La extraña función de la presa de El Pardo y otras trivialidades.

Un día de verano en la década de los años sesenta, mientras Su Excelencia el general Franco regresaba desde el cercano campo de golf al palacio de El Pardo, comentó a los ayudantes que le acompañaban (poco más o menos): «¡Qué amarillo y seco está este año el campo de golf! Con la cantidad de embalses que he inaugurado, ¿no se podría construir uno por acá?» El mensaje fue trasladado rápidamente a quién pudiere corresponder. Con notable celeridad se elaboró el proyectó, se adjudicaron las obras y se construyó la denominada presa de El Pardo. (Comunicación personal, durante una visita a la misma en 1974, del ingeniero de la Confederación del Tajo que participó en el proyecto, construcción y estaba encargado de la explotación de la presa).

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