Comentario previo: este texto es el borrador para un artículo que finalmente no llegó a publicarse, escrito en noviembre de 2016. Desde esa fecha a la de la publicación de esta entrada hay partes que quedan ligeramente descontextualizadas, pero el grueso del artículo continua teniendo vigencia.
Un meandro del río Tajo describiendo una curva fluvial perfecta, alojado en una clusa hendida por el río en materiales graníticos y migmatíticos, conocido como el Torno del Tajo, ciñe en sus tres cuartas partes a la colina coronada por la ciudad de Toledo, constituyendo un paisaje geomorfológico y cultural único en el mundo.
La principal medida que se hizo pasar por compensatoria, la primera de la lista incluida en la entrada Concepto de aprovechamiento conjunto. Obras de compensación, fue la depuración de las aguas de Madrid, algo que en ese momento era un problema de gran magnitud que no había sido tratado adecuadamente ni con la preocupación debida, con escasas medidas que se quedaban pequeñas en el mismo momento de ponerse en servicio. La afección a Toledo de la deplorable depuración de las aguas de Madrid era grande pues, como se dice coloquial y vulgarmente, a Toledo llega la mierda que suelta Madrid. Es fácil encontrar en Internet bucólicas imágenes de los años 60 de bañistas en el Tajo a su paso por Toledo[1], si bien en esos años la calidad de las aguas no pasaría los controles exigidos actualmente. Finalmente, en junio de 1972 se prohibió oficialmente el baño, con fotografías mostrando icebergs de espumas flotando por el Tajo en Toledo.
En 1965 se produjeron
restricciones en el abastecimiento de Madrid, en una situación que venía
arrastrándose de los años 40. A continuación, se copia un fragmento de la
publicación de carácter divulgativo Canal de Isabel II. Un Canal con mucha
historia (Canal Educa. Canal de
Isabel II, 2012), del Canal Educa del Canal de Isabel II,
explicando la situación de esos años:
Madrid crece rápidamentede Canal de Isabel II. Un Canal con mucha
historia (Canal Educa. Canal de Isabel
II, 2012)─
En los años sesenta la población de Madrid se disparó y, en poco
tiempo, pasó de 1 500 000 a 2 300 000 habitantes. Este
crecimiento inesperado echó por tierra los planes de Canal: el suministro de
agua peligraba de nuevo.
A causa de esta explosión demográfica imprevista se crearon
ciudades dormitorio y nuevos barrios de manera desordenada y era muy difícil
asegurar la llegada del agua a esas zonas residenciales.
Con el aumento de la población, los embalses y canales construidos
durante el plan anterior se quedaron pequeños y volvía a temerse el riesgo de
los cortes de agua, por lo que se comenzó a buscar una nueva fuente. Mientras,
el consumo aumentaba y los embalses se quedaban casi agotados en verano. La
solución de emergencia fue usar agua del embalse de Santillana, construyendo
otra conducción hasta el Canal Alto, aunque no sería suficiente para cubrir las
necesidades.
Hay que volver a los orígenes…
De nuevo, el Lozoya fue el río elegido para construir una nueva
presa: El Atazar. Se trataba de un gran embalse que permitiría regular el río
por completo y duplicar la cantidad de agua almacenada. Además, se construiría
un canal hasta Plaza de Castilla y otros canales al este y oeste para servir al
sur de la ciudad, que crecía con rapidez.
El nuevo plan se puso en marcha en 1963, pero no avanzaba por falta
de dinero.
Una sequía lo complica todo …
Mientras arrancaban las obras, la situación empeoraba y la
población se quejaba: el agua tardaba en llegar a los nuevos barrios, no tenía
presión y estaba sucia por los vertidos de urbanizaciones e industrias.
Junto al bajo nivel de los embalses, había otro gran problema para
Canal en aquella época: las numerosas averías en la red causaban grandes
pérdidas de agua en su recorrido hasta las viviendas. Las viejas tuberías
estaban corroídas y se tenían que cambiar por otras de hierro pero, por falta
de presupuesto, se reponían con gran lentitud.
La sequía del año 1964 causó nuevos cortes y se volvió a emplear el
agua del Manzanares para uso industrial y riego de los grandes jardines, ya que
su calidad no era lo suficientemente buena para beberla.
Un nuevo ministro para que vuelva
la tranquilidad
Los cortes de agua continuaban y el descontento de la gente no
mejoraba, así que se encargó al ministro de Obras Públicas la misión de
solucionar estos problemas.
Enseguida inició las obras más urgentes, la construcción de los
embalses de Pinilla y El Vellón, y los pozos junto al río Jarama. Se propuso
triplicar la capacidad de los embalses, terminar con los cortes de agua y
atender mejor a la población.
Para ello puso en marcha el Plan AMSO, que traería agua del oeste
de la región aprovechando la presa de Picadas, en el río Alberche. Esta vez, el
Gobierno se implicó en el proyecto, y salió adelante
Realmente los problemas
no aparecen súbitamente en 1965, ni son propios de los años 60 del siglo XX,
como parece colegirse de este texto. Desde la gran sequía de 1945 se venían
repitiendo restricciones y cortes en el abastecimiento del agua a la capital,
junto con periodos de enturbiamiento de las aguas en las avenidas, como la
ocurrida en 1961 que obligó a un vaciado de los embalses (López-Camacho y
Camacho, 2002).
Como reacción a la
sequía de 1945 se declaró la urgencia de construir la presa de Riosequillo en
el río Lozoya, que no entró en servicio hasta 1958. También en 1950 se reactivó
la propuesta de principios de siglo, bajo la dirección de Ramón de Aguinaga, de
tomar del Jarama y del Sorbe[1],
mediante la dedicación del embalse del Vado en el Jarama ─terminándose en esos
momentos─ y planteándose la construcción de dos nuevos embalses, que no se han
construido, aguas arriba ─Matallana, de 50 hm³─ y aguas abajo ─Bonaval, de
59 hm³─ del embalse del Vado ─53 hm³─, además de una conexión desde
el Sorbe (Fernández Izquierdo, et al.,
2016).
Detalle de la “Figura 4.110. Plan general del aprovechamiento, alto y medio Jarama” de La presa del Vado y el Canal del Jarama (Fernández Izquierdo, et al., 2016)
La explosión
demográfica no era imprevista, planteándose en el Canal de Isabel II escenarios
que consideraban poblaciones de diez millones de habitantes, para los que se
planteaban soluciones. Una de ellas es la captación de aguas desde el Tajo,
aguas arriba de Entrepeñas, con una conducción por gravedad.
Estos estudios de
captar aguas del Tajo se ven reflejados en la Memoria 1946-1950 del Canal de Isabel
II[2]
o en la conferencia pronunciada en 1956 por José García Augustín en el Círculo
de la Unión Mercantil[3].
Es decir, para atender
el abastecimiento de Madrid, el Canal de Isabel II estaba contemplando captar
agua desde el este, con el recurso a mayor cota. Además, perseguía un par de
actuaciones más: la construcción del embalse del Atazar y la adquisición de los
aprovechamientos de Hidráulica Santillana en el río Manzanares.
Se produjo un rápido
crecimiento urbano, en parte previsto por el Canal de Isabel II, que no fue
acompañado de una mejora de las fuentes de suministro y redes, con medidas que
no terminaban de concretarse, con diferencias de criterios y prioridades entre
el Canal de Isabel II y el Ministerio de Obras Públicas. Era una situación comprometida,
que estalló en 1965. Esta situación motivada por la falta de planificación y de
adecuación de las fuentes de abastecimiento e infraestructuras de
abastecimiento en la capital de España, se produjo en los años dorados de las
obras hidráulicas ─promovidas principalmente por el Ministerio de Obras
Públicas─, si bien el fin de éstas era el regadío y la generación
hidroeléctrica, desentendiéndose completamente del abastecimiento de la
población y de la depuración de sus retornos.
Una consecuencia de
esta crisis del abastecimiento fue la destitución fulgurante el 7 de julio de
1965 del ministro de Obras Públicas, el General de Brigada Jorge Vigón
Suero-Díaz, que llevaba en el cargo desde 1957. Le sustituyó Federico Silva
Muñoz, el “Ministro Eficacia”, ocupando el cargo hasta 1970 e impulsando las
obras públicas en general. En el campo de las hidráulicas destacó por la mejora
del abastecimiento de Madrid y el ATS. También puso en marcha un Plan
nacional de Abastecimientos y Saneamientos, que amplió el abastecimiento en
algunas grandes ciudades y planteaba actuaciones de depuración.
Como resumen de su
actuación en lo referente al abastecimiento de Madrid, se reproduce un extracto
de sus Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993):
El abastecimiento de aguas a Madrid ─de Memorias políticas (Silva Muñoz, 1993)─
La situación del abastecimiento de aguas a Madrid cuando llegué al
ministerio hacía necesarias unas tremendas restricciones de agua, como las que
se padecieron entonces, julio de 1965. Mi actuación se encaminaba a la
construcción de nuevos embalses y a una solución de urgencia como era la
«Solución Oeste» (AMSO); que sería continuada en el futuro con la utilización
de las aguas del Alberche y del Tiétar (cinturón de Gredos). Siempre estuve
convencido de que la solución final para el agua de Madrid era el macizo de
Gredos.
La «Solución Oeste» consistía en el bombeo de agua desde el embalse
de Picadas en el Alberche, a través de una tubería de 30 km con una estación
depuradora en Majadahonda, lo cual permitió, en el cortísimo plazo de año y
medio (julio de 1967) aumentar el abastecimiento de agua a Madrid en
3 m³/segundo. En 1967 Madrid ya no padecía restricciones de agua.
A todo ello tampoco fue ajeno la terminación de los embalses de
Pinilla y Vellón, que fueron completados con el recrecimiento de la presa de
Manzanares el Real. Pinilla se adjudicó el 21 de diciembre de 1965; el Vellón
se adjudicó el 28 de septiembre de 1965; y el recrecimiento de la presa de
Manzanares se adjudicó el 17 de mayo de 1968. La capacidad de embalse del
Pinilla es de 37,5 hm³ la del Vellón de 41, y el recrecimiento del embalse
de Manzanares de 45. Con estas obras, solamente la capacidad de embalse del canal
se había incrementado en 123 hm³ o sea, más de un 55% en poco más de tres
años.
La obra más importante de toda la historia del Canal de Isabel II
fue el embalse de El Atazar. (…) Este hiperembalse fue adjudicado por mí el 22
de septiembre de 1965 y terminado por Fernández de la Mora el 19 de julio de
1972. Su capacidad de embalse es de 425,7 hm³. Piénsese que con el
consorcio de empresas que la ejecutaron, esta presa de 141 metros de altura y
370 metros de longitud se construyó en menos de seis años, teniendo en cuenta
que poner en ritmo de trabajo una obra de éstas cuesta más de un año. Reitero
mi reconocimiento al director general de Obras Hidráulicas, Virgilio Oñate
(q.e.p.d.) y a todos los excelentes funcionarios del Ministerio de Obras
Públicas y del Canal de Isabel II, que tanto trabajo e interés pusieron en la
realización de estas obras.
En resumen, el Canal tenía en 1965, 223,4 hm³ de capacidad de
embalse, lo que había conseguido en más de un siglo; en 1972 la había
incrementado, sólo con las obras descritas y sin contar con la «Solución
Oeste», que como queda dicho puede aportar 3 m³/segundo al abastecimiento de
Madrid, en 549,S hm³, o sea en siete años la capacidad de embalse creció
en un 240 %. Respecto a lo efectuado después de estos años, según la
información que he podido encontrar en los medios de comunicación, creo que se
ha hecho muy poco o casi nada. Y esto es grave, porque había que haber
continuado construyendo el cinturón de Gredos, pensando en año 2000 para el
abastecimiento de agua de Madrid, y no olvidar las angustiosas sequías que
periódicamente padecemos.
Aunque no pertenezcan al abastecimiento de agua a Madrid conviene
recordar que para abastecer el agua a los pueblos de sierra, problema que tanto
incide en Madrid, en mi época se construyeron los embalses de La Jarosa con
7 hm³, Navalmedio con otros 7, y Navacerrada con 11 hm³, en total
25 hm³. (…)
Estas líneas, escritas
por el propio Silva Muñoz, resumen la mejora en el aumento de los recursos
hídricos para el abastecimiento de Madrid. Se multiplicó por 2,4 su capacidad
de almacenamiento, además de establecer un bombeo desde el Alberche. Adicionalmente,
unos años después, en 1975, se pone en servicio el último gran embalse, el de
Valmayor, con 124 hm³ de capacidad sobre el río Aulencia, pero regulando
caudales del Guadarrama por la derivación desde el Azud de las Nieves.
Realmente, como se refleja también en este extracto, poco se ha realizado desde
entonces para aumentar la capacidad de abastecimiento de la capital, a pesar
del incremento de población[4].
La solución pasó por
regular al máximo los recursos hídricos cercanos a Madrid (Lozoya, Guadalix,
Manzanares) e iniciar lo que se denomina AMSO (Abastecimiento de Madrid
Solución Oeste) con la elevación del Alberche, la regulación del Guadarrama y
la captación de aguas de Gredos. Un esquema de esta solución se reproduce en la
Figura
284, copiada del artículo publicado en 1972 en la
Revista de Obras Públicas Abastecimiento de agua al área metropolitana de
Madrid (García Augustín,
1972).
Esquema del abastecimiento de Madrid y previsión de su ampliación, tomado del artículo Abastecimiento de agua al área metropolitana de Madrid (García Augustín, 1972)
Esta concepción del
abastecimiento de Madrid se refleja en la Memoria del Anteproyecto general
de aprovechamiento conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de
España -complejo Tajo-segura (Martín Mendiluce & Pliego González, 1967), del que se
reproduce un fragmento:
De la Memoria del Anteproyecto general de aprovechamiento
conjunto de los recursos hidráulicos del centro y sureste de España ─Complejo
Tajo-segura─ (Martín
Mendiluce & Pliego González, 1967)
III.1.4.1. El abastecimiento de aguas a Madrid
El abastecimiento de Madrid, se ha venido desarrollando a lo largo
del tiempo, en forma lógica y natural, aprovechando primeramente los recursos
hidráulicos más próximos, cuyo programa de regulación alcanza límites muy
superiores a los que hubiesen permitido, de forma económica, cualquier otro uso
del agua. Siguiendo este criterio, a principios de la década de 1950, se
completó la reserva al Canal de Isabel II de recursos hidráulicos de la cuenca
del Jarama en cuantía aproximada de 600 hm³/año (algo menos del doble de lo que
se viene consumiendo hoy en día). Este volumen de reserva resulta adecuado, si
se tiene en cuenta la fecha en que se formuló, pues en aquel entonces el
consumo de Madrid era de unos 4 m³/s (120 hm³/año), y las previsiones
realizadas para el futuro situaban el consumo para el año 2000 en unos 20 m³/s
(630 hm³/año). Este plazo era suficientemente dilatado para no pensar, en
aquella fecha, en la necesidad de disponer de recursos hidráulicos de otras
cuencas.
Sin embargo la evolución verdaderamente espectacular de la capital
de España ha dejado cortas todas las previsiones de consumo realizadas, no sólo
las que hemos reseñado, sino las que sucesivamente se han ido estableciendo,
poniéndose cada vez más de relieve la necesidad de buscar nuevos recursos
hidráulicos que complementasen los propios reservados.
Dado el volumen necesario previsible. para el futuro (800-1000
hm³/año) existían dos posibles fuentes de importancia suficiente para resolver
el problema: el macizo de Gredos y sus estribaciones de la Sierra de
Guadarrama, y la Cabecera del Tajo.
La solución se inclina a favor de la primera de las fuentes, por
las siguientes razones:
Los recursos de la cabecera del Tajo. están mucho más alejados de Madrid y a menor cota que los de Guadarrama y Gredos.
La calidad de las aguas de estas procedencias es muy superior que las del Tajo.
El volumen de los recursos aprovechables de Gredos es superior al de la cabecera del Tajo y, por lo tanto, el suministro de Madrid puede garantizarse a plazo más dilatado.
El aprovechamiento de los recursos del oeste de Madrid puede hacerse por fases sucesivas y escalonadas, a medida de las necesidades, cosa que no ocurre con los recursos procedentes de la cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía).
En virtud de las razones anteriores se adoptó la solución Oeste
para suplementar los recursos propios de la cuenca del Jarama con destino al
abastecimiento de Madrid, decisión racional desde el punto de vista
hidrográfico, pues permite una traslación Oeste-Este de parte de los
importantes excedentes que arroja el balance hidráulico global de la cuenca del
Tajo, para situarlos en el tramo medio del río una vez cumplido su fin de abastecimiento.
Aun cuando la solución del abastecimiento de Madrid está en el Oeste por
razones independientes del aprovechamiento conjunto Tajo-Segura que se propone,
es evidente la importancia de esta correcta decisión, pues la adopción de la de
la cabecera del Tajo, hubiese hipotecado este aprovechamiento, que presenta objetivos del mayor interés nacional.
De los estudios realizados hasta el momento, puede concluirse que
es factible situar en Madrid 900 hm³/año procedentes del Oeste,
distribuidos de la siguiente forma:
Tiétar
400 hm³/año
Alberche
400 hm³/año
Guadarrama
100 hm³/año
Total
900 hm³/año
Este volumen de agua es suficiente para hacer frente al déficit
futuro previsto (840 hm³/año).
Sin embargo, si en el futuro es necesario, puede agotarse todavía
más la aportación del Alberche y Tiétar, y acudirse a la vertiente Norte de
Gredos trasvasando al Tajo aguas del Duero en la medida que precise el
abastecimiento de Madrid.
En la actualidad el aprovechamiento de recursos hidráulicos del
Oeste para el abastecimiento de Madrid se ha realizado en su primera fase
urgente desde el río Alberche que permite incorporar a la capital unos 4 m³/s
(120 hm³/año), cumpliéndose así la razón d) antes expuesta.
De esta forma el déficit de 102 hm³/año para 1972 previsto en
el balance, si se cumplen las actuales hipótesis del crecimiento de consumo de
Madrid, queda subsanado.
Sin embargo antes de 1972 habrá de terminarse algún otro
aprovechamiento, que permita cierta holgura en la garantía del suministro. Está
programado realizar a muy corto plazo la segunda fase del aprovechamiento de
los recursos hidráulicos del Oeste, consistente en la regulación de los
excedentes de los ríos Guadarrama y Aulencia, que permitirán incorporar a la
red de distribución los 100 hm³/año antes citados.
De esta solución oeste
se han hecho efectivas la regulación del Guadarrama (embalse de Valmayor en su
afluente Aulencia, con derivación desde el Guadarrama en el azud de las Nieves)
y el bombeo desde el Alberche, pero los recursos obtenidos son del orden de la
mitad de los 500 hm³/año que se consideraron en los años 60 del siglo XX.
Del Tíetar no se obtiene ninguno, estando fuera de toda previsión en la
actualidad la opción de construir numerosas presas en las gargantas del Tiétar
con una arteria colectora hacia Madrd. Tampoco hay planteado ningún trasvase
desde el Duero para el abastecimiento a Madrid.
Afortunadamente,
tampoco se cumplen las predicciones que había del volumen demandado por Madrid
(800-1000 hm³/año frente a unos 500 hm³ derivados anualmente[5]). Este desfase no se debe a un menor crecimiento
de la población, sino a la dotación (consumo por habitante) que se consideraba
respecto a la real actual.
Lo que es de destacar
es que, en la solución dada al abastecimiento a Madrid, no se miró hacia al
este, con mayor cota y menos competencia por el recurso dentro de la cuenca
─como se planteaba desde el Canal de Isabel II en los años 50─, sino al oeste.
Una solución que en el anteproyecto del ATS se pretende vestir con un criterio
técnico, que en la práctica está condicionando la gestión del Tajo. Con el paso
del tiempo cabe preguntarse si esta decisión de mirar al oeste para el
abastecimiento de Madrid tomada en 1965 estuvo condicionada por la idea del
ATS, que ya estaba bastante desarrollada y avanzada un par de años antes, en
1963. En ese sentido, la frase “la adopción de la de la cabecera del Tajo,
hubiese hipotecado este aprovechamiento [por el ATS], que presenta
objetivos del mayor interés nacional”, incluida en el fragmento reproducido
de la memoria del anteproyecto del ATS, parece indicar que la posibilidad del
ATS condicionó la solución dada al abastecimiento de Madrid.
López-Camacho y Camacho, B., 2002. Pasado
y presente del abastecimiento de agua a Madrid. En: Fundación Canal de Isabel
II, ed. La ingeniería del agua en España en el siglo XIX. Madrid: Fundación Canal de Isabel II, pp.
143-212.
Martín Mendiluce, J. M. & Pliego
González, J. M., 1967. Anteproyecto general del Acueducto
Tajo-Segura, Madrid:
Ministerio de Obras Públicas. Dirección General de Obras Hidráulicas.
Silva Muñoz, F., 1993. Memorias
políticas. marzo de 1993
ed. Barcelona: Editorial Planeta, S.A..
[1] Por ejemplo, reflejado en sus artículos en la Revista de Obras Públicas
sobre el Canal de Isabel II en 1915 (de Aguinaga, 1915).
[2]«(…) y con objeto de buscar grandes caudales, debemos buscarlas en el
río Tajo (…). Demostrada la necesidad de acudir al río Tajo para cuando la
población de Madrid sobrepase en número de habitantes al doble del actual ─es
decir, más de 3 millones─ resumiremos los diferentes tanteos realizados
(…)». Copiado de (López-Camacho y Camacho, 2002)
[3]«(…) Más allá aún un posible embalse de 400 hm³ en el Tajo
añadiría 10,5 m³/s para tres millones más de habitantes (…)». Copiado de (López-Camacho y Camacho, 2002)
[4] Haciendo un inciso en este momento histórico, se relacionan las tres
principales medidas posteriores para incrementar los recursos de abastecimiento
a Madrid:
Incrementar
la capacidad de bombeo desde el Alberche hasta 220 hm³/año.
Campo de
pozos del Guadarrama, como recurso estratégico en caso de sequía, que permite
incorporar unos 60 hm³ en un año, pero debiendo dejar tiempo
posteriormente para la recuperación del acuífero.
Planta con
membranas de ósmosis inversa en Colmenar de Oreja, captando agua desde el Tajo,
hasta 60 hm³/año. Su funcionamiento hasta el momento ha sido testimonial,
si bien rompe con el concepto de la solución AMSO y capta recursos de la
cabecera del Tajo.
[5] Según el Informe Anual 2016 (Canal de Isabel II, 2017), los volúmenes
derivados fueron: 541 hm³ en 2011, 525 hm³ en 2012, 497 hm³ en
2013, 493 hm³ en 2014, 498 hm³ en 2018 y 491 hm³ en 2016.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional
Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos.El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.