasez de recursos hidráulicos, como consecuencia del trasvase”. Y en su artículo primero limita los trasvases a los “caudales regulados excedentes procedentes del río Tajo”.

Sin embargo, la Ley de 1971 no cuantifica estos excedentes, sino que se limita a marcar un máximo en la primera fase, “hasta un máximo anual de seiscientos millones de metros cúbicos”. El debate seguía abierto. Con el cambio de régimen político se cambió también la manera de enfocarlo, siendo uno de los puntos calientes en la tramitación de la segunda Ley del ATS, la Ley 52/1980. Una Ley pensada para la Regulación del Régimen Económico de la Explotación, pero que acabó incluyendo varias disposicio­nes relacionadas con otros aspectos del ATS. Entre estas modificaciones, se cambió la redacción del artículo 1 para recalcar expresamente que el trasvase sería de las “aguas que por excedentarias sean trasvasadas desde la cuenca del Tajo a la del Segura, según lo dispuesto en la Ley veintiuno/mil novecientos setenta y uno, de diecinueve de junio”. Y también se incluyó la disposición adicional novena, bastante contundente. Esta disposición recalca que la “Administración adoptará las medidas pertinentes a fin de que, mediante la regulación adecuada, las aguas que se trasvasen sean, en todo momento, excedentarias en la cuenca del Tajo”. Además, indica el lugar donde se deben definir: “el carácter de excedentarias se determinará en el Plan Hidrológico de la cuenca del Tajo”. Mientras no estuviera aprobado este plan del Tajo, se seguiría el criterio de la Comisión Central de Explotación del ATS.

Esta propuesta, surgida de un acuerdo político en las Cámaras, más entre políticos que entre partidos, fue visionaria. Plantea la solución desde una gestión por cuenca hidrográfica. Y especialmente, porque es el lugar adecuado para caracterizar los excedentes. Pues éstos salen del balance entre disponibilidades y necesidades de la cuenca cedente, que se plantean y abordan en su propio plan de cuenca.

Además, con esta propuesta, se adelantaron 20 años a la DMA. El ATS es una presión importante de extracción de agua en la cuenca del Tajo, que causa su impacto. Realizar la determinación de excedentes desde la cuenca del Tajo, en el contexto de los planes de cuenca adaptados a la DMA, puede considerarse como la medida adecuada para minimizar o eliminar este impacto sobre la cuenca.

Crítica de la definición legal de excedentes
Realizada al margen de la planificación del Tajo

Desde 1998 hay una definición legal de excedentes de las aguas de la cabecera del Tajo que se pueden trasvasar por el ATS, que fue retocada en 2013. Es muy clara y simple: se declaran excedentarias todas las aguas embalsadas en Entrepeñas y Buendía por encima de un determinado umbral, 240 hm³ en 1998 y 400 hm³ en 2013. Además, se dispone de justificaciones técnicas de estos valores. En ambos casos, realizadas al margen de la planificación del Tajo, si bien se incluían las disposiciones en su contenido normativo[5]. Salvo en la última revisión del plan de cuenca del Tajo (en 2016), donde se esgrime que las modificaciones legales introducidas en 2013 son un impedimento. Es de destacar que en los trabajos de planificación de los planes del Tajo de 1998 y 2014, se planteaba una forma diferente de determinar los excedentes a la finalmente aprobada.

Determinación de excedentes en el Plan Hidrológico Nacional, sin referirla a la planificación hidrológica del Tajo

Tras la aprobación del PHT1998, se repitió la definición legal de excedentes en la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional (PHN2001), por medio de la disposición adicional tercera. Por su contenido y forma en que estaba redactada ─en su versión original─ puede ser considerada como un apuntalamiento de la definición del PHT1998, pues se limita a reproducirla y liga sus modificaciones futuras a los cambios del Plan del Tajo.

Esta disposición adicional tercera del PHN2001, en su redacción original, no aportaba nada. Aunque definida con rango de Ley, superior al Real Decreto del PHT1998, no lo contradecía, y dejaba la puerta abierta para que en el futuro se pudiera cambiar la determinación legal de excedentes dentro del plan de cuenca del Tajo. Su inclusión no se encuentra justificada en la exposición de motivos, Parece ser que es por la interpretación del artículo 43 de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas (posteriormente artículo 45 en el Texto Refundido de la Ley de Aguas ─Real Decreto Legislativo 1/2001─) en la que se indica que el Plan Hidrológico Nacional contendrá “la previsión y las condiciones de las transferencias de recursos hidráulicos entre ámbitos territoriales de distintos Planes Hidrológicos de cuenca”.

No obstante, conceptualmente, esta disposición adicional tercera en el PHN2001 es incongruente. A la vez que se aprobó la Ley de Aguas, se derogaron y mantuvieron diferentes disposiciones legales. Entre éstas, las leyes del ATS, la Ley 21/1971 y la Ley 52/1980, expresamente se declararon vigentes. Por tanto, que el agua que se trasvase ha de ser excedentaria de la cuenca del Tajo y que su caracterización ha de realizarse en el plan hidrológico del Tajo tenía ya un soporte de Ley. Una Ley que otorga al plan hidrológico del Tajo la tarea de realizar su desarrollo, como ocurre con diversos reglamentos aprobados por Real Decreto. Es decir, que el PHN2001 no tenía necesidad de dar cobertura con rango de Ley a la declaración de excedentes del PHT1998, pues ya contaba con este soporte, a través de la Ley 52/1980.

Otro punto de incongruencia de la disposición adicional tercera del PHN2001 es que se limita a la declaración del carácter excedentario de las aguas, pero no recoge otros aspectos relacionados con el ATS, ajenos al Tajo, que se incluyeron en la normativa del PHT1998. Aspectos como la determinación de la curva de excepcionalidad hidrológica ─concebida para garantizar los abastecimientos del ATS─ o la referencia a las Reglas de Explotación, que son ajenos a la cuenca del Tajo y que no deberían encontrarse en su normativa.

En diciembre de 2013, por medio de la Ley 21/2013, se introdujeron varios cambios en la legislación del ATS[6]. Uno de ellos era dar una nueva redacción a la disposición adicional tercera del PHN2001, elevando el umbral de 240 a 400 hm³ y desligándolo del plan hidrológico del Tajo. Este cambio es importante, pues en la práctica supone un impedimento para que se definan en el plan de cuenca del Tajo, a pesar de que el mandato de la Ley 52/1980 continua vigente. Pero esta disposición, unida a otras incluidas en la Ley 21/2013, son la razón por la que el plan hidrológico del Tajo de 2016 no abordara el tema de la caracterización de excedentes, como expresamente se recoge en su Memoria.

Como tema anecdótico, la propia declaración de excedentes del PHT2014 carecía de razón de ser desde el mismo momento de su publicación, que fue posterior a la Ley 21/2013. Esta contradicción se explica por el procedimiento de aprobación de los planes de cuenca, con una serie de trámites, que retrasaron su aprobación, dándose el caso de que el marco legal en el que se concibió fue distinto al existente en su aprobación.

Como resumen, la declaración de excedentes incluida dentro del PHT1998 no fue realizada desde la planificación hidrológica del Tajo. Fue realizada por instancias externas e incluida en el plan del Tajo, con retirada de las propuestas que se planteaban en los borradores previos. A partir de 2013, la declaración de excedentes se realiza formalmente desde el PHN2001. Actualmente, aunque siga existiendo el mandato legal de que el carácter excedentario de las aguas a trasvasar se haga desde el plan de cuenca del Tajo, al aprobarse por Real Decreto, no puede contradecir las disposiciones con rango de Ley introducidas en 2013. Hay por tanto disposiciones legales contradictorias, que en la práctica dificultan la correcta determinación de excedentes.

En la justificación de la definición legal de excedentes sólo se contemplan unos usos de una parte del Tajo

Los excedentes legales no se determinan desde la planificación del Tajo, una incongruencia que tiene efectos prácticos. Uno de ellos es que se reduce la cuenca del Tajo a unos usos entre Bolarque y Aranjuez, incluyendo el mantenimiento del caudal mínimo de 6 m³/s en el Tajo a su paso por el Real Sitio.

La justificación tradicional de esta forma de actuar es que como el Jarama confluye con el Tajo a la altura de Aranjuez, los usos aguas abajo cuentan con fuentes alternativas de suministro.

Sin embargo, esta coyuntura de existencia de fuentes alternativas de suministro no significa, por sí misma o como suposición previa, ni que sean suficientes ni que sean la mejor opción para la cuenca del Tajo. Como se incide en este trabajo, la cuenca del Tajo es compleja, con unos elevados índices de explotación en la parte oriental de la cuenca, situadas aguas arriba del embalse de Azután (cerca de Talavera de la Reina). Con unos indicadores, elaborados por la propia Confederación Hidrográfica del Tajo, que definen esta parte de la cuenca con un muy alto estrés hídrico. La atención de las demandas consuntivas tiene una gran relevancia, especialmente el abastecimiento de cerca de siete millones de habitantes, en un contexto de recursos hídricos limitados, finitos. Por otra parte, está la consecución de los objetivos ambientales en las masas de agua, que se encuentran sometidas a unas fuertes presiones antrópicas, tanto por la regulación ─la cuenca del Tajo es la que cuenta con mayores volúmenes de embalse─ con sus afecciones aguas abajo de los embalses, como por la extracción del recurso y la restitución de las aguas residuales al medio.

También están los propios embalses de la cabecera del Tajo, y la afección a sus municipios ribereños. En este caso, no sólo son ignorados en la justificación de excedentes, sino que son tratados de manera despectiva, anteponiendo los usos de las aguas trasvasadas de manera explícita.

Son aspectos de la cuenca del Tajo que no han sido tenidos en consideración para la determinación del carácter excedentario de las aguas del Tajo.

Por tanto, esta reducción de la cuenca del Tajo a un pequeño tramo del río es una simplificación no justificada, ni ajustada a la realidad de la cuenca del Tajo. Es un mal planteamiento del problema, que lo contempla sólo parcialmente, que lógicamente no puede dar lugar a una buena solución.

Excedentes frente a excedentes condicionados

Además de este cambio de alcance, de sustituir la cuenca del Tajo por un tramo del río Tajo, la definición legal de excedentes requiere la imposición de unas limitaciones a la gestión de la cuenca del Tajo. Por tanto, los excedentes legales pueden considerarse como “excedentes condicionados”.

La primera limitación impuesta a la cuenca del Tajo es restringir los desembalses que se realizan hacia el Tajo. Algo que ya se hacía tras la definición legal de excedentes de 1998, considerado como una especie de buenas prácticas en el Libro Blanco del Agua (Ministerio de Medio Ambiente, 2000). Tras las modificaciones legales de 2013 queda reflejada por Ley, con el concepto de los desembalses de referencia ─desde Bolarque hacia el río Tajo─, que no pueden ser superados, salvo causa justificada y explícitamente motivada por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT).

Conceptualmente, es una disposición que corrige las competencias del organismo de cuenca, algo excepcional. Su definición práctica es limitativa, pues no considera que se puedan hacer desembalses para atender usos aguas abajo de Aranjuez. Además, considera para sus cálculos un caudal mínimo y máximo de 6 m³/s en Aranjuez, algo que en la práctica es imposible de conseguir, máxime teniendo en cuenta la distancia entre el punto efectivo de regulación ─embalse de Almoguera─ y el de control ─Aranjuez─, con la lógica y natural introducción de niveles del río. Es decir, no tenía en cuenta lo que para poder garantizar en el río Tajo por Aranjuez un caudal de 6 m³/s, es preciso desembalsar desde cabecera un caudal mayor, del orden de los 8 m³/s. Este es un hecho que se puede comprobar en los valores del SAIH del Tajo, especialmente en los meses fuera de la temporada de riego, en los que se observa un caudal prácticamente constante por Almoguera y las oscilaciones en Aranjuez.

Otra coacción importante que sufre el Tajo es que no se haya podido implantar un régimen de caudales ecológicos en el río Tajo. Por una decisión política, motivada por su afección al ATS, como así se reconoció ─y se reivindicó como logro─ en la Asamblea Regional de Murcia por el presidente de la Región de Murcia el 17/4/2013. Realmente, la implantación del régimen de caudales ecológicos en el río Tajo que figuraba en el Esquema de Temas Importantes aprobado en noviembre de 2010 supondría una reducción importante de los excedentes a trasvasar. Para evitarlo, se dejó sin implantar el régimen de caudales ecológicos en el río Tajo.

Ruptura de la unidad de cuenca del Tajo

Como consecuencia o resumen de lo expuesto anteriormente, puede desprenderse que el ATS, o mejor dicho la forma en que se está gestionando el ATS, ha llevado a una escisión de la cabecera del Tajo del resto de la cuenca. Incluso gráficamente, así se refleja en el Plan Especial de Sequía de 2018, en el que se considera que el organismo de cuenca encargado de la gestión del Tajo no tiene capacidad de actuación efectiva sobre los embalses de Entrepeñas y Buendía.

El caso es que, más allá de la oportunidad y corrección del planteamiento, refleja la realidad. La Confederación Hidrográfica del Tajo tiene restringidos las sueltas al Tajo desde Entrepeñas y Buendía por los desembalses de referencia. Tampoco tiene capacidad para decidir en su planificación ni cuantificar los excedentes. Aunque oficialmente figura como gestor de los embalses de Entrepeñas y Buendía, no tiene margen de actuación sobre los mismos.

Esta situación choca con el principio rector de la gestión en materias de aguas del “respeto a la unidad de la cuenca hidrográfica, de los sistemas hidráulicos y del ciclo hidrológico”, definido en el artículo 14.2 del Texto Refundido de la Ley de Aguas.

Además, la aplicación de la declaración legal de excedentes da lugar a resultados no deseados
La definición legal de excedentes es insuficiente para determinar cuánta agua se trasvasa cada mes. Invención de las Reglas de Explotación

Una característica de la definición legal de excedentes es que no determina cuál es la cantidad que se puede trasvasar cada mes. La decisión la ha de tomar la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura (CCEATS), salvo cuando el sistema se encuentre en situación de excepcionalidad hidrológica, cuya decisión corresponde al ministro con competencias (anteriormente, era el Consejo de Ministros).

Conceptualmente parece un problema relativamente sencillo. Puesto que ya tienen el marchamo de excedentarias, se podría autorizar cada mes el máximo que se pueda transportar por el canal, limitado a que no se supere el máximo anual (600 hm³/año para el Segura más 50 hm³/año para el Guadiana), ni se baje en Entrepeñas y Buendía del umbral mínimo fijado (actualmente, 400 hm³). Pero como se muestra en esta Tesis con una simulación, el resultado de este proceder con ausencia de cautelas sería todavía más desastroso que en la actualidad: el 75% de los meses se estaría en situación de excepcionalidad hidrológica, el 30% de los meses con Entrepeñas y Buendía por debajo de los 400 hm³ (trasvase 0) y gran irregularidad de los trasvases.

Esta situación de caos ya se previó en 1997, y en paralelo a la fijación legal de excedentes, la CCEATS adoptó, de manera interna y a título orientativo, lo que se denominaron las Reglas de Explotación. Consistían en establecer cuatro niveles en Entrepeñas y Buendía en función de sus reservas y las entradas de agua de los doce meses anteriores:

  • Nivel 1, asociado a una situación de abundancia, en la que se puede poner el ATS a máxima capacidad y autorizar el máximo trasvase que se puede transportar.
  • En el nivel 2 se entiende que la situación no es tan buena, planteándose un trasvase menor.
  • El nivel 3 es cuando se encuentra por debajo de la denominada curva de excepcionalidad hidrológica, en cuyo caso se entiende que no se encuentran garantizados los abastecimientos de la cuenca receptora, planteándose un menor trasvase mensual, y remitiendo la toma de decisión al Consejo de Ministros, o desde 2013 al ministro competente.
  • El nivel 4 corresponde a cunado se encuentra por debajo del umbral de determinación de excedentes, en cuyo caso no se puede trasvasar.

De esta manera se estableció una dualidad: una declaración legal de excedentes que pueden ser trasvasados imprecisa y unas Reglas de Explotación que determinaban ─en un principio con carácter orientativo─ los volúmenes que se podían trasvasar. Esta concepción puede dar lugar a confundir en la práctica las Reglas de Explotación con la definición de excedentes, pues en el fondo determinan los trasvases que se han de realizar. Pero no se llama determinación de excedentes, sino programación de trasvases.

Las Reglas de Explotación están concebidas y calculadas sin tener en ningún momento en cuenta la situación del Tajo, por lo que nunca pueden ser llamadas determinación de excedentes, aunque su apariencia sea parecida.

Fracaso de las Reglas de Explotación en la búsqueda de una estabilidad de los trasvases y una minimización de las situaciones de excepcionalidad hidrológica

Desde un primer momento las Reglas de Explotación no han cumplido su objetivo de evitar las situaciones de excepcionalidad hidrológica y buscar una regularidad en los envíos. Analizando el periodo 1997-2013, antes de los cambios legales, se aprecia como hay un primer subperiodo de aportaciones abundantes, 1997-2004, en el que se batieron los récords de trasvases realizados, alcanzándose el máximo de 600 hm³/año en un año y superando los 500 hm³/año en otros cuatro. Sin embargo, en el periodo seco 2004-2010 la situación fue radicalmente distinta, con 21 decisiones de trasvase tomadas por el Consejo de Ministros al estar la cabecera del Tajo en situación de excepcionalidad hidrológica. Los abastecimientos del Segura estaban en peligro de no poder ser atendidos, por lo que se dictó el Real Decreto Ley 15/2005, de 16 de diciembre, de medidas urgentes para la regulación de las transacciones de derechos al aprovechamiento de agua, prorrogado por prórrogas sucesivas hasta el 30 de noviembre de 2009. Con esta medida excepcional se incrementó el trasvase en 202 hm³ mediante cesiones de derechos de las zonas regables del Canal de la Aves y de Estremera, que pararon su explotación esos años para acometer actuaciones de renovación y modernización.

Esta crisis en la gestión dejó en evidencia tanto la forma de determinar los excedentes como la forma de determinar los trasvases (Reglas de Explotación), pero ni siquiera hubo reflexión oficial sobre el asunto. En este contexto de complacencia con una mala solución y gestión, también como reacción al intento de realizar una definición de excedentes desde la planificación del Tajo, en 2013 se introdujeron una serie de disposiciones legales concebidas para blindar el ATS. Lejos de considerar la disfuncionalidad de las Reglas de Explotación, se elevaron a rango de Ley, dejando de tener carácter orientativo. Son imperativas en las situaciones de niveles 1 y 2. No se corrige la situación, sino que se agrava. Consecuentemente, es previsible la recurrencia de periodos de excepcionalidad hidrológica y trasvase 0, como está ocurriendo en los últimos años.

Propuesta de metodología para caracterizar los excedentes
Concepto y contraste con la empleada en la definición legal de excedentes

La metodología que se propone para la caracterización de los excedentes es, conceptualmente, bastante sencilla. Basada en un balance de entradas y salidas en Entrepeñas y Buendía y observar los resultados, sin recurrir a complejos procedimientos. No se tiene en ningún momento en consideración el concepto de garantías de la IPH, pues contemplarlo iría en contra del concepto de prioridad de la cuenca cedente y de excedente.

Con su sencillez, quizá por eso, esta metodología es bastante potente, y permite formar una idea razonable de cómo sería la evolución del sistema en determinadas circunstancias.

Es fácilmente aplicable y reproducible con ayuda de una hoja de cálculo. En esta Tesis, salvo los valores mensuales de los balances que aumentaría considerablemente la cantidad páginas llenas de números de escasa significancia, se muestran de manera sistemática gráficos, tablas anuales y resúmenes estadísticos de cada escenario simulado. De manera que, con independencia de que en los comentarios o análisis se pueda incidir más en unos aspectos u otros, se representa una imagen adecuada del resultado que tendría la gestión del sistema en cada hipótesis.

Es un planteamiento habitual en los trabajos hidrológicos. Sin embargo, la metodología que sustenta la definición legal de excedentes es bastante diferente, consistente en:

  • reducir, a efectos del ATS, la cuenca del Tajo al tramo del río Tajo entre Bolarque y Aranjuez;
  • valorar las necesidades de desembalse que se requieren para atender las demandas en este tramo, manteniendo un caudal mínimo de 6 m³/s por el río Tajo en Aranjuez;
  • calcular, con la serie de aportaciones considerada, la capacidad de embalse que se necesita para regular estos desembalses, considerando la existencia de un mínimo de explotación en Entrepeñas y Buendía de 118 hm³;
  • comprobar que esta capacidad de embalse calculada es inferior a los 400 hm³ fijados, argumentando que la diferencia es un margen de seguridad para el Tajo.

Se aprecia por tanto que, en lo que se refiere a la caracterización de excedentes, hay una gran diferencia entre la metodología propuesta y la utilizada para la que está vigente. Sin embargo, sí que tiene cierto parecido con la empleada para la justificación de las Reglas de Explotación, si bien con un enfoque diferente, pues se parte como premisa que las necesidades del Tajo ya están cubiertas con el umbral mínimo de 400 hm³, centrándose únicamente en cómo se hacen los trasvases y cuál es su evolución con los años. Así, la metodología planteada para la caracterización de excedentes es también válida para el análisis y propuesta de mejora de las Reglas de Explotación. Cambiando eso sí el enfoque, olvidándose de la situación del Tajo ─que teóricamente tendría que estar resuelta con la definición legal de excedentes─ y centrándose únicamente en la evolución de trasvases y las situaciones de excepcionalidad hidrológica.

Aportaciones. Efecto 80. Serie larga, serie corta

Como variable de entrada, se tiene la suerte de disponer de una serie de aportaciones aforadas de más de cien años (1913‑2017), justo en el punto que interesa para el estudio. Es algo poco frecuente en hidrología, que evita tener que recurrir a las estimaciones de las aportaciones en régimen natural. Sobre la serie, está construida de una forma heterogénea, con los primeros años midiendo las entradas en Bolarque y luego en Entrepeñas y Buendía a partir de su construcción. Además, está pasada por el filtro de los trabajos realizados entre 1960 y 1964. Así, puede tener ciertas distorsiones, pero que a efectos de estas simulaciones se asumen. Lo que sí se ha hecho ha sido corregir la serie para los años anteriores a 1988, detrayendo el consumo neto estimado para la refrigeración de la Central Nuclear de Trillo (puesta en servicio en 1988). Las otras demandas aguas arriba de Entrepeñas y Buendía, de escasa cuantía, se considera que no han sufrido fuertes variaciones.

Lo que sí se aprecia, con gran trascendencia en la gestión del ATS, es que la serie no es estacionaria. En los trabajos de planificación del Tajo hay una gráfica muy clara, reproducida y actualizada en la Figura 43 (página 62), en la que se aprecia una ruptura de las aportaciones antes y después de 1980; casualmente, coincidiendo con la puesta en marcha del ATS. Es lo que se conoce como “Efecto 80”, sobre el que ya hay estudios. También coincide con la distinción entre serie larga y serie corta que se hace en la Instrucción de Planificación Hidrológica.

Adicionalmente, en esta Tesis se incluye un análisis estadístico de la serie de aportaciones, en el que todos los contrastes realizados coinciden en aceptar la hipótesis de que la serie de aportaciones desde 1980 es diferente a la de las aportaciones anteriores a 1980.

A efectos de los cálculos, tiene una gran importancia, pues al considerar los valores ante­riores a 1980 en las simulaciones se está simulando una situación diferen­te a la que es de esperar en las condiciones actuales. Es decir, puede dar a resultados e interpre­ta­cio­nes erróneas. Así, a efectos prácticos, sería suficiente con considerar la se­rie de apor­ta­ciones a partir de 1980, que además evitaría estos errores de interpre­tación.

A pesar de estas consideraciones, en esta Tesis se han realizado las simulaciones con la serie completa. A efectos del proceso de cálculo, con el apoyo de la informática, supone prácticamente el mismo esfuerzo. Y en los resultados se aprecia igualmente que, para una hipótesis uniforme para toda la serie, los resultados anteriores y posteriores a 1980 son radicalmente diferentes. En la presentación de los resultados se ha puesto énfasis en separar claramente los valores en los periodos, no dándose estadísticas o medias sobre toda la serie. Los análisis y comentarios se centran en el periodo 1980‑2017.

A su vez, en el resultado de las simulaciones en el periodo 1980‑2017 se pueden distinguir tres ciclos, con comportamientos ligeramente diferenciados. A diferencia de lo ocurrido con los contrastes entre las partes anterior y posterior a 1980, no hay evidencia estadística de que se traten de series diferentes. Pero sí tiene su influencia a la hora de analizar los resultados y plantear las hipótesis para los siguientes escenarios.

Un aspecto preocupante es que en el periodo 1980‑2017 se parece apreciar una tendencia descendente de las aportaciones. Es revelador que en seis años de este periodo se haya podido decir que se tuvo el mínimo histórico de aportaciones. No hay herramientas para predecir cómo va a ser la evolución futura, pero se insiste en que esta tendencia es por sí misma una alarma, que debiera llevar a extremar las cautelas en la gestión. Máxime en un escenario marcado por las consecuencias que se puedan derivar del cambio climático.

Lo que no se entra en este trabajo es en atribuir las causas a este descenso de aporta­cio­nes. Principalmente por falta de conocimiento. Puede que sean manifestaciones tempranas del cambio climático. O que se deban a fenómenos atmosféricos y de dinámica marina, como oscilaciones de la corriente de chorro o alteraciones de las corrientes en el Atlántico y el Mediterráneo. U otras posibles causas. No son más que meras conjeturas. Lo que sí que en este trabajo se apunta que parte de esta reducción se puede explicar por causas antrópicas, a través de la que se denomina “teoría del arado y del butano” (de la que no se tiene autor identificado; no es propia). Según esta teoría, la escorrentía se ha visto disminuida por el aumento de la profundidad del arado por la mecanización en los terrenos de secano ─con mayor retención del agua de lluvia─ y una mayor reforestación ─con mayor evapotranspira­ción─, derivada tanto de las actuaciones realizadas al respecto como de la menor retirada de leña de los bos­ques para la calefacción. A este respecto, la reducción de aportaciones ha sido mayor en el embalse de Buendía, en cuya cuenca vertiente hay mayor superficie de secano.

Incidencia de la evaporación

La evaporación de Entrepeñas y Buendía es importante. Depende de numerosos factores como la insolación, viento o temperatura, por lo que de un año para otro presenta oscilaciones, aunque no muy grandes. A efectos de la simulación, se adopta un valor medio de 1100 mm, con su distribución mensual, que es el mismo valor considerado en la justificación de excedentes oficial de 2013. Con este supuesto, la única variable que queda es la superficie de la lámina de agua, ligada al llenado de los embalses.

Como orden de magnitud, cuando los embalses de Entrepeñas y Buendía se mantienen por encima de los 2000 hm³, se estima que la evaporación sería superior a 109 hm³/año. Por el contrario, con los embalses por debajo de 400 hm³, la evaporación se estima inferior a 33 hm³/año. A una capacidad de 1500 hm³ le correspondería una evaporación del orden de los 88 hm³/año.

Teniendo en cuenta que, en términos medios, la aportación de entrada se reparte entre las necesidades del Tajo, la evaporación y lo que se trasvasa, y que lo que se suelte hacia el Tajo está limitado por los desembalses de referencia, se tiene que una mayor evaporación significa menos trasvase; y viceversa, reduciendo la evaporación se logra aumentar el volumen de agua trasvasada.

Las Reglas de Explotación vigentes tienen esto muy en cuenta, de manera que fuerzan que los embalses de cabecera del Tajo se encuentren en niveles bajos, para reducir la evaporación, lo que se traduce en un mayor trasvase medio. Con la contrapartida negativa de que, al bajar los niveles, se desprecia la capacidad de regulación de los embalses, facilitando que se entre con frecuencia en situación de excepcionalidad hidrológica, identificadas en la práctica como sequías.

Expresado en otros términos, para reducir la evaporación se renuncia a una parte importante de la capacidad de regulación de Entrepeñas y Buendía, favoreciendo la aparición recurrente de sequía. Con afecciones graves en la cuenca del Tajo, especialmente sobre los municipios ribereños de los embalses, y también en la cuenca del Segura, pues se incentiva la frecuencia y duración de periodos de escasez de recursos, con movilización de pozos de sequía y otros.

La seguridad del Tajo no está en un umbral mínimo de no trasvase, sino en una gestión racional de los embalses de cabecera

La base de la determinación legal de excedentes actual está en reducir y limitar lo que pueden aportar Entrepeñas y Buendía a satisfacer unos determinados usos consuntivos ubicados entre Bolarque y Aranjuez, manteniendo el caudal mínimo de 6 m³/s en el Tajo por Aranjuez. Una vez cuantificada esta demanda, se procede a calcular el umbral mínimo, como la capacidad de embalse que se necesitaría para regular las aportaciones y atender estas necesidades.

En apartados anteriores se ha tratado la improcedencia del primer considerando de este planteamiento. Sin embargo, si se corrigiera esto, ¿por qué no continuar definiendo los excedentes de la misma manera, elevando el umbral?

Lo primero a advertir es que este proceder sería válido solamente para considerar los usos consuntivos. Sin embargo, hay otros aspectos que afectan a la cuenca del Tajo que están relacionados con las reservas, caso del propio estado de los embalses o el aprovechamiento de los usos turísticos y recreativos, que no estarían protegidos por este umbral mínimo, salvo que fuera desproporcionadamente alto.

Teniendo en cuenta esta consideración, que llevaría a completar la definición de aguas excedentarias de alguna manera, podría seguir planteándose esta forma de calcular la reserva mínima necesaria para las demandas del Tajo que se consideren convenien­tes. A lo que luego se le añadirían más condiciones. Sería una especie de garantía de seguridad para la cuenca.

Se ha realizado el ejercicio de calcular esta reserva necesaria para varias demandas anuales constantes, representando los valores en una gráfica (Figura 102, simplificación de la Figura 15). En el eje x, los valores de desembalses anuales considerados; en el eje y, la reserva mínima necesaria para regular las aportaciones y poder atenderlos. Es una curva creciente, prácticamen­te horizontal en la parte izquierda ─desembalses bajos─ e incrementán­dose la pendiente al aumentar la demanda.

Figura 102. Relación entre las demandas y el volumen necesario para regularlas con las aportaciones aforadas en Entrepeñas y Buendía
Figura 102. Relación entre las demandas y el volumen necesario para regularlas con las aportaciones aforadas en Entrepeñas y Buendía

Esto significa que, en la zona de valores bajos ─por ejemplo en la situación que se consideró en la determinación de excedentes de 1997─ se podían tomar ciertas alegrías, seguridades en el argot de la justificación, consistentes en mayorar demandas y minorar aportaciones, de manera que la reserva mínima necesaria no crecía dema­siado.

Sin embargo, estas seguridades se sobrepasaron en la práctica, de manera que para la justificación de excedentes de 2013 los valores que se tenían de demandas y aportaciones eran más críticos que los considerados en 1997. Si se hubiera seguido el mismo criterio de 1997, de incrementar las demandas y minorar las aportaciones, el umbral resultante hubiera sido superior a los 400 hm³. Pero lo que es más inseguro es que es con una mayor pendiente, por lo que una desviación de la realidad echa al traste la base de esta forma de fijar los excedentes. De hecho, ya ha ocurrido entre octubre de 2017 y marzo de 2018, cuando las aportaciones fueron inferiores a las contempladas llegaron con el sistema en niveles bajos ─consecuencia de las Reglas de Explotación─ y se bajó por debajo de la curva que supuestamente garantizaría los usos consuntivos del Tajo (véase la Figura 150, en la página 294).

Si en lugar de usar los desembalses de referencia, se toman en consideración las necesidades contempladas en el borrador del Plan del Tajo 2011, con desembalses adicionales para atender los caudales ecológicos que figuran en el Esquema de Temas Importantes aprobado en 2010 y otras demandas, la reserva necesaria para regularlas se dispararía, posiblemente a valores por encima de los 900-1000 hm³. Pero se insiste, con gran inestabilidad, pues peores condiciones de aportaciones o de desembalses a realizar darían fallo.

Es decir, la seguridad para el Tajo no está en el umbral mínimo que se fije, aunque éste sea alto, sino en una gestión razonable de los embalses. Evitando que se vacíen rápida­men­te, contando con reservas adecuadas al inicio de los periodos secos.

Aplicación de la metodología planteada al análisis de las Reglas de Explotación. Acción mitigadora
Adaptación de la metodología y análisis de las reglas

Si bien esta metodología está concebida para la caracterización de los excedentes, también permite analizar cuál es la situación previsible con la actual gestión, marcada por la declaración de excedentaria a las reservas en Entrepeñas y Buendía por encima de 400 hm³, una programación de envíos realizada por las Reglas de Explotación definidas en el artículo primero del RD 773/2014 y una limitación de los desembalses al Tajo fijada en los desembalses de referencia definidos en el artículo 4 del mismo RD 773/2014. El resultado es dramático, con gran parte del tiempo en situación de excepcionalidad hidrológica (30% del tiempo en nivel 3, 10% en nivel 4) que sería peor si se contemplaran también la posibilidad de toma de hasta 60 hm³/año para comple­men­tar el abastecimiento de Madrid, que figura en el propio RD 773/2014 (34% del tiempo en nivel 3, 19% en nivel 4). A su vez, los volúmenes a trasvasar presentan una alta variabilidad, convirtiéndose en una especie de lotería hidrológica. Es decir, un escenario caótico, que encaja perfectamente con la situación que se está producien­do desde la aprobación del cambio legislativo de 2013. Con el agravante que esta mala situación de la cabecera del Tajo, inducida por las Reglas de Explotación, es utilizada como argumentación para declarar situaciones de sequía en la cuenca del Segura, con sus consecuencias económicas, sociales y ambientales.

Lo primero que destaca de las actuales Reglas de Explotación, es que pretenden trasvasar 456 hm³/año (38 hm³/mes) en situación de normalidad, identificada con el nivel 2. Solamente sumando a esta cantidad los desembalses de referencia del Tajo, 365 hm³/año, da 830 hm³/año, cifra que es sensiblemente superior a las aportaciones medias registradas desde 1980 (737 hm³/año de media registrado en el periodo 1980-2017). Y además hay que tener en cuenta la evaporación, dependiente del llenado de los embalses. Como orden de magnitud, la evaporación media del periodo 1980-2017 estimada en la simulación con las actuales Reglas de Explotación es de 54 hm³/año, cifra baja pero acorde al escaso 31% de nivel medio de llenado de los embalses.

Otro hándicap que tienen las Reglas de Explotación es que dan muchas facilidades para entrar en nivel 1 y poder trasvasar el máximo. Pero estas alegrías en los meses en que se alcanza el nivel 1 se transforman en llantos en otros meses al entrar en nivel 3 e incluso 4. Pues al entrar fácilmente en nivel 1, tanto por tener un umbral bajo de acceso como por la posibilidad de entrar cuando las aportaciones acumuladas de los 12 meses anteriores superen una determinada cantidad, se impide la correcta recuperación de niveles en los periodos húmedos, resintiéndose en los periodos secos.

Necesidad de cambiar las Reglas de Explotación

Puesto que las Reglas de Explotación no cumplen sus funciones, ni equilibran el ritmo de realización de trasvases ni evitan las situaciones de excepcionalidad hidrológica, es aconsejable plantear su modificación. Incluso así está contemplado en la legislación (en la disposición adicional quinta de la Ley 21/2015), que faculta para cambiar los parámetros de las Reglas de Explotación ─mediante Real Decreto─ con “el único objetivo de dotar de mayor estabilidad interanual a los suministros, minimizando la presentación de situaciones hidrológicas excepcionales”

A diferencia de una nueva definición de excedentes, no se requiere ni esperar a un nuevo ciclo de planificación, ni cambiar leyes. Se trata de un mecanismo ya previsto, de implantación más ágil. En este documento, aplicando la metodología propuesta con las condiciones restrictivas que figuran en la legislación, se analiza tanto la situación existente como se justifica y evalúa el cambio. Con un procedimiento fácilmente reproducible con ayuda de una hoja de cálculo.

Aun siendo insuficiente para la cuenca del Tajo, pues no corrige la defectuosa definición legal de excedentes, dejaría un escenario mejor, con mayores existencias medias en Entrepeñas y Buendía y eliminando ─o reduciendo a la mínima expresión─ las situaciones de excepcionalidad hidrológica. Respecto a los usos de aguas trasvasa­das, el trasvase medio sería algo menor por elevarse la evaporación, pero de una gran regularidad. Lo que facilitaría la programación de cultivos y minimizaría los daños que causan en la cuenca del Segura las reiteradas declaraciones de sequía por causa de las bajas reservas en la cabecera del Tajo.

Propuesta de mejora de las Reglas de Explotación, para que cumplan su objetivo de evitar situaciones de excepcionalidad hidrológica y conseguir una regularidad en los trasvases

Un aspecto importante es que el valor aprobado de trasvase en nivel 2 (38 hm³/mes), difiere del valor planteado en la justificación de estas reglas (30 hm³/mes). La causa de esta diferencia está en las presiones realizadas por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo‑Segura (SCRATS) durante la tramitación del RD 773/2014. Una decisión sin soporte ni criterio técnico, tomada únicamente para contentar sobre el papel a un elemento de presión a costa de empeorar la situación. Porque esta pretensión de incrementar los trasvases en 96 hm³/año tiene una influencia negativa en la gestión del sistema. Lejos de incrementar el volumen medio trasvasado, lo que se consigue es incrementar la desregularización. En años de aportaciones abundantes se trasvasa más a costa de agravar la situación de penuria en los secos. Así, la simulación con las Reglas de Explotación reduciendo el trasvase en nivel 2 a 30 hm³/mes arroja mejores resultados, si bien se encuentran lejos de ser satisfactorios.

Otro defecto que tienen es que se puede entrar en el nivel 1 de manera fácil, por una doble vía: cuando las existencias en Entrepeñas y Buendía superan los 1300 hm³ o cuando las aportaciones de los doce meses anteriores superen los 1200 hm³. Es importante el efecto que tiene aquí la conjunción o, con funciones de operador lógico, pues basta que se dé una de las condiciones para que se esté en nivel 1 y se ponga el ATS a toda máquina. De manera que cuando se presentan aportaciones importantes, aunque los embalses no se hayan recuperado, se declara el nivel 1; por lo que se incrementa el ritmo de trasvases y se impide una correcta recuperación de niveles. Por tanto, la lógica recomienda la eliminación de la posibilidad de que se entre en nivel 1 sólo porque las aportaciones de los doce meses anteriores superen un umbral, además de elevar el umbral de existencias.

También hay que tener en cuenta es la vulnerabilidad del sistema ante unas eventuales mayores necesidades del Tajo, por encima de los 365 hm³/año de los desembalses de referencia. La propia legislación contempla dos opciones para que se pueda superar el umbral: hasta 60 hm³/año para atender la toma del Canal de Isabel II en Colmenar de Oreja y unas posibles necesidades puntuales del Tajo para poder cumplir los objetivos ambientales, con una justificación expresa del motivo. Un volumen ajustado de trasvase en nivel 2 da lugar a que, si se consideran estas posibles demandas adicionales del Tajo, el sistema entre en situación de excepcionalidad hidrológica con cierta frecuencia. Por tanto, es aconsejable reducir este trasvase en nivel 2 para poder asumir estas eventuales demandas. Si no se producen, lo que ocurriría es que al trasvasarse menos en nivel 2, los niveles en Entrepeñas y Buendía aumentaría, entrándose antes en nivel 1, con mayores trasvases; es decir, el volumen medio de trasvase casi se mantendría ─habría un ligero incremento de la evaporación─, también con un pequeño incremento de la desregulación interanual de los trasvases.

También se propone simplificar la curva de excepcionalidad hidrológica, haciendo que sea constante todo el año, igual al máximo de la actual. Es un mero criterio de simplicidad. Las variaciones de la curva de excepcionalidad hidrológica son pequeñas comparadas con la capacidad de embalse, lo que hace en cierta manera ridícula esta variación. Apenas tiene reflejo en los resultados, pero hace el sistema más sencillo, sobre todo para interpretar.

Un aspecto que se ha observado a partir de las simulaciones es que en el periodo 1980‑2017 se presentan tres ciclos, que tienen sus pequeñas diferencias o matices. El segundo periodo, el central, da un comportamiento ligeramente mejor que los otros dos. En el caso del primer ciclo, apenas se nota la diferencia, pues el volumen con el que se inicia en 1980 es relativamente alto. Sin embargo, para el tercer periodo, las reservas iniciales son bajas, reflejando las simulaciones problemas para recuperarse adecuadamente. Para solucionarlo, se plantea una opción más conservadora de trasvases en nivel 2, corrigiéndose este problema. Sin embargo, con esta solución, en el segundo ciclo aparecerían vertidos puntuales al Tajo, por alcanzarse el máximo operacional en Entrepeñas y Buendía, que suponen un pequeño descenso adicional en el trasvase medio esperable.

Con la aplicación de las Reglas de Explotación propuestas se conseguirían cumplir los objetivos de las Reglas de Explotación

En la Figura 103 se representa la comparación de tres indicadores del resultado de la simulación entre las Reglas de Explotación del RD 773/2014 y la propuesta de nuevas reglas.

Figura 103. Comparación de tres indicadores entre las Reglas de Explotación del RD 773/2014 y las propuestas: tiem­po en situación de normalidad (niveles 1 y 2), porcentaje del trasvase medio sobre el nominal (600 hm³/año) y años en los que se mantiene el mismo trasvase. Desembalses de referencia considerados: 365 hm³/año
Figura 103. Comparación de tres indicadores entre las Reglas de Explotación del RD 773/2014 y las propuestas: tiem­po en situación de normalidad (niveles 1 y 2), porcentaje del trasvase medio sobre el nominal (600 hm³/año) y años en los que se mantiene el mismo trasvase. Desembalses de referencia considerados: 365 hm³/año

Los indicadores considerados que reflejan la función de las Reglas de Explotación (programar los trasvases de modo que se eviten situaciones de excepcionalidad hidrológica y se mantenga una uniformidad en los trasvases) son:

  • Años con mismo trasvase: se ha calculado la moda para cada serie de trasvases anuales y se ha contado el número de años que se da. En ambos casos la moda coincide con el trasvase de un año en nivel 2. En las Reglas de Explotación del RD 773/2014 este indicador es sensiblemente menor. Con un añadido que no queda reflejado en el indicador: el 54% de los años el trasvase anual es menor que el previsto en nivel 2 para las Reglas de Explotación actuales (RD 773/2014), mientras que en la propuesta de nuevas reglas todos los años se tendría un trasvase igual o superior al definido para nivel 2.
  • Porcentaje de tiempo en normalidad: esto es, en los niveles 1 y 2 de la regla, con las reservas por encima de la curva de excepcionalidad hidrológica. En la situación actual, solamente el 60% de los meses se estaría en esta situación de normalidad, frente a la totalidad del tiempo que se estaría en normalidad con la propuesta de nuevas reglas.
  • Porcentaje de trasvase medio sobre el nominal (600 hm³/año): en este caso es algo mayor en el caso actual que con la propuesta de nuevas reglas. Una diferencia causada por una mayor evaporación (al ser los niveles de llenado superiores), la aparición de vertidos eventuales con las nuevas reglas, y a la diferencia del volumen de embalse al final de la simulación.

Con la definición de estos indicadores, permite apreciar gráficamente la diferencia. Cuanto más grande sea el triángulo dibujado en la gráfica mejor situación da, siendo cada vértice un indicador. Se ve claramente que la propuesta de nuevas Reglas de Explotación plantea un escenario mejor, con mayor uniformidad de los trasvases y evitando las situaciones de excepcionalidad hidrológica. Se evitarían situaciones de sequía forzada por la gestión con un trasvase mínimo de 240 hm³/año. Por el contrario, el trasvase medio sería algo inferior.

Se insiste en que esta propuesta de Reglas de Explotación se ha realizado respetando los principios de las Reglas de Explotación. Esto es, sin tener en cuenta los condicionantes y necesidades del Tajo más allá de lo establecido en los desembalses de referencia y la definición legal de excedentes. Por tanto, no han de confundirse con una definición de excedentes; sólo son una mejora de las Reglas de Explotación actuales. Sin embargo, los niveles de llenado que se tendrían en Entrepeñas y Buendía pueden considerarse aceptables para el cumplimiento de los objetivos ambientales en los embalses y facilitar el desarrollo económico de los municipios ribereños por medio de la explotación turística y recreativa del agua.

Aplicación de la metodología planteada a la caracterización de excedentes. Acción correctora
Resultado

Como se ha comentado antes, el lugar adecuado para realizarlo es el Plan de cuenca del Tajo. Para hacerlo en este trabajo falta la determinación de las necesidades de desembalse de Entrepeñas y Buendía para atender los usos del Tajo. Para solventarlo, se realiza una estimación de estos desembalses, a partir de los resultados que se expusieron en el borrador del Plan del Tajo de 2011.

Se consideran dos escenarios, sin o con implantación del régimen de caudales ecológicos. Aunque en puridad, el único que determina el carácter excedentario de las aguas es el que considera el régimen de caudales ecológicos.

Las necesidades de desembalse consideradas son mayores que los desembalses de referencia establecidos por Ley, incluso en el escenario sin el régimen de caudales ecológicos implantado. Consecuentemente, la cuantía de excedente resultante es inferior que el volumen que se trasvasaría aplicando las Reglas de Explotación.

A diferencia de lo ocurrido con la optimización de las Reglas de Explotación, para la determinación de excedentes el foco se sitúa en la cuenca del Tajo. Con los desembalses considerados se tienen en cuenta las necesidades consuntivas y el mantenimiento de caudales ecológicos, mientras que hay que fijarse con detalle en la evolución de las reservas en Entrepeñas y Buendía para velar por el mantenimiento de condiciones que favorezcan el buen potencial de los embalses además de favorecer el desarrollo de sus municipios ribereños con condiciones adecuadas para el desarrollo de los usos turísticos y recreativos.

Se ha realizado también otra simulación consistente en definir el excedente en nivel 2 en función de las aportaciones de los doce meses anteriores. Esta propuesta de reparto tiene un significado peculiar, de reparto de las aportaciones. El resultado no se considera que aporte mucho, pues los trasvases serían más irregulares. Pero se mantiene en la exposición de resultados como ejemplo de las posibilidades de la metodología para evaluar vías diferentes.

La cuantía de los excedentes reales es baja; sensiblemente inferior a los volúmenes que se trasvasan

El borrador del plan hidrológico del Tajo de 2011 (BPHT2011) estimaba en 91 hm³/año de media lo que se podría trasvasar por el Acueducto Tajo‑Se­gu­ra (ATS) con la implantación del régimen de caudales ecológicos en el río Tajo anticipada en el Esquema de Temas importantes del Tajo de noviembre de 2010. Una estimación de excedentes realizada desde la planificación del Tajo, conforme a lo estipulado en la disposición adicional novena de la Ley 52/1980. En esas circunstancias, en este trabajo se reduce el excedente a 64 hm³/año, pues respecto a lo planteado en el BPHT2011 se considera la necesidad de mantener unas reservas medias en Entrepeñas y Buendía altas, minimizando los episodios que bajen del 40%. Esta elevación de los niveles medios lleva asociada un incremento de la evaporación y la posibilidad de aparición de vertidos puntuales por los aliviaderos de Entrepeñas y Buendía en determinados momentos, como es habitual en la gestión de cualquier embalse.

Estos valores se encuentran en el orden de magnitud de lo que hace veinticinco años, en el borrador del Plan Hidrológico Nacional de 1993, se estimaba que se podría sacar de la cabecera del Tajo: 50 hm³/año. Si bien se planteaba una compleja red de trasvases desde diferentes cuencas hacia la cabecera del Tajo y poder continuar desde ahí el viaje por el ATS. Es decir, se reconocía la insuficiencia de la cabecera del Tajo para cubrir las expectativas generadas por el ATS, pero se planteaban otras alternativas, en forma de trasvases desde otras cuencas. Pero este borrador de Plan Hidrológico Nacional no prosperó, Fue retirado al considerarse en su momento que no se tenían los apoyos suficientes tras su paso por el Consejo Nacional del Agua, aunque en el mismo fuera aprobado.

Por contra, aunque en este trabajo también se concluye que los excedentes son reducidos, similares a los que se estimaron hace 25 años, no se plantea una alternativa. Puede resultar chocante para el lector que se asevere con tanta rotundidad una reducción drástica de la disponibilidad de agua para trasvasar, sin que el autor se moleste en plantear alternativas. Pero hay que tener en consideración que el objeto de estudio de este trabajo es la caracterización de los excedentes del Tajo, como aplicación de la protección que la legislación da a la cuenca del Tajo.

No se ha de confundir este enfoque con que se considere carente de interés la situación en la que quedaría el ATS. Todo lo contrario, se valora que es un problema importante, que acapara una parte importante de la atención de la política hídrica de las últimas décadas. Pero se entiende que debe ser afrontado con honestidad en los ámbitos competentes. Esta Tesis se limita a aportar una propuesta metodológica para la evaluación de los excedentes del Tajo, con su valoración, con una estimación de demandas del Tajo basada en su planificación. Una valoración que sirve como punto de partida para conocer la situación real de lo que se puede sacar de la cabecera del Tajo con mínimas afecciones a la cuenca cedente.

Asimetría de Entrepeñas y Buendía. Importancia para establecer una estrategia de aprovechamiento turístico y recreativo

A lo largo de este trabajo, al igual que en general en todo lo relacionado con el ATS, suele referirse a Entrepeñas y Buendía como un macroembalse único. Simplificación adecuada que ayuda a los cálculos y la interpretación. Por ejemplo, para las simulaciones, se considera que el volumen almacenado en Entrepeñas y Buendía en un mes determinado es X, sin entrar en detalles de cómo se reparte entre cada uno de los embalses. Puede decirse que es un detalle que no afecta a la finalidad principal, y entrar en su consideración obligaría a una mayor complejidad, con la necesidad de realizar suposiciones con un procedimiento para determinar de qué embalses se saca, y cuando se usa el túnel de trasvase entre los dos embalses.

En definitiva, a efectos de las simulaciones, no se llega al asunto del reparto del agua en los embalses. Sin embargo, para el tema operacional sí conviene hacer una serie de consideraciones sobre las diferencias entre los dos embalses.

Entrepeñas, sobre el río Tajo, tiene la mitad de capacidad que el embalse de Buendía, sobre el río Guadiela. Mientras que las aportaciones medias del río Tajo son mayores que las del Guadiela. Esto fue tenido en cuenta en la concepción de los embalses, de forma se unieron por un túnel de enlace, de gran capacidad, que permite llevar agua desde el embalse de Entrepeñas al de Buendía. La cota de la solera del arranque del túnel se encuentra próxima a la coronación de Entrepeñas. Así, sólo puede funcionar el túnel cuando las existencias de Entrepeñas se aproximan al 70% de su capacidad máxima.

Estas características pueden ser aprovechadas en la gestión. Además, hay que tener en cuenta un aspecto trivial en los embalses, derivada de la «forma en V» de los valles: en un metro de altura en la parte superior del embalse se puede almacenar mucha más agua que en un metro de altura de la parte inferior. Así, Entrepeñas al 70% de capacidad ofrece un aspecto presentable y atractivo para las actividades turísticas. En la Figura 58 (página 77) se muestra una comparación de dos ortofotografías de Entrepeñas tomadas en distintos momentos. En la de la izquierda, con el embalse precisamente en el entorno del 70%, se aprecia cómo la lámina de agua se aproxima a la máxima a pesar de que queda todavía un 30% de capacidad del embalse. En cambio, en la de la derecha, con el embalse al 20% de capacidad, el aspecto es desolador, poco o nada atractivo desde el punto de vista turístico.

Como propuesta, aprovechando todos estos condicionantes, podría gestionarse el sistema de embalses manteniendo en lo posible el embalse de Entrepeñas por encima de la cota del umbral del túnel de conexión en su arranque. Por medio del túnel puede utilizarse Buendía para regular. De esta manera, se conseguiría mantener y estabilizar el atractivo turístico del embalse de Entrepeñas, con su repercusión favorable en la economía y desarrollo de los municipios ribereños.

Contexto histórico de la concepción y materialización del ATS

Conocer la historia de la gestación del ATS ayuda a entender los problemas actuales. Es esencial a la hora de extrapolar la experiencia del ATS a otros trasvases.

Como comentario general es de destacar que las causas del mal funcionamiento del ATS en la actualidad ya estaban apuntadas en las reacciones que tuvo su concepción en 1932. Problemas que se desviaron de la cabecera del Tajo cuando se concibió el ATS, pero que no están resueltos. Las características d la cuenca del Tajo, especialmente de su parte alta (SICAT), lleva a que el estrés hídrico de esta parte alta de la cuenca se esté incrementando, volviendo la vista cada vez con más frecuencia a los recursos de la cabecera del Tajo.

Por otra parte, el análisis histórico muestra los cambios de concepción y finalidad que han tenido tanto el ATS como los embalses de Entrepeñas y Buendía.

Posibilidad de extrapolación de los resultados a otros casos de grandes trasvases

La opción de poder llevar agua desde donde sobra ─o se considera que sobra─ a donde falta se encuentra bastante extendida a nivel mundial. El profesor Enrique San Martín, en su Tesis Doctoral (San Martín González, 2011), realiza un análisis sobre la rentabilidad de las principales transferencias en el mundo, con especial énfasis en el suroeste americano. En sus conclusiones indica: «Desde el punto de vista económico, cuando la finalidad del trasvase ha sido hidroeléctrica (…) o para abastecimiento urbano (…) la problemática económica no ha sido especialmente complicada ni ha estado sujeta a controversia, puesto que los usuarios han podido cumplir sus obligaciones económicas para pagar el coste de las infraestructuras. Pero cuando el uso principal que se le ha dado a un trasvase ha sido el de proporcionar recursos a la agricultura de regadío, las disputas económicas han estado a la orden del día (…)».

A pesar de los problemas y controversias que generalmente acompañan a este tipo de infraestructuras, siguen planteándose las grandes transferencias de agua como solu­ción, justificadas en muchos casos por dos grandes amenazas para la humanidad: los efectos del cambio climático y la preocupación por la capacidad de producción de alimentos para una población creciente.

En el artículo Global Water Transfer Megaprojects: A Potential Solution for the Water-Food-Energy Nexus? (Oleksandra, et al., 2018)  se dan datos de lo que llaman WTMP[7] en el mundo con 34 sistemas en funcionamiento ─en España está el ATS─ y 76 planificados o en construcción (vid Figura 2, ut supra pág. 5).

Cada transferencia realizada, en construcción o planteada tiene sus peculiaridades. Para entenderlas bien hay que realizar un análisis específico, considerando también que las diferentes visiones y valoraciones se encuentran condicionadas por el contexto socioeconómico y político de cada momento, no siendo extraño que estas circunstan­cias varíen con el tiempo.

Para estos análisis es necesario estudiar en profundidad los efectos económicos, sociales ambientales, políticos y culturales. A su vez, hay que tener en cuenta que, en un mundo globalizado, aun en el supuesto de que un proyecto de gran trasvase pudiera ser rentable económicamente para la producción de alimentos por medio del riego, ello no quiere decir que proceda su realización si se tiene en cuenta el concepto de agua verde o virtual. Habría que analizar si a un país le tiene más cuenta dedicar la inversión en un trasvase agrícola o, por el contrario, invertir en sectores industriales y/o de servicios más rentables e importar alimentos procedentes de países menos desarrollados; lo que favorecería, por otra parte, a estos terceros países.

Complementando a estas consideraciones, puede ser útil tener en cuenta, junto a la pro­pia experiencia del ATS, los razonamientos y conclusiones de este trabajo en lo re­fe­ren­te a la valoración de las afecciones a la cuenca cedente, la diferencia entre las ex­pec­ta­tivas generadas y el resultado obtenido y la agria polémica que acompaña su gestión.

Bibliografía del apartado

Ministerio de Medio Ambiente, 2000. Libro Blanco del Agua en España (2000). Madrid: Ministerio de Medio Ambiente.

Oleksandra, S. y otros, 2018. Global Water Transfer Megaprojects: A Potential Solution for the Water-Food-Energy Nexus?. Frontiers in Environmental Science, 6(6), pp. Artículo 150, págs 1 a 11.
Disponible en: www.frontiersin.org/article/10.3389/fenvs.2018.00150

San Martín González, E., 2011. Un análisis económico de los trasvases de agua intercuencas: el Trasvase Tajo-Segura (Tesis Doctoral). 1ª ed. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Departamento de Economía Aplicada e Historia Económica.
Disponible en: e-spacio.uned.es/fez/eserv/tesisuned:CiencEcoEmp-Esanmartin/Documento.pdf

Terrero Guerra, Á., 2016. Análisis de los recursos hídricos disponibles en la planificación hidrológica española. El efecto 80. Alcalá de Henares(Madrid): Universidad de Alcalá, Universidad Rey Juan Calos.
Disponible en: www3.uah.es/master_universitario_hidrologia/archivos/Proyectos_2016.pdf#page=332

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NOTAS:

[1] Por ejemplo 25 razones para reconsiderar el trasvase Tajo-Segura (Ecologistas en Acción, 2003), El trasvase Tajo-Segura. Lecciones del pasado (WWF/ADENA, 2003) o La determinación de excedentes trasvasables. El caso del trasvase Tajo-Segura (Gallego Bernard, 2008).

[2] Posteriormente, estos 50 hm³/año se reservaron para la cuenca del Guadiana; 20 hm³/año para auxiliar de las tablas de Daimiel y 30 hm³/año para el abastecimiento de la Llanura Manchega (que no ha entrado en servicio).

[3] Sistema integrado de la Cuenca Alta del Tajo, cuenca vertiente al embalse de Azután ─próximo a Talavera de la Reina─.

[4] (EFE, 2018). «Del Amor afirmó que el «punto débil» del Trasvase Tajo-Segura es el caudal ecológico, que «sí nos hace daño» y que, según ha detallado, en el tramo por el Azután está «cuatro veces por encima» del mínimo establecido». La sensación que queda de esta frase es que en el Tajo se está desembalsando cuatro veces lo que necesita, reduciendo reservas para trasvasar. La realidad es que fuera de la temporada de riego, no hay problemas para mantener el caudal mínimo por Talavera de la Reina (punto de control; cerca de Azután), pues no hay extracciones desde el río Tajo y por los afluentes ─principalmente por el Jarama─ se incorpora un caudal que es varias veces (del orden de 4) el que se fija como mínimo por Aranjuez. Si además ha habido lluvias en los días anteriores, los propios hidrogramas de sus escorrentías causan un incremento adicional de caudal. Por ejemplo, en marzo de 2018, con lluvias abundantes, el caudal por Talavera de la Reina llegó a ser más de 270 veces el mínimo fijado. Así, que el Tajo a su paso por Talavera de la Reina lleve 4 veces el caudal mínimo fijado (puede ser un número mayor) no significa que se estén realizando desembalses adicionales para «desangrar la cabecera», como afirma el consejero.

[5] En el caso del plan del Tajo de 2014 sin valor práctico, pues cuando se publicó ya estaban vigentes los cambios de la legislación realizados en diciembre de 2013, con rango de Ley, superior al Real Decreto por el que se aprueba el plan de cuenca.

[6] Varios preceptos tuvieron declaración de inconstitucionalidad y nulidad, diferida por el plazo de un año, en la redacción dada por la Ley 21/2013, según establece el Fundamento Jurídico 5, por Sentencia TC 13/2015, de 5 de febrero. En la Ley 21/2015, se reintrodujeron literalmente estos preceptos.

[7] El artículo considera como mega trasvases o WTMP (Wáter Transfer Mega Project) a los trasvases que cuestan más de mil millones de dólares (1000 M$), cubren al menos 190 km o mueven más de 230 hm³/año.

CAHDET. Conclusiones

Texto reproducido del apartado

4.1- Conclusiones

de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET).

1. Análisis de excedentes

2. Metodología propuesta para la definición de excedentes

3. Aplicación de la metodología y resultados

4. Extrapolación de resultados al planteamiento de otros grandes trasvases o infraestructuras

5. Extrapolación de resultados a la gestión de otros grandes trasvases o infraestructuras

CAHDET. Recomendaciones

Texto reproducido del apartado

4.2- Recomendaciones

de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET).

A la vista de las conclusiones del presente trabajo, se realizan las siguientes recomen­da­ciones:

1. Cambios legislativos

2. Adaptar planificación del Segura a los excedentes

3. Situación estratégica de Entrepeñas y Buendía

4. Seguimiento de la caracterización de excedentes

5. Transparencia gestión

6. Fomentar estudios científicos

7. Optimizar uso recreativo de Entrepeñas y Buendía

8. Análisis historicista de las obras hidráulicas

CAHDET. Observaciones destacadas sobre la propuesta y aplicación de la metodología planteada para la caracterización de excedentes de la cabecera del Tajo

Texto reproducido del apartado 2.5.4 de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

Para entender adecuadamente el comportamiento del ATS hay que tener en consideración la diferencia entre las aportaciones antes y después de 1980. Estadísticamente se puede comprobar la independencia de la serie de aportaciones 1980‑2017 respecto a la registrada en el periodo 1913‑1980 (o su subconjunto 1958‑1980)[1].

Ante esta diferencia radical entre los periodos de la serie de aportaciones, utilizar los valores de la serie completa para gestionar el momento actual significa plantear un escenario distinto del real. Por ejemplo, el valor medio de la serie completa, 1125 hm³/año, puede dar lugar a pensar que son posibles unos trasvases de 600 hm³/año con unos desembalses para el Tajo de 400 hm³ y una evaporación del orden de los 100 hm³/año. Pero la media del periodo 1980-2017 es de 737 hm³/año. El trasvase máximo al Segura fijado por Ley, 600 hm³/año, es el 81% de las aportaciones medias del periodo 1980‑2017.

El problema que se presenta en la gestión del ATS es doble o con dos caras. El principal, es que la definición legal de excedentes es mala. Además de no respetar la prioridad de la cuenca del Tajo, su aplicación lleva a un segundo problema: la programación de los trasvases, mediante las Reglas de Explotación, da lugar a resultados deficientes. Ante este doble problema, se plantean dos soluciones, de distinto alcance. La primera se trata de una medida mitigadora, consistente en plantear unas nuevas Reglas de Explotación que corrijan las actuales, evitando entrar frecuentemente en situación de excepcionalidad hidrológica y dando una regularidad a los trasvases. Esta propuesta se realiza conforme a los principios en los que se basan las Reglas de Explotación, en los que no se tiene en cuenta la situación del Tajo. Por consiguiente, no abordan el problema de fondo, que es la definición de excedentes. De esta manera la segunda propuesta, que es una medida correctora, es hacer adecuadamente la definición de excedentes teniendo en cuenta las necesidades del Tajo, determinando los volúmenes que se puedan enviar sin requerir de Reglas de Explotación.

Es ilusorio sacar actualmente 600 hm³/año del ATS, y así está asumido por los usuarios de las aguas trasvasadas. No obstante, se sigue manteniendo este máximo, posiblemente como voluntad de no perder derechos adquiridos, aunque sea irreal. En su lugar la aspiración parece que está marcada en lo que se fija en el nivel 2 de las Reglas de Explotación, 456 hm³/año (38 hm³/mes).

Pero este desembalse que se fija para el nivel 2 no puede ser sostenido en el tiempo. Si a estos 456 hm³/año, se le suman 365 hm³/año de los desembalses de referencia ─desembalses máximos para el Tajo fijados por Ley─ más una evaporación de 60 hm³/año[2] en Entrepeñas y Buendía resultan 881 hm³/año, valor superior a las aportaciones medias (737 hm³/año). Por tanto, si cuando se está en nivel 2 las salidas de los embalses de Entrepeñas y Buendía son superiores a las entradas, los niveles de Entrepeñas y Buendía bajan, entrando con asiduidad en situaciones inferiores al nivel 2, calificadas como “excepcionalidad hidrológica”, que en la propia definición legal de las Reglas de Explotación se califica como situaciones a minimizar[3].

Hay que tener en cuenta que el valor fijado como trasvase para el nivel 2 de las Reglas de Explotación (38 hm³/mes) es considerablemente superior al valor propuesto en el documento que justifica esas Reglas de Explotación (30 hm³/mes). El motivo es la cesión que hizo la Administración durante la tramitación del Real Decreto 773/2014, de 12 de septiembre, por el que se aprueban diversas normas reguladoras del trasvase por el acueducto Tajo-Segura, ante la presión realizada por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo‑Segura (SCRATS). Este cambio es un ejemplo de la irracionalidad con la que se gestiona el ATS. Con 38 hm³/mes en lugar de 30 hm³/mes se trasvasan 96 hm³/año (8 x 12) más en nivel 2, pero a costa de bajar más los niveles y estar menos tiempo en ese nivel 2 y más en situación de excepcionalidad hidrológica. Se cambió para poder trasvasar más algunos años a costa de trasvasar menos otros, con mayor riesgo de entrar en nivel 4 ─ausencia de trasvases─.

Aun así, en la propuesta de fijar el trasvases en nivel 2 en 30 hm³/mes  (360 hm³/año) tampoco cuadran las cuentas de la comparación de los valores medios, pues 360 hm³/año (12 meses de trasvase en nivel 2 a 30 hm³/mes) más 365 hm³/año (desembalses de referencia) más 60 hm³/año (estimación de evaporación) totalizan 785 hm³/año, superior a las aportaciones medias del periodo 1980‑2017 (737 hm³/año). Haciendo las cuentas al revés, dejando como incógnita el trasvase a aprobar en nivel 2 y buscando la igualdad, el máximo trasvase que podría aprobarse en nivel 2 para que de media se igualara lo que sale con lo que entra es 26 hm³/mes[4].

Este análisis de los valores medios puede considerarse como una primera aproximación. Pero hay que considerar que se trata de una condición necesaria, pero no suficiente, para minimizar las situaciones de excepcionalidad hidrológica, pues tener valores medios aceptables no significa que lo sean los individuales[5]. Para poder visualizar y entender el problema se plantea una metodología conceptualmente sencilla, consistente en plantear para cada mes un balance de entradas y salidas en los embalses de Entrepeñas y Buendía, enlazando la situación final de cada mes con la inicial del siguiente. Como datos de partida, aparte de las características de los embalses y la metodología para estimar la evaporación, se consideran las aportaciones aforadas de la serie 1913‑2017[6] y la forma de determinar los trasvases a realizar cada mes con las necesidades de desembalses para el Tajo que se quieran testar[7]. Como resultados se tiene valiosa información, como puede ser la evolución de las reservas embalsadas, cuáles serían los trasvases o como se disponen o la evaporación estimada. Observando esta información se puede sacar una imagen fiel del comportamiento del sistema en las circunstancias en las que se realiza la simulación.

Así, al aplicar esta metodología con las Reglas de Explotación y desembalses de referencia actuales muestra que las entradas en nivel 3 ─situación de excepcionalidad hidrológica─ e incluso nivel 4 ─ausencia de trasvases─ no son en absoluto excepcionales: 30% del tiempo en nivel 3, 10% en nivel 4. Con una gran variación de los volúmenes trasvasados de un año para otro. Un escenario nada satisfactorio que debiera ser cambiado, si lo que se pretende es evitar situaciones extremas, desoladoras y conflictivas.

Como era de esperar, los resultados cambiando el trasvase en nivel 2 a 30 hm³/mes, valor propuesto en el cálculo de las Reglas de Explotación, mejoran los resultados de las Reglas de Explotación aprobadas, pero también son malos: 23% del tiempo en nivel 3, 5% en nivel 4. También con alta variabilidad de volúmenes trasvasados.

Incluso bajando el trasvase en nivel 2 a 26 hm³/mes tampoco se consiguen buenos resultados, a pesar de que con este valor se equilibra lo que se saca en nivel 2 con las entradas medias. El motivo es que las Reglas de Explotación, tal y como están definidas, facilitan la entrada en nivel 1, con trasvase de 60 hm³/mes. El umbral fijado es bajo ─1300 hm³─ y además se entra en él cuando las aportaciones de los 12 meses anteriores son altas ─iguales o superiores a 1200 hm³─. Este hecho no es positivo, pues no permite recuperar adecuadamente los niveles en Entrepeñas y Buendía en los momentos de bonanza, condicionando la gestión en el resto del tiempo.

Por tanto, se hace necesario también cambiar los criterios para entrar en nivel 1 de las Reglas de Explotación, quitando la posibilidad de entrar en él sólo cuando las aportaciones de los 12 meses anteriores superen un nivel y elevando el umbral fijado ─se propone dejarlo en 2000 hm³─. También se proponen dos cambios en lo referente al nivel 3. Por una parte, reducir el máximo autorizable a 15 hm³/mes, para que haya más diferencia con el valor propuesto en nivel 2 (26 hm³/mes) y facilitar de esta forma el efecto de freno en la caída de las reservas al entrar en este nivel. El segundo cambio, más bien cosmético, es sustituir la curva de excepcionalidad hidrológica ─definida en el RD 773/2014─ por su valor máximo (688 hm³); la razón es buscar la simplicidad, pues las oscilaciones de la curva planteada tienen un orden de magnitud diferente a las subidas y crecidas en los embalses de Entrepeñas y Buendía, con escasa repercusión a efectos prácticos.

Con esta definición de Reglas de Explotación, el tiempo en excepcionalidad hidrológica se reduciría al 3% y se tendría una gran regularidad en los volúmenes trasvasados. No obstante, tiene dos vulnerabilidades: con demandas algo mayores, como puede ser las contempladas en los propios desembalses de referencia de hasta 60 hm³/año para la toma del Canal de Isabel II, las situaciones de excepcionalidad hidrológica se incrementan (17% del tiempo en nivel 3) e incluso se entraría en nivel 4 (1% del tiempo); la segunda vulnerabilidad es que el comportamiento no es homogéneo en el periodo 1980‑2017, con peor comportamiento en su parte final.

Estas vulnerabilidades aconsejan un planteamiento más prudente para las Reglas de Explotación, dejando el trasvase en nivel 2 en 20 hm³/mes y un máximo de 10 hm³/mes para nivel 3.  Con esta propuesta, respecto a la solución actual, se ganaría en mayor estabilidad, con trasvases más uniformes y descenso de situaciones conflictivas. En el fondo es la respuesta técnica adecuada a la minimización de la aparición de situaciones de excepcionalidad hidrológica, en el marco de la actual definición de excedentes, que se indica en la propia definición legal de las Reglas de Explotación (véase nota al pie [2]).

Estas consideraciones se refieren al análisis y mejora de las Reglas de Explotación, realizada con la ayuda de la metodología planteada, siempre en el marco de la definición legal de excedentes vigente. Como se puede apreciar, en el razonamiento no se ha tenido en cuenta en ningún momento la situación del Tajo. Esto es compatible con el hecho de que la mejora de las Reglas de Explotación lleva aparejada la necesidad de aprovechar la capacidad de regulación de Entrepeñas y Buendía, incrementando los niveles medios de llenado, situación que es beneficiosa para la cuenca del Tajo.

Es decir, esta mejora de las Reglas de Explotación es diferente de un cambio en la definición de excedentes. Aunque formalmente tengan similitudes y se pueda aplicar la metodología planteada en este trabajo a ambos casos.

El siguiente paso es probar la metodología para definir los excedentes. La actual definición de excedentes se limita a considerar únicamente unos usos consuntivos entre Bolarque y Aranjuez, ignorando el resto de la cuenca del Tajo. Está realizada desde fuera del plan hidrológico de la cuenca del Tajo. No responde realmente a la realidad de la cuenca. El hecho de que a la vez que se realiza la declaración de excedentes se tiene que limitar, también por Ley, los desembalses al Tajo, es en sí mismo una incongruencia.

Como la definición de objetivos y la determinación de los desembalses necesarios para cumplirlos se realizan en el marco de la planificación hidrológica de la cuenca del Tajo, es a su vez el lugar adecuado para la determinación de excedentes. Sin embargo, para calcularlos en este trabajo falta como punto de partida tener caracterizadas las necesidades del Tajo, tanto en lo que corresponde a la determinación de objetivos, como a la cuantificación de los desembalses anuales. Para solventarlo, contemplando unas condiciones parecidas a las que se pudieran tener en la elaboración del plan de cuenca, se realizan unos ejemplos de aplicación o casos de la metodología, en los que se establecen unos criterios en los que fijarse como si fueran los objetivos del plan de cuenca, y se generan unas leyes de demandas variable con los años intentado que seas plausibles, parecidas a las que se pudieran tener las planteadas en la planificación hidrológica. Para ello, se utilizan las simulaciones de los escenarios del Modelo del eje del Tajo que se incluyó en el borrador del plan del Tajo de 2011, calculándose una regresión entre las aportaciones a Entrepeñas y Buendía y los desembalses requeridos para atender las necesidades del Tajo, en dos escenarios distintos, distinguiendo si se considera o no la implantación del régimen de caudales ecológicos que se propuso en el Esquema de Temas Importantes de 2010.

En estos ejemplos se plantea una definición de excedentes con una forma similar a lo que son las Reglas de Explotación actuales, cambiando los parámetros y los conceptos de los niveles[8]. Se podrían haber adoptado otros esquemas de definición y ser igualmente aplicable la metodología, con las adaptaciones precisas; como curiosidad más que como propuesta, se simula con una definición que en nivel 2 y 3 se fije el excedente en función de las aportaciones registradas en los 12 meses anteriores.

En los casos analizados se muestra cómo es técnicamente posible realizar la determinación de excedentes correctamente con elementos propios de la planificación de la cuenca del Tajo. Con unas condiciones de explotación que permitirían cumplir los objetivos de la cuenca del Tajo, que son los únicos que han de condicionar los excedentes. Los valores de excedentes que resultan en el caso de la simulación sin la implantación de los caudales ecológicos en el río Tajo propuestos en el ETI de 2010 reflejan como estos excedentes serían inferiores a los trasvases actuales, pero se podrían producir de forma regular.

Sin embargo, con las demandas planteadas para atender el cumplimiento de los caudales ecológicos en el río Tajo, el excedente se reduciría considerablemente, hasta quedarse en unos 64 hm³/año. Casual y curiosamente, parecido a los 50 hm³/año que se pensaba dejar las extracciones del Tajo en el borrador del Plan Hidrológico Nacional de 1993.

Para poder aplicar este planteamiento técnico en el ámbito de la planificación hidrológica del Tajo, como determina explícitamente la Ley 52/1980 es necesario previamente realizar modificaciones legislativas que actualmente impiden que desde el plan de cuenca del Tajo pueda darse cumplimiento a este mandato legal, como explícitamente se reconoce en el Plan hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Tajo de 2016.


[1] Véase el Anejo 5

[2] La evaporación depende de la superficie de agua en los embalses, que varía con el grado de llenado. Este valor de 60 hm³/año se toma como referencia para este número, que correspondería a una situación ficticia en la que durante todo el año los niveles permanecieran constantes en 900 hm³ (37% de llenado).

[3] «Con el único objetivo de dotar de mayor estabilidad interanual a los suministros, minimizando la presentación de situaciones hidrológicas excepcionales a las que se refiere el nivel 3, sin modificar en ningún caso el máximo anual de agua trasvasable, a propuesta justificada del Ministerio competente en materia de aguas, y previo informe favorable de la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura, podrán modificarse, mediante real decreto, tanto el volumen de existencias y el de aportaciones acumuladas contemplados en el nivel 1, como los volúmenes de trasvase mensual correspondientes a los niveles 1, 2, 3 y los volúmenes de existencias para cada mes correspondientes al nivel 3.» (Del Punto 1 de la «Disposición adicional quinta. Reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura» de la Ley 21/2015, de 20 de julio, por la que se modifica la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes).

[4]

[5] Caso de la persona con la cabeza en el horno y los pies en la nevera. Que su temperatura media sea confortable no describe adecuadamente su situación.

[6] A pesar de la evidencia del distinto comportamiento de las aportaciones antes y después de 1980, como punto de vista adicional, las simulaciones se han realizado sobre toda la serie disponible (1913-2017), lo que deja en evidencia el diferente comportamiento del periodo anterior a 1980 respecto al posterior. Los resultados se dan separados por periodos, y los análisis se centran en el periodo 1980-2017, por describir la situación actual.

[7] Por ejemplo, si se considera como forma de determinar los trasvases las reglas de explotación definidas en el RD 773/2014 y como necesidades del Tajo los desembalses de referencia definidos en el mismo RD 773/2014, se estará simulando la gestión actual.

[8] Por ejemplo, el nivel 3 se considera como un colchón, elevándose el umbral (hasta los 1000 hm³), con la idea de mantener la gestión lo más alejada posible del nivel 4.

CAHDET. Observaciones destacadas sobre el concepto de excedentes de la cuenca del Tajo y del análisis histórico de su determinación

Texto reproducido del apartado 2.2.8 de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

Recopilando, de manera esquemática se pueden hacer las siguientes observaciones:

  • No hay una definición legal del concepto de excedente. Puede contemplarse la tercera acepción que da el Diccionario de la Real Academia Española, que es “sobrante” (que sobra).
  • Legalmente, se ha reducido la determinación de excedentes a fijar un umbral en Entrepeñas y Buendía por debajo del cual no se puede trasvasar. Por otra parte, se definen unas Reglas de Explotación para programar los trasvases.
  • Para la determinación legal de excedentes, se ha reducido la prioridad de la cuenca del Tajo a la atención de unos usos consuntivos entre Bolarque y Aranjuez y al mantenimiento de un caudal mínimo de 6 m³/s en Aranjuez.
  • Por tanto, no se tienen en consideración otros aspectos de la cuenca del Tajo que se ven afectados por la gestión de Entrepeñas y Buendía y del eje del Tajo, como son: desarrollo socioeconómico de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, el estado ambiental de estos embalses, el estado de las zonas protegidas de la Red Natura 2000 afectada (como la Sierra de Altomira o los Sotos de Aranjuez), caudal ecológico en el río Tajo, mejora de la calidad de las aguas o el apoyo y contingencia de los abastecimientos de Madrid, Cuenca, Toledo y Guadalajara.
  • La planificación de la cuenca se encuentra condicionada desde que se planteó el trasvase Tajo-Segura. Principalmente, el abastecimiento de Madrid, del que se priorizó la solución AMSO (Abastecimiento de Madrid, Solución Oeste) mientras se reservaban los recursos de Entrepeñas y Buendía al Trasvase, de mayor interés nacional. Posteriormente, se ha transmitido esta limitación a los planes de cuenca aprobados.
  • Actualmente los desembalses desde Bolarque al Tajo están limitados a los desembalses de referencia, lo que supone una singularidad a nivel nacional.
  • En los planes del Tajo de 1998 y 2014 (PHT1998 y PHT2014) se incluye una definición legal de excedentes en su normativa, pero en ninguno de los dos se encuentra justificada en el plan, sino en documentos externos realizados o encargados desde la Dirección General del Agua. En ambos casos, en los borradores de los planes había sendos procedimientos de declaración de excedentes, que fueron retirados por orden de instancias superiores a la CHT [Confederación Hidrográfica del Tajo].
  • Los umbrales de 240 hm³y 400 hm³ (planes de 1998 y 2014) se fijaron calculando la capacidad de embalse que se necesitaría para atender los usos consuntivos en el Tajo entre Bolarque y Aranjuez. Para el plan de 1998 se consideró minorar las aportaciones y aumentar las demandas, para tener una mayor seguridad. Posteriormente, durante la gestión, se comprobó que en la realidad las demandas subieron y la aportación mínima bajó. Sin embargo, para el plan de 2014 no se consideró ese criterio. La explicación, está en la forma que tiene la curva entre el uso a garantizar y la capacidad de embalse necesaria. Para los números que se planteaban en el plan de 1998, el punto correspondiente de la demanda se encontraba en una zona relativamente horizontal de la curva, por lo que se podían tomar una serie de precauciones y aun así justificar la adopción de un valor aparentemente fijado de antemano (240 hm³ es aproximadamente el 10% de la capacidad de embalse). Sin embargo, para el plan de 2014, se encontraba en una zona de la curva demanda/capacidad de embalse con pendiente creciente, por lo que aumentar ligeramente la demanda supone la necesidad de aumentar la reserva, como en cierta medida se reconoce en la justificación.
  • Así, la fijación del umbral de 400 hm³ puede decirse que se realiza en una zona inestable, en el que una pequeña desviación de la demanda, o que entren menores aportaciones que las consideradas, implican que el umbral sea insuficiente para garantizar los usos.
  • Desde la entrada en vigor de este umbral, se han producido los dos fenómenos, por una parte, en el año hidrológico 2016-2017 se registraron unas aportaciones ligeramente superiores a los 300 hm³[1], con un mínimo de 251 hm³ de las portaciones entre marzo de 2017 y febrero de 2018, que contrasta con los 361 hm³ que era el mínimo considerado para los cálculos del umbral de 400 hm³. Además, en los meses de verano ha sido necesario incrementar los desembalses desde Bolarque para poder cumplir con el caudal mínimo en Talavera de la Reina. Así, entre octubre de 2017 y marzo de 2018 se alcanzaron niveles en Entrepeñas y Buendía que se encontraban por debajo de la curva de existencias mínimas considerada para el cálculo del umbral de 400 hm³, con riesgo de que se pudiera llegar al mínimo de explotación del embalse.
  • Por consiguiente, la determinación actual del carácter legal excedentario de las aguas no responde al carácter prioritario de la cuenca cedente, ni se puede considerar con puridad que son aguas sobrantes del Tajo. Incluso el punto de partida de su determinación es una interpretación errónea de la Ley, en la que se presupone la existencia de una limitación (reducirlo a la determinación de un “umbral de definición de excedentes trasvasables”).
  • Es conveniente plantear su redefinición, incluyendo el procedimiento para hacerlo, para que tenga en cuenta no sólo la atención de unas demandas consuntivas del Tajo, sino que permita analizar cómo es el comportamiento del sistema, para a partir del mismo poder comprobar en qué situación quedaría la cuenca del Tajo en diferentes hipótesis y poder plantear una definición de excedentes en las que se tenga en cuenta únicamente la situación de la cuenca cedente, y que la contemple con la máxima amplitud de miras.
  • La indefinición del volumen mensual a trasvasar en la actual definición legal de excedentes se subsana mediante las Reglas de Explotación. El resultado de la aplicación de estas reglas está siendo contrario a sus objetivos (regularizar los trasvases y evitar situaciones de excepcionalidad hidrológica), lo que aconseja su revisión. En este caso, no se ha de confundir con un cambio en la definición de excedentes, pues el cambio de las Reglas de Explotación ha de hacerse manteniendo su esencia, en los términos en los que está establecido en la disposición adicional quinta de la Ley 21/2015. Es decir, únicamente preocupándose por la regularidad de envíos al trasvase y evitar la situación de excepcionalidad hidrológica. No obstante, esta acción supondría una mejora en la situación de la cuenca del Tajo, aunque de manera limitada. Pero por otra parte su materialización práctica, solamente mediante Real Decreto, es más sencilla que los cambios en Leyes que hay que realizar para cambiar la definición legal de excedentes desde la planificación del Tajo. Se trataría por tanto de una medida mitigadora.

[1] El valor oficial del CEDEX no estaba disponible en el momento de redacción de estas líneas.

CAHDET. Resumen del impacto del ATS sobre la cuenca del Tajo

Texto reproducido del apartado 2.3.4 de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

El ATS es una presión en la cuenca del Tajo. Así está reflejado en su plan de cuenca. Una presión por detracción de un gran volumen de agua que se produce en su cabecera. Como orden de magnitud, entre octubre de 1980 y septiembre de 2017 se han trasvasado de media 338 hm³/año, con unas aportaciones aforadas de 737 hm³/año. Es decir, se han sacado el 46% de las aportaciones de la cabecera del Tajo. Un porcentaje muy elevado, pero insuficiente para cumplir las expectativas creadas con el ATS.

Encajando el punto de toma del ATS en la cuenca del Tajo se aprecian dos características clave:

  • La zona donde toma y aguas abajo de la misma, es seca. Es decir, el ATS no está planteado desde la España húmeda a la España seca, sino que es una transferencia de agua dentro de la España seca.
  • La toma está en la cabecera de la cuenca. Esto indica que los recursos potencialmente disponibles en el punto de toma no sean los de toda la cuenca; de hecho, son inferiores al 10%. Además, las potenciales afecciones a la cuenca de la detracción del recurso son mayores.

Estas características tienen mayor repercusión al considerarse las particularidades de la cuenca del Tajo. Es una cuenca heterogénea, con distinta distribución de usos. Simplificadamente puede dividirse en dos partes, tomando como referencia el embalse de Azután (en la provincia de Toledo, cerca de Talavera de la Reina). Aguas abajo de Azután, la superficie de la cuenca es menor, mayores los recursos propios y los usos consuntivos se centran básicamente en el regadío, con pequeño peso del abastecimiento a la población. 

Sin embargo, aguas arriba de Azután, en el denominado SICAT (Sistema integrado de la cuenca alta del Tajo), se tiene una gran concentración de población, Madrid y su área de influencia que se extiende a las provincias de Toledo y Guadalajara, además de regadíos. La superficie es más grande que la parte baja de la cuenca española, pero los recursos menores. La capacidad de regulación ha llegado prácticamente a su límite efectivo. El grado de explotación de los recursos es muy alto, con graves afecciones ambientales. Especialmente en los años de menores aportaciones, las tensiones se incrementan. Máxime considerando que pueda llegar a comprometerse el abastecimiento de 7 millones de habitantes.

En este contexto, la cabecera del Tajo es, teniendo en cuenta únicamente la propia cuenca, la única zona que puede servir de alivio y seguridad al resto del SICAT. Con unos usos consuntivos propios pequeños, además cuenta con los embalses de Entrepeñas y Buendía, de gran capacidad de regulación. Sin embargo, desde este punto parte el ATS, con la fuerte detracción antes comentada, que sería mayor si hubiera más recursos[1].

En terminología de la Directiva Marco del Agua, esta presión tiene asociados unos impactos, que deberían de eliminarse o minimizarse. Unos son evidentes, como el bajo nivel en que se encuentran habitualmente Entrepeñas y Buendía, que afecta tanto a sus propios ecosistemas como al desarrollo económico de sus municipios ribereños al limitarles el aprovechamiento turístico y recreativo de estos embalses, con repercusión a nivel provincial (Guadalajara y Cuenca). Otros son indirectos, pero reconocidos a nivel político, como es la no implantación del régimen de caudales ecológicos en el río Tajo. También se encuentran otros menos reconocidos, como es el apoyo a los abastecimientos del SICAT, el mantenimiento y mejora del estado de las zonas de la Red Natura2000 o la contribución a la mejora del estado del río Tajo. El descenso de las aportaciones registrado a partir de 1980, más significativo en la cabecera de la cuenca, contribuye a incrementar la magnitud de los impactos del ATS sobre la cuenca del Tajo. Haciendo un ejercicio de historia-ficción, de haberse mantenido las aportaciones anteriores a 1980 y basado en las presiones y tensiones vividas en torno al ATS, lo más probable es que las extracciones del ATS se hubieran incrementado acercándose al límite máximo de 600 hm³/año fijado para la primera fase, con su posible ampliación para aprovechar los 1000 hm³/año de capacidad de la infraestructura. Las afecciones a la cuenca del Tajo serían similares, salvo lo que pudieran suponer las mayores aportaciones en el resto del SICAT.


[1] La infraestructura está dimensionada para transportar 1000 hm³/año. Salvo el tramo a la salida del Júcar, que se aprovechó ─como solución provisional─ el canal existente para la Central Hidroeléctrica de El Picazo, de 600 hm³/año de capacidad, límite máximo. Esta solución se adoptó provisionalmente, a la vez que se limitaba el caudal a trasvasar en la primera fase.

CAHDET. Resumen

Texto reproducido del apartado «Resumen» de la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura» (en acrónimo CAHDET). Descarga del PDF de la Tesis.

El Acueducto Tajo‑Segura (ATS) permite llevar agua de la cabecera de la cuenca del Tajo a la cuenca del Segura. Bajo dos principios fundamentales: la cuenca del Tajo es prioritaria y el ATS sólo puede trasvasar agua excedentaria de la cuenca del Tajo.

Por otra parte, desde su puesta en marcha en 1979, el funcionamiento del ATS está por debajo de las expectativas. Esto acarrea presiones sociales, económicas y políticas, que llevan a que no se materialicen adecuadamente estos no cuestionados principios.

En esta Tesis se realiza un análisis del carácter excedentario de las aguas de la cuenca del Tajo. En el análisis de la situación actual se detectan sus deficiencias, planteándose una metodología para corregirlas, obteniendo resultados reales, aplicables a la gestión.

Un análisis que muestra que la definición legal de excedentes actual es defectuosa. Además de no contemplar adecuadamente la realidad de la cuenca cedente, la cuenca del Tajo, no determina explícitamente cuánta agua puede ser trasvasada. Tarea para la que se inventaron las Reglas de Explotación. Con la teórica finalidad de minimizar las situaciones de excepcionalidad hidrológica y mantener una cadencia uniforme de los trasvases realizados. Objetivos que, a tenor de los resultados de la explotación, no se cumplen.

Por tanto, el problema es doble: mala definición de excedentes con afecciones a la cuenca del Tajo y mala gestión, que causa problemas tanto en el Tajo como en los usos del agua trasvasada. Problemas que pueden ser analizados mediante la metodología propuesta, convenientemente adaptada a cada circunstancia. Y a su vez, esta metodología facilita el planteamiento de soluciones.

Soluciones que se presentan en una doble línea de actuación. Primeramente, una medida mitigadora, consistente en una propuesta de modificación de las Reglas de Explotación, que mejoraría la gestión actual, aunque sin resolver el problema d la definición de excedentes. En segundo lugar, una medida correctora, que es definir adecuadamente los excedentes de la cuenca del Tajo que determinen el agua que se puede trasvasar.

La aplicación de la metodología, técnicamente da resultados claros y concluyentes. La propuesta de nuevas Reglas de Explotación muestra que es posible corregir los actuales problemas de falta de regularidad de los trasvases y las contradictoriamente frecuentes situaciones de excepcionalidad hidrológica. Eso sí, manteniendo los condicionantes y limitaciones impuestos al Tajo de la actual definición legal de excedentes. Los exce­den­tes legales seguirían sin ser excedentes reales.

A su vez, permite estimar los excedentes reales. Es decir, considerando la cuenca del Tajo sin las limitaciones sobre el agua que se puede desembalsar hacia el Tajo y permi­tién­do­la cumplir sus objetivos ambientales. El resultado es que la cuantía de excedentes es muy reducida. Lo que significa que la actual gestión del ATS es incompatible con el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua. Es un resultado duro que, indudable­men­te, tiene sus repercusiones en la cuenca del Segura. Un problema muy importante, que debe ser tratado adecuadamente en el marco competencial correspondiente. Pero que en ningún caso debe suponer una presión adicional a la cuenca del Tajo, ni debe condicionar su gestión ni la consecución de sus objetivos. Este estudio está referido a un caso particular, pero puede ser extendido a otros grandes trasvases. Ya sea en fase concepción o de explotación.

Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura»

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El pasado viernes 28 de junio, con el acto de defensa realizado en la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Alcalá culminé con gran satisfacción personal el trabajo materializado en la Tesis Doctoral «Concepto, análisis histórico y determinación de excedentes de la cuenca del Tajo: aplicación al trasvase Tajo-Segura».

Agradezco efusivamente a todos los que me han ayudado y permitido llevar a cabo esta aventura. También a los que en estos días me han felicitado y se han interesado por acceder al documento. Cuando se complete la tramitación espero que la tesis esté libremente disponible en la plataforma TESEO, del Ministerio de Educación. Mientras se materializa, puede descargarse desde el enlace:

Aclaración: el pdf tiene integrados marcadores para facilitar la navegación por el documento.

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Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940). Desarrollo de infraestructuras en la cuenca del Tajo y planteamiento del ATS. Parte 3 de 3. Consideraciones sobre el Trasvase

El Acueducto Tajo-Segura (ATS), o más propiamente el Plan de Mejora de los Riegos de Levante, no entra en los objetivos del Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940). Son analizadas con detalle las alternativas planteadas en ese momento, encontrando en ese momento inconvenientes que las hacen inviables. No niega la importancia de la actuación para el futuro, pero la subordina a la necesidad de continuar los estudios. En definitiva, es postergado.

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Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940). Desarrollo de infraestructuras en la cuenca del Tajo y planteamiento del ATS. Parte 2 de 3. Actuaciones en la cuenca del Tajo

El Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940) realiza una descripción de obras a realizar por cuenca hidrográfica. En el caso de la cuenca del Tajo, en su Memoria inicial, se indica:

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Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940). Desarrollo de infraestructuras en la cuenca del Tajo y planteamiento del ATS. Parte 1 de 3. Un plan para riegos

El Plan General de Obras Públicas de 1940 (PGOP1940), redactado por Alfonso Peña Boeuf, fue elaborado en dos fases: durante la Guerra Civil (con la Memoria fechada en junio de 1938) y en el inicio de la postguerra. Puede accederse a una copia escaneada a través de la mediateca digital de la Confederación Hidrográfica del Segura. o por este enlace.

Su apartado de Antecedentes expresa con claridad el punto de partida considerado en el PGOP1940:

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Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933. Planteamiento del ATS. Parte 3 de 3: reacciones

En líneas generales, el PNOH1933 tuvo una aceptación positiva. No fue publicado, si bien se argumenta que se debió más a “los avatares de la vida política española” de aquellos años (Urbistondo, 1983). Sin embargo, no estuvo exento de voces críticas, varias de ellas documentadas en la Revista de Obras Públicas.

El artículo El nuevo plan nacional de obras hidráulicas (Nicolau, 1934)  dio lugar a una serie de intercambios en la Revista de Obras Públicas entre su autor ─José Nicolau─ y Manuel Lorenzo Pardo. El tono agrio y bronco de este intercambio puede explicarse en parte por las duras críticas que se vierten en el PNOH1933 al Plan de 1902, en el que José Nicolau tuvo relevancia. José Nicolau critica el trasvase desde el Tajo y el Guadiana, aseverando:

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Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933. Planteamiento del ATS. Parte 2 de 3: planteamiento del Plan

El Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 (PNOH1933) fue redactado por Manuel Lorenzo Pardo, al frente del Centro de Estudios Hidrográficas, en su primera etapa. Como se indica en las directrices del Plan: “la idea fundamental consiste en atribuir a los nuevos regadíos una función impulsora de la producción, con el doble objeto de satisfacer las necesidades del consumo nacional y de proporcionar productos apetecibles por el mercado exterior; en una palabra, resolver conjunta y armónicamente el problema económico en su aspecto agrícola, ofreciendo medios y plazo para los restantes” (Lorenzo Pardo, 1933). El objetivo del plan es facilitar la creación de nuevos regadíos, con la finalidad de atender al consumo nacional y a la exportación.

Contiene un detalle extenso de nuevas obras hidráulicas ─principalmente presas de embalse─ destinadas a aumentar la superficie dedicada al regadío. Realiza una dura crítica de la falta de realizaciones prácticas de los planes anteriores (Figura 1).

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Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933. Planteamiento del ATS. Parte 1 de 3: Génesis

El ATS es planteado por primera vez en 1933. A continuación, se reproducen un par de párrafos sobre cómo se concibió el ATS[1]:

De la biografía de Manuel Lorenzo Pardo realizada por José Ramón Marcuello (Calvín Marcuello, 1990), citando a (Urbistomdo, 1984)
(…) Una invitación llevó, el 24 de octubre de 1932, a Lorenzo Pardo por tierras de Cartagena y Almanzora. Le acompañábamos. La población de Cuevas había descendido en unos meses de 30 000 habitantes a unos 13 000. La calamitosa coincidencia de una crisis minera con seis años de absoluta sequía, había obligado a emigrar a la mayoría de la población rumbo a Barcelona, con el alcalde a la cabeza, y se nos mostraba un inmenso desierto de arenas que otrora había sido un productivo naranjal.
Tres o cuatro días después de regreso a Madrid por carreteras alicantinas en el interior del automóvil comentábamos lo que, con dolor, habíamos contemplado. «Si fuera posible traer el Nilo aquí» decía hiperbólicamente D. Manuel, «habría que transportarlo». El caso es que el Nilo quedaba bastante lejos, y de los ríos más próximos, el Júcar y el Guadalquivir estaban demasiado comprometidos y el Guadiana no contaba con una cabecera seria. Se comentó, como cosa curiosa, que los cursos altos del Tajo y del Júcar, a ambos lados de la Sierra de San Felipe, corrían paralelos entre sí a pocos kilómetros de distancia, con pendientes opuestas y cruzadas, a modo de los floretes de esgrima en posición de guardia. Un hipotético túnel podría llevar las aguas del Júcar al Tajo y también las del Tajo al Júcar. (…)

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Política de obras hidráulicas orientadas a los riegos (siglo XIX, inicio del XX)

Hasta el siglo XX, la transformación en regadío se realizó principalmente por iniciativa privada, salvo por alguna Empresa Real. La búsqueda de rentabilidad era inmediata y no se planteaban grandes obras que requirieran grandes inversiones con amortizacio­nes diferidas en el tiempo.

En el siglo XIX se gesta un cambio de mentalidad. Al inicio del trienio liberal, en octubre de 1820, se presentó la Propuesta de Ley que hace S.M. a las Cortes sobre Caminos y Canales del Reino, en la que se indicaba: “El riego en grande es la mejora fundamental de nuestra agricultura, particularmente en las provincias meridionales: cualquiera que sepa la enorme diferencia del valor de las tierras de riego, comparadas con las de secano, y la de sus producciones, se convencerá de su importancia. Ni una sola gota de agua debía ir al Océano sin pagar el debido tributo a la tierra …” (Ortega Cantero, 1992).

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Evolución de los regadíos del Segura (hasta 1953)

Diversos autores [(Morales Gil, 1992), (Sánchez López & Gozalbes Cravioto, 2012)] apuntan la existencia de regadíos en el Segura durante la época romana. En la Edad Media, bajo la influencia árabe, se expande el regadío, con implantación de nuevas técnicas e introducción de nuevos cultivos comerciales como arroz, azúcar, algodón, cítricos y moral (Morus nigra o morera negra) para la producción de seda [ (Jiménez castillo, 2013), (Box Amorós, 1992), (Ballester Sansano, 2015), (Zapata Nicolás, 1998)].

En Murcia, al igual que en otras ciudades de al-Ándalus durante el dominio árabe, se crearon talleres para la confección de seda, que contaron con cierta fama. Si bien parte de la seda era traída desde Granada y Almería, también hubo producción local con unas necesidades de moral para la alimentación de los gusanos. Con la conquista del Reino de Murcia por Castilla (1230-1245), gran parte de los artesanos mudéjares huyen al vecino reino de Granada, pero se mantiene la actividad de la seda, con una merma de la cantidad y la calidad (Olivares Galván, 2005). Los siglos XIV y XV están marcados por la inestabilidad política, guerras, crisis, epidemias y despoblación ─agravada en Murcia por su condición de marca fronteriza─, con retroceso general de los regadíos. A pesar de ello subsiste la actividad sedera en Murcia, puede que como último reducto de esta actividad en Castilla (Eiroa Rodríguez, 2017).

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El problema hidroeléctrico en España entre 1940-1960

En la actualidad, la energía eléctrica se genera desde diversas fuentes. En 2016, la energía hidroeléctrica generada en España representó el 17% de la potencia instalada, y el 12% de la energía producida (Ministerio de Industria, Energía y Agenda Digital, 2016) (Figura 1). La energía hidroeléctrica generada en centrales que disponen de un gran embalse regulador tiene un uso preferente para suministrar la energía en horas punta, ante la posibilidad de garantía respecto a otras energías (como la eólica o solar) o su capacidad para una respuesta rápida de arranque y parada, en contraste con las de origen térmico. Además, las grandes centrales hidroeléctricas (Alcántara en el Tajo y Aldeadávila en el Duero) tienen un papel estratégico, pues serían las primeras en ponerse en marcha ante una eventual caída de la red a nivel nacional.

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