Ponencia de aprovechamientos hidráulicos presentada en el IV Pleno del Consejo Económico Sindical de Murcia (1953)

Introducción

En esta entrada se reproduce la Ponencia de aprovechamientos hidráulicos (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953) presentada en el IV Pleno del Consejo Económico Sindical de Murcia celebrado entre el 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1953.

Portada de la edición de la Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, de diciembre de 1953, editada por la Cámara Oficial Sindical Agraria de Murcia
Portada de la Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, de diciembre de 1953, editada por la Cámara Oficial Sindical Agraria de Murcia

El motivo de reproducirla es, al igual que lo expuesto con los extractos del PGOP1940, es porque no es un documento fácilmente accesible, a la vez que se trata de un documento clave para entender la génesis del ATS.

Esta ponencia es presentada a finales de 1953, año en el que se promulgaron el Decreto y Orden Ministerial de 25 de abril de 1953, un intento de ordenar la asigna­ción del recurso en la cuenca del Segura que “había suscitado los más contrapues­tos pareceres”, como se indica en la pre­sen­ta­ción de la ponencia.

El texto de la ponencia al que se ha tenido acceso corresponde a un folleto de unas 28 páginas más portada, editado por la Cámara Oficial Sindical Agraria” e impreso por la “Editorial La Verdad”, S.A. – Murcia. No figura en el mismo su fecha de impresión, pero se deduce que debió ser en con posterioridad al 25 de junio de 1954, a tenor del contenido de las dos notas a pie de página que se incluyen, dando información sobre actuaciones posteriores a lo planteado en la ponencia que afectan a alguna de sus conclusiones.

Como se recoge en el folleto, la presidencia, vicepresidencia y secretaría general correspondió a:

  • PRESIDENTE: Sr. Don Antonio Luis Soler y Bans.
  • VICEPRESIDENTE: Sr. Don· Antonio Gómez J. de Cisneros.
  • SECRETARIO GENERAL: Sr. Don Félix Romojaro Sánchez.

Y la ponencia fue confeccionada por:

  • PRESIDENTE: Ilmo. Sr. Don Ramón Burilo Auger. ·
  • VOCALES:
    • Sr. Don Carlos Iglesias Segas.
    • Sr. Don Diego Ródenas Fontcuberta.
    • Sr. Don Joaquín Payá Navarro.
    • Sr. Don José Sánchez Banegas.
    • Sr. Don Daniel Ayala Guillén.
    • Sr. Don Adrián Viudes Guirao.
    • Sr. Don Miguel Hernández Gómez.
    • Sr. Don Joaquín Navarro Corominas.
    • Excmo. Sr. Don Antonio de Urbia y Melgarejo (Marqués de Bozalejo)
    • Sr. Don Francisco Juárez Montegrifo.
    • Excmo. Sr. Don José Pérez Mateos.
    • St. Don Emilio Ordóñez Márquez.
    • Sr. Don Isidro Vivancos.
    • Sr. Don José M.ª Guillamón Pascual de Riquelme.

A continuación, se reproducen los apartados de la presentación, contenido de la ponencia, conclusiones, los mapas y un epígrafe que recopila las dos notas al pie que refieren actuaciones posteriores. Sobre los mapas, se ha de advertir que son sustancialmente con las láminas enlazadas en la entrada Gestación del Acueducto Tajo-Segura (ATS), pero en blanco y negro.

Testo original de la ponencia

Presentación

Durante los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1953, se reunió en Murcia el IV Pleno del Consejo Económico Sindical, en el cual fueron aprobadas 19 Ponencias que previamente habían sido preparadas por Comisiones constituidas al efecto, y que fueron objeto de apasionada discusión especialmente en aquellos extremos que, como el relativo a la cuestión de las aguas, revestían singular interés provincial.

Entre estas Ponencias, la número Vlll se dedicó precisamente al tema, “Aprovechamientos Hidráulicos”, asuntos de singular relieve en la provincia de Murcia, en la que existen considerables secanos susceptibles de ser transformados en regadíos, y que se encuentran en espera del agua vivificadora.

Unos meses antes de la celebración de este Pleno, el Gobierno de la nación, que tan continuado interés viene manifestando por la provincia de Murcia, había dado una trascendental disposición que, por afectar al régimen vigente en materia de agua, habría suscitado los más contrapuestos pareceres. En estas condiciones, resultaba ciertamente difícil tratar en la provincia de Murcia de una Ponencia de Aprovechamientos Hidráulicos, pero como la Organización Sindical murciana, no podía permanecer al margen de asunto de tanta importancia para la, región, ni tampoco podía dejarse arrastrar por parcialidades bien intencionadas en la mayoría de los casos, pero, en definitiva, incompatibles entre sí, fueron orientados los trabajos al estudio de una fórmula conciliatoria en la que se unieran en un solo haz los afanes de los murcianos.

Esta fórmula conciliatoria, en la que todos los murcianos se encuentran unidos, por cuanto ofrecería solución satisfactoria la las aspiraciones de todos los sectores, es la que se recoge en la Ponencia que ahora publicamos, que ha tenido la virtud de concitar en su torno la adhesión de Murcia entera y de sus diversas comarcas, y que, precisamente por ello, constituye la bandera que alza Murcia, no en su peculiar beneficio, sino en aras al interés general, y muy especialmente, al de las zonas del Sureste y Levante español.

Ponencia

La cuenca del Segura tiene una superficie de 14.432 kilómetros cuadrados que se extiende por las provincias de Murcia, Albacete, Almería, Alicante, Jaén y Granada, si bien las dos primeras comprenden el 82 por ciento de la misma. Su régimen hidráulico es sumamente variable, de lo que es buena prueba el hecho de que el año 1924, pasaron por la Estación de Los Almadenses 1.790 millones de metros cúbicos, mientras que en 1932 pasaron solamente 381 millones. No se trata, sin embargo, solamente de una irregularidad interanual; dentro del mismo año los caudales varían sensiblemente, de aquí que los períodos secos se alternen con las lluvias torrenciales que ocasionan las terribles avenidas sufridas por la Vega. Precisamente para evitar los daños extraordinarios de las inundaciones se acudió en esta cuenca, antes que en otras, a la construcción de formidables pantanos, tales como los de La Fuensanta, Talave y Alfonso XIII, que, posteriormente, se emplearon también para la mejora y ampliación de los regadíos.

Entre los caudales extremos de 1924, que fue un año muy lluvioso, y de 1932, que fue muy seco, los atoros practicados en los últimos años parecen demostrar, según se recoge en un trabajo oficial muy caracterizado, que los caudales que circulan por los ríos de la cuenca del Segura no llegan, como media anual, a 700 millones de metros cúbicos. No disponemos en este momento de datos precisos de los consumos para riego en los últimos años, pero aunque sobre este particular las cifras son muy distintas, ya que resulta natural que cada uno haga las estimaciones en función de las que considera conveniencias, generales, cálculos aproximados realizados sobre la base de los aforos practicados por la Confederación en la Estación de los Almadenes de Guardamar por personas muy conocedoras de la cuenca, han llegado a señalar como volumen necesario para abastecer normalmente de agua la Vega del Segura el de 650 millones de metros cúbicos.

Con estas aguas recibe riegos una importante Vega cuya extensión se cifró en 1940, en el Plan General de Obras Públicas (página 198 del tomo segundo), en más de 90.000 hectáreas, de las cuales cerca de 25.000 utilizan elevaciones por no llegar el agua rodada. Existían, además en la cuenca, unas 13.000 hectáreas con riego eventual, bastantes de las cuales se han ido transformando en riegos permanentes, y, finalmente, los aprovechamientos de las aguas subterráneas, las cuales elevaban más de 4.000 litros por segundo, lo que suponiendo una jornada de trabajo de doce horas representaba una elevación de más de 60 millones de metros cúbicos, bien entendido que en esta superficie se comprenden todos los afluentes del Segura, habiéndose cifrado los riegos dominados por los pantanos del Cenajo y Camarillas en el escrito que en concepto de informe al Plan Nacional de Obras Hidráulicas fue presentado por el ingeniero señor Arévalo en 1933, en 54.977 hectáreas.

Claro está que estos datos de superficie regable se han quedado atrás con el transcurso de los años, durante los cuales se han creado miles y miles de tahúllas de nuevo regadío, a base de elevaciones, más o menos regables, pero en definitiva efectivas, de aguas de las acequias o de los azarbes o bien del río directamente. Así, una serie de motores que derivan el agua de la acequia de Churra la Nueva, hacen que no haya caudal sobrante que vaya a enriquecer el azarbe mayor para regar Orihuela, y en Santomera, entre otros muchos puntos, se ha establecido una extensísima zona de regadío a costa del caudal del azarbe mayor. Todo lo cual se ha hecho patente, con signos bien trágicos, durante este verano, en el cual el estiaje ha sido terrible, pese a que en primavera el embalse de los pantanos de la cuenca llegaba a los 180 millones de metros cúbicos

Nos encontramos, pues, ante una cuenca aprovechada hasta el límite y que aún lo podrá ser más cuando se terminen las obras del Cenajo y Camarillas y, especialmente, si por fin se constituye un pantano de cola en la laguna de La Mata. Este último vaso resulta, a nuestra opinión, muy necesario, por cuanto la superficie de la cuenca regulada por los pantanos es de 6.206 kilómetros cuadrados, con lo que el agua que, cae en los otros 8.226 kilómetros cuadrados que quedan sin regular tiene que ir, cuanto menos en parte importante, al mar, aun después de construidos los pantanos del Cenajo y Camarillas.

Frente a este caudal de agua limitada y, por cierto, muy bien aprovechada, los terrenos de secano susceptibles de ser transformados en regadío, representan extensiones considerables. Lorenzo Pardo, en su Plan Nacional de Obras Hidráulicas, hacía una distribución de superficies de nuevo regadío en las distintas cuencas españolas, y al tratar de la del Segura, fijaba para ella una superficie de transformación de 238,000 hectáreas, de las que 37.000 correspondían al Guadalentín, 100.000 al campo de Cartagena, 10.000 a la cuenca del Quípar y 38.000 a la propia Vega del Segura. Don Félix de los Ríos, al informar el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933, como Director de la Confederación del Ebro, dijo que en la cuenca del Segura se pueden mejorar los regadíos y crear nuevos riegos en las siguientes proporciones: 5.000 hectáreas de nuevo regadío y 10.000 hectáreas de riegos mejorados en las cuencas del Vinalopó y el Segura; 40.000 hectáreas de nuevo regadío en los campos de Cartagena, y 15.000 hectáreas de nuevo regadío y 5.000 de riegos mejorados en la cuenca del Guadalentín, igualmente las superficies de posibles riegos que se incluye en el Plan que la Delegación de Servicios Técnicos de Falange en Murcia, presentó sobre riegos de Levante son los siguientes: 2.500 hectáreas de nuevo regadío y 10.500 hectáreas de regadíos mejorados en la cuenca del Segura; 22.000 hectáreas de nuevos regadíos y 5.000 hectáreas de riegos mejorados en la cuenca del Guadalentín y 80.QOO hectáreas de nuevos regadíos en los campos de Cartagena.

Para realizar estas ampliaciones de riegos en la cuenca del Segura, Lorenzo Pardo cifraba las necesidades de agua en 1.712 millones de metros cúbicos; Félix de los Ríos,

630 millones de metros cúbicos del Turia, y 100 millones a regular del Segura, y el Plan de la Delegación de Servicios Técnicos, en 1.120 millones de metros cúbicos. Y como quiera que estos volúmenes de agua tan considerables exceden en mucho de las posibilidades de los ríos de la cuenca del Segura, cuyo caudal medio viene a ser, según decíamos anteriormente, de 700 millones de metros cúbicos, el trasvase de caudales de otras cuencas constituye la clave de la ampliación y mejoras de los riegos en nuestra provincia.

Los planes de trasvase

Aunque cuando se habla de trasvase, el Plan de Lorenzo Pardo es el que llama la atención, existen algunos otros a los que, también, nos hemos de referir, pues elaborados con posterioridad al Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 han corregido determinados extremos, y los defectos que se hicieron patentes en la propuesta del señor Lorenzo Pardo, y, en ocasiones, como en la propuesta del ingeniero señor Sánchez Cuervo, se contienen sugerencias que tienen, necesariamente, que ser tenidas en cuenta en los proyectos futuros.

Propuesta del señor Lorenzo Pardo (Mapa número 1)

En su Plan Nacional de Obras Hidráulicas cifraba, según hemos dicho, en 1.712 millones de metros cúbicos las necesidades de agua de la cuenca del Segura, y sugería, como medio de conseguirlo la utilización de las aguas sobrantes del Mijares, Turia, Júcar y Segura, y ciertas aportaciones de las cabeceras del Tajo y Guadiana. En esta propuesta se proyectaba la construcción de doce pantanos en las cabeceras del Tajo y sus afluentes Guadiela y Gallo, con el fin de regular sus aportaciones y establecer un canal alto, por encima de la cota 1.000, que llevara estas aguas al .Júcar, terminando en un gran salto en este río, aguas abajo del pantano de La Toba, cuya energía pensaba utilizar para la elevación de las aguas del Tajo y Guadiela, en el Canal Bajo, que· asimismo se preveía, cual había de recoger; además, las de los afluentes del Guadiana, Cigüela y Záncara, y las conduciría al pantano de Alarcón, del que partirían los canales de distribución que deberían llevar las aguas a Alicante, Murcia y Almanzora.

Propuesta de don Félix de los Ríos (Mapa número 2)

Para completar los 730 millones de metros cúbicos, que con loas 100 regulados del Segura, necesita la cuenca para ampliar y mejorar sus regadíos, propone, en su informe al Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933, como Director de la Confederación del Ebro, la utilización de algunos caudales del Ebro que se pierden en el mar. Para ello sugería la construcción de una presa de alzas móviles en Cherta, para crear un salto de 22 metros, y como el caudal que lleva este río en aquel lugar pasa, según los datos de que disponía, de los 300 metros cúbicos por segundo, la energía producida la consideraba sobrada para la elevación de 40 metros cúbicos a una altura de 115 metros, lo que, unido a la altitud dcl río en Cherta y a la altura de la presa, la elevación alcanzaría la cota 142 sobre el nivel del mar. Además, en Cherta se derivan los canales para riego del delta del Ebro, con un caudal. entre ambos de 36 metros cúbicos por segundo, y hace caer te caudal desde el nivel del embalse de la presa de 22 metros de altura al de estos canales, dando así lugar a otros nuevos saltos que permitirían elevar un caudal de 10 metros cúbicos por segundo a la Cota 67. Los 40 metros cúbicos por segundo que eleva la Cota 142, los conduce a lo largo del litoral por un canal hasta el Júcar, regando en su curso la superficie prevista de las provincias de Castellón y Valencia, y haciendo a la vez de colector, recoge las aguas sobrantes del Mijares, que repondría gran parte del caudal gastado, y deja en el Turia, al cruzarlo, el caudal que necesitan los ríos de la Vega de Valencia, y, por último, vierte en el Júcar el caudal de 10 metros cúbicos por segundo. Completa esta obra con la construcción de un canal de 10 metros cúbicos por segundo desde el Pantano de Benegebez, en el Turia, que llega al Júcar, y luego deriva de éste hacia la Cota 200 otro canal que conduce los 10 metros cúbicos que han llegado del Turia, más otros 10 metros cúbicos del Júcar, en total 20 metros cúbicos para ser conducidos a regar diversas zonas del litoral de Alicante, aumentar el regadío en la margen izquierda del Segura y después de servir parte de la Vega de Murcia terminar con siete metros cúbicos por segundo en el canal de los campos de Cartagena. Como supone que parte del caudal conducido se aplica a riegos en la Vega Baja del Segura, hace una derivación de caudal en el Pantano del Cenajo que resulta así permutados por los que deja en la Vega del Segura y por un canal los conduce para regar los campos del Guadalentín y el Almanzora.

Propuesta de la Delegación de Servicios Técnicos de Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N. S. de Murcia (Mapa núm. 3)

Cifra las necesidades de agua en la Cuenca del Segura, a los efectos de realizar las ampliaciones y mejoras de los regadíos antes aludidos, en 1.120 millones de metros cúbicos, los que espera obtener de la siguiente manera: recursos hidráulicos del Mijares, obtenidos por regulación, los fija en 200 millones de metros cúbicos; río Turia, 100 millones de metros cúbicos; río Júcar, le atribuye unos posibles caudales a regular de 500 millones de metros cúbicos. A la Cuenca del Segura, en cambio, la considera completamente agotada y no puede proporcionar caudales para regulación más que 60 a 70 millones de metros cúbicos, y prescinde de ella. El resto de los caudales piensa tomarlos del Ebro, permutando los que necesitan Alicante y Murcia por otros del Turia y del Júcar. Se trata, en realidad, de una modificación del Plan del Sr. Ríos. Así, de los 1.924 millones de metros cúbicos que propone elevar del Ebro no pasa una sola gota a Alicante y Murcia, sino que, lo que hace es retirar 1.669 millones de metros cúbicos que necesitan en el Levante murciano y la zona de la meseta de los ríos Turia y Júcar, para llevarlos allí y sustituirlos en la zona valenciana por los caudales del Ebro. Para ello propone elevar en Cherta un caudal modular de 60 metros cúbicos por segundo. El mecanismo del trasvase es idéntico al del señor Ríos, pero queriendo ampliar la proporción del mismo sugiere elevar el caudal 65 metros más bajo, con objeto que con el mismo caudal del Ebro en Cherta se pueda elevar más agua para riegos.

Propuesta del ingeniero señor Sánchez Cuervo (Mapa núm. 4)

No fija, como los anteriores, la superficie regable o mejorada en sus riegos, sino que se limita a ofrecer posibles soluciones al trasvase de manera que no queden comprometidos los caudales del Júcar en la regulación del Pantano de Alarcón. Así, el trasvase del Tajo, lo concibe sobre las bases de conducir las aguas, no por los canales Alto y Bajo que proponía el señor Lorenzo Pardo, ni conduciendo los caudales del río Júcar, sino llevándolos por otro Canal situado a una Cota unos 100 metros más baja que la del otro canal inferior, el cuál empalmaría en el Colado de Minaya con el que Lorenzo Pardo propone, y pasaría, después de regar el llano de Albacete, a la Cuenca del Segura, a la que aportaría 20 metros cúbicos por segundo. Admite también, la utilización de las aguas del Júcar, para elevarlas a los campos de Alicante y a la huerta de Murcia, pero dichas aguas habrían de recogerse en la desembocadura del río y junto a la Albufera, donde ya no son utilizables para riegos de la Cuenca del Júcar, con lo que se evitarían los pe1igros que para esta Cuenca podría derivarse de la toma de aguas en la cabecera. Finalmente, recoge la posibilidad de levantar en el Ebro una presa de 20 a 25 metros de altura que elevara 30 metros cúbicas por segundo a la Cota 140, pero sugiere que e[ canal de referencia en lugar de terminar en el Turia llegue hasta, las inmediaciones de la Oliva de donde parte el canal que conduce los sobrantes del Júcar al partidor del río Segura en Alcantarilla. Como sugerencia de régimen interior en la Cuenca del Segura, expone que si procedentes del Júcar se· llevan al partidor de Alcantarilla 20 metros cúbicos por segundo, no· sería necesario que el río los aportara a dicho partidor, y sin perjuicio de los regantes a que éste provea de agua, podría derivarse del Segura en su parte superior, conduciéndolo por los canales de Alicante y Cartagena, como propone el señor Lorenzo Pardo.

Juicio crítico

Las propuestas de trasvase de aguas a la Cuenca del Segura, en la manera en que las hemos expuesto, constituyen, más bien, una orientación o punto de partida que proyectos de ejecución acabados, susceptibles de rápida realización. Se necesita, pues, de querer llevar a feliz término el trasvase, continuar los estudios, persistir en la orientación lanzada por las personas u organismos que lo sugirieron, y, sobre la base de las regulaciones efectuadas en los últimos años en las cuencas del Tajo, del Guadiana, del Júcar, del Mijares, del Turia y del mismo Ebro, ver lo que es posible de lo que se dijo y formular propuestas concretas de conjunto en las que se tengan en cuenta no ya una cuenca determinada, sino todas las que, teniendo una posible conexión con la del Segura, lleven al mar sobrantes que no puedan ser aprovechados.

Ahora bien, la idea del trasvase, como toda gran idea, tropieza, necesariamente, con resistencias que en este caso están constituidas por los intereses encontrados de los Servicios Hidráulicos de cada una de las cuencas españolas. Resulta comprensible que los ingenieros de cada una de ellas, que no pueden sustraerse al ambiente local, no vean con demasiada simpatía una propuesta que entraña disponer de caudales propios en beneficio de superficies regables que se encuentran fuera de su jurisdicción. De aquí que deben ser los Servicios Hidráulicos Centrales los que en una primera etapa realicen los estudios, y sólo después, cuando éstos constituyen algo acabado, será llegado el momento de que los Servicios regionales tomen a su cargo la realización de las obras.

Pero nada se podrá conseguir en un asunto en el que juegan intereses tan dispares, si no existe, desde el primer momento, un estado de opinión en la región beneficiaria que recabe de los Poderes Públicos una cuidadosa atención hacia los proyectos de trasvase. Nos encontramos con un Estado que, como ningún otro en la historia de España, toma a su cargo con verdadera alegría cuantas obras tengan envergadura, siempre que representen un beneficio para los españoles; un Estado que está transformando secanos considerables en regadíos a los que tiene que llevar no solamente el agua vivificadora, sino hasta el hombre que represente una tradición en estos cultivos; un Estado que se apasiona por todo lo grande y que ofrece a todas las provincias Españolas su generosa colaboración; un Estado que por la cuenca del Segura viene tomándose un acusado interés en su deseo de llevar el agua vivificadora a zonas que de antiguo las necesitan, como los campos de Lorca y Cartagena. Pues bien, a este Estado tan bien dispuesto es al que hay que ofrecerle una obra de la envergadura de la de los trasvases, una obra que precisamente por las grandes dificultades que ofrece solamente podría ser llevada a cabo bajo el signo de un Gobierno como el de Francisco Franco.

El riego de los campos de Cartagena

Para estos campos, el riego tiene una importancia singular; de aquí que, de antiguo, haya constituido su regadío la aspiración honradamente sentida, ya que las cosechas se pierden con frecuencia por falta de agua en la última etapa de su desarrollo, y disponiendo de caudal para un par de riegos se tiene la seguridad de recoger buenas cosechas, lo que asegura una gran riqueza que, hoy por hoy, tiene un carácter de eventualidad que origina etapas de verdadera miseria en los años secos.

Dos procedimientos se ofrecen para realizar estos riegos: el primero de ellos consiste en derivar un caudal alto de la margen derecha del río Segura, de manera que a su través se conduzcan las aguas reguladas en la cabecera de la cuenca, y fue sugerido en las propuestas de don Manuel Lorenzo Pardo y de don José Luis Sánchez Cuervo y, más recientemente, ha sido aprobado un anteproyecto en este sentido por el Decreto de 25 de abril de 1953. El segundo estriba en la toma de aguas en Guardamar para aprovechar los sobrantes del río Segura, que en el último decenio han sido, en mucho, superiores a los 143 millones de metros cúbicos en que se cifraron en el decenio anterior, y que aun regulado por completo el río Segura en su cabecera con la construcción de los pantanos del Cenajo y Camarillas, seguirán existiendo, por cuanto la parte regulada de la cuenca, una vez construidos estos embalses, será de 6.206 kilómetros cuadrados, quedando 8.226 kilómetros cuadrados sin regular, en los que las aguas que caigan irán al mar de no existir un pantano de cola en que se recojan y del que se eleven a los campos de Cartagena.

Sin prejuzgar el juicio que nos merece el canal alto, y como quiera que el bajo es perfectamente compatible con aquél, vamos a concretar nuestro estudio a este último. Después del primer proyecto redactado en el año 1939[1]  por don Eugenio Rivera, que pensaba podrían aprovecharse gran parte de los sobrantes de Guardamar en el riego de más de 60.000 hectáreas del campo de Cartagena, en 1931 se redactó por el señor González Jiménez otro proyecto para el riego de 48.000 hectáreas, a razón de 2.600 metros cúbicos por hectárea, que equivalían a un empleo total de 125 millones de metros cúbicos. Fue aprobado en 1934, pero reduciéndose la superficie a 21.000 hectáreas y asignando 40 millones de metros cúbicos procedentes de los pantanos y otros 20 millones de regulaciones que pudieran hacerse.

El proyecto comprendía la toma de aguas en el río Segura por debajo de la actual toma de Riegos de Levante y realizando dos elevaciones, una de 37,75 metros para poner el agua en un canal de conducción de cuatro metros cúbicos por segundo de capacidad, y otra de 70,51 metros para introducir los caudales en el canal principal de la zona regable, cuya capacidad variaba entre tres y cuatro metros cúbicos por segundo. El resto de la obra lo componían los canales secundarios denominados Principal, Algar-Cabo de Palos y Cartagena, con capacidad variable y, finalmente, ocho canales secundarios o acequias con capacidad de 500 litros por segundo. Como complemento se preveía el envase [sic] de la Glea, para reserva de caudales.

Las obras comenzaron en 1935, y a partir de julio de 1936 adquirieron un rápido desarrollo, llegándose a una máxima intensidad en febrero de 1937 y paralizándose en el verano de 1938. Quedaron por ejecutar la toma de agua, las elevaciones, el canal de conducción, 25 kilómetros de revestimiento del canal principal y varios pasos de cruces de caminos en los canales secundarios.

El mayor defecto de que han adolecido los trabajos para el riego del campo de Cartagena, a base del aprovechamiento de los caudales sobrantes del Segura, ha consistido en tener en cuenta, exclusivamente, la cifra de éstos y prescindir del hecho de que los mismos necesitan ser utilizados precisamente en épocas determinadas que pueden no coincidir con las épocas en que se producen los sobrantes; de aquí que el riego del campo de Cartagena, utilizando las aguas sobrantes, requiere la construcción de un embalse en la desembocadura del río, habiéndose presentado en 1942 un importante proyecto de aprovechamiento de la laguna de la Mata como vaso para recoger las crecidas en la cola del río. Las lagunas referidas las tiene en arrendamiento la Salinera de Torrevieja, pero como quiera que todavía no ha emprendido ninguna obra en las indicadas lagunas, es de todo punto necesario proceder a realizar las gestiones oportunas para ver de destinarlas a· este cometido, ya que las mismas_ tienen, como ningún otro vaso, la ventaja de que, por su pie y sin elevaciones, pueden recoger fácilmente las avenidas, que de otro modo se pierden lamentablemente en el mar.

Aprovechamientos de aguas subterráneas

Tienen en la cuenca del Segura estos aprovechamientos de agua subterránea considerable importancia, y así, en 1940 se estimaban que los mismos elevaban más de 4.000 litros por segundo, lo que suponiendo una jornada de trabajo de doce horas, representaba una elevación de más de 60 millones de metros cúbicos.

Recientemente, y coincidiendo con el terrible estiaje que ha padecido nuestra cuenca este verano, se ha formulado alguna interesante propuesta de aprovechamiento sistemático de las referidas aguas subterráneas, de manera que con las mismas en el periodo de sequía se pudiera dotar de agua a las cabeceras de las acequias más importantes. Ello requiere, como punto de partida, el estudio geológico de la cuenca, y en particular de las zonas que ofrecieran mayores perspectivas y posibilidades de captación de aguas para la distribución de las mismas en el sistema normal de irrigación de la Vega, de manera que en un plazo razonable se llegará a la formación de un mapa hidrológico de la provincia.

No se nos oculta que las aguas subterráneas pudieran, en ciertos casos, ser de mala calidad y no aptas para las finalidades del regadío, cuando menos en las condiciones oportunas en que se viene realizando ésta con agua dulce procedente del río Segura; pero, en todo caso, la propuesta merece un serio estudio por cuanto pudiera ofrecer una fórmula viable de atenuar las situaciones de sequía cuando éstas se presentaran inopinadamente.

En todo caso, el aprovechamiento de las referidas aguas subterráneas en la cabecera de las acequias, como se ha propuesto, y en los campos de Cartagena y Lorca, entre otros puntos tan importantes como ellos en la provincia, requeriría se reservaran dotaciones de fluido en los nuevos saltos para que, a precios reducidos, se aprovecharan en la elevación intensiva de las aguas subterráneas freáticas y artesanas de que dispone nuestra provincia, elevándolas de las mayores profundidades posibles.

Repoblación forestal de la cuenca

El estado forestal de la cuenca del Segura es muy deficiente, pues los montes que existen no alcanzan en su superficie ni aun siquiera el tres por ciento del total de ella. Y como quiera que, según decíamos al comienzo, el régimen hidráulico de esta cuenca es sumamente variable, y su orografía de gran complejidad, con fuertes pendientes en la cabecera del río y en la casi totalidad del recorrido de sus afluentes, las frecuentes, y en muchos casos terribles avenidas, han sido el precio que ha pagado la Vega a esta falta de previsión en orden al estado forestal de la cuenca.

Por otra parte, habiéndose construido en la cuenca del Segura numerosos pantanos, el fenómeno del rellenamiento de vasos tienen en la misma singular gravedad, como ya se ha puesto de manifiesto en el pantano de Valdeinfierno. Este fenómeno, si no se puede evitar en absoluto, se puede, al menos, atenuar prolongando con ello la utilización del vaso por medio de medidas idóneas, tales como los trabajos de repoblación que en la cuenca del Segura deben alcanzar superficie no menor de 200.000 hectáreas, y la construcción, en gran número, de pequeños diques en los afluentes secundarios, con el fin de retener gran parte de los materiales sólidos, antes de llegas a los vasos.

Por todo lo expuesto, resulta conveniente para el mejor aprovechamiento hidráulico para la Cuenca del Segura que, por los Servicios dependientes de la Administración Central del Estado, se incrementen en la medida de lo posible los créditos que se vienen destinando a las operaciones agro-forestales, para que de este modo se intensifique notablemente la repoblación en la cabecera de la cuenca en beneficio de las vegas y aun del Estado, que ha venido invirtiendo considerables cantidades para la evitación o atenuación, al menos, de las avenidas y para la mejora y ampliación de los regadíos.

Revestimiento de cauces

Esta faceta, que ha dado lugar a tan contrapuestas posiciones entre los medios afectados, ha suscitado, y se recoge en la Ponencia, a iniciativa de las Entidades Sindicales de Caravaca, Fortuna, Abanilla, Calasparra y otras, que han llamado la atención en los informes emitidos a petición de la Secretaría del Consejo, sobre la conveniencia de que se proceda, contando con las ayudas estatales, al revestimiento de los cauces.

Sin pretender entrar de lleno en el asunto, no podemos menos de reconocer la conveniencia de que se vaya, en la medida de lo posible y comenzando por aquellos cauces en que por las circunstancias del terreno las pérdidas son mayores, al revestimiento pedido por las Entidades Sindicales de las Delegaciones aludidas, y en relación con el cual el Estado recientemente ha adoptado disposiciones que lo estimulan y aun lo imponen preceptivamente.

Pantanos y obras menores

Aunque con la terminación de los pantanos del Cenajo y Camarillas se habrán realizado las grandes obras de regulación de la cuenca del Segura, quedan todavía por llevar a cabo otras obras de menor entidad, como el pantano de Argos, propuesto por las Entidades Sindicales de Clasparra al Consejo Económico Sindical, como medio de asegurar los cultivos de verano de la zona llamada “La Huerta”, en la que viven un gran número de familias de aquel término; el de los Luises, que regularía el río Mundo agua arriba del Talave, y el de Santomera, en la rambla del mismo nombre, el cual actuará como regulador de las avenidas. Procede, pues, recabar de los Poderes Públicos que por los organismos competentes se proceda a la elaboración de un plan conjunto de las obras menores necesarias, entre las que tienen que incluirse las rectificaciones de aquellas ramblas que representan un peligro para poblaciones o vegas de importancia tales como la rambla del Moro, en la que se podría construir un pantano regulador; la regulación del río Pliego; la rambla del Judío; la rambla de Abanilla, en la que se proyectó un canal para desviación de las aguas de avenidas que se utilizará como alimentación del pantano de Santomera; la rambla Salada, de la que quizás sea posible derivar aguas de avenida con un pequeño embalse, y un canal par ariegos eventuales en la parte baja del Guadalentín; la rambla de Torreagüera, cuyas obras de encauzamiento son precisas para evitar inundaciones en el pueblo que le da nombre, constantemente amenazado por los embates de las crecidas; la rambla del Puerto, para la que se han proyectado trabajos de corrección; las ramblas de Benito, Carcabo, Carcellin y Carmen, en las que se han proyectado embalses de compensación; y las ramblas de Prados, Puente, Quebrada del Galán, Maya, Amarga y Solar de Archena, en las que se pueden realizar trabajos de repoblación forestal combinados con los de corrección de torrentes.

Conclusiones

Sobre la base de las consideraciones expuestas, la Ponencia “Aprovechamientos Hidráulicos” formula las siguientes conclusiones

Primera

Que se recabe del Gobierno de la nación, la mayor atención posible hacía los secanos del Sureste y Levante español y muy concretamente sobre los extremos que ofrece la provincia de Murcia, para continuar su gran obra de transformación en regadíos, teniendo en cuenta, en la consideración general de la problemática nacional, los siguientes hechos sustanciales al éxito de tan magna empresa: 1º La posibilidad de cultivar en los secanos de nuestra provincia y, en general, en la mayor parte de los del Sureste y Levante español, frutos extratempranos, tempranos y tardíos y contra-tardíos de cualquier especie y variedad y, en consecuencia, cosechas de valor unitario superior al de aquellas que podrían obtenerse en otras regiones. 2º Seguridad de contar en líneas generales, en todos los secanos del Sureste y Levante unas posibilidades de drenaje que no siempre se encuentran en otras regiones. 3º Seguridad de alcanzar el aprovechamiento racional más apurado de los beneficios generales que se obtienen en la nación a través de las lluvias. 4ª Seguridad de contar con una masa de hombres y Entidades experimentadas y, como tales, capaces de dar solución a los innumerables problemas de los regadíos, tanto en el aspecto laboral, en el agronómico, en el industrial, en el comercial, en el financiero y, por ende, en el económico y social.

Segunda

Que se ejerza una acción continuada cerca de la opinión pública en el ámbito nacional y regional, de manera que se interese a la misma por los proyectos. de mejora, ampliación y trasvase de los regadíos de nuestra provincia, ya que la acción del Estado en una obra de tamaña trascendencia requiere de un apoyo de la comunidad beneficiaria y de una comprensión del problema por parte del conjunto del país, llegándose, si las circunstancias lo aconsejaran, a la constitución de una agrupación de posibles beneficiarios que se mostraran dispuestos a hacerse cargo, en la proporción justa que se acordase, de los gastos que ocasionaran las obras necesarias.

Tercera

Que por el Ministerio de Obras Públicas, y a la vista de las propuestas de ampliación y mejora de los riegos de Levante que se presentaron por don Manuel Lorenzo Pardo, don Félix de los Ríos, la Delegación de Servicios Técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Murcia y don Luis Sánchez Cuervo, y teniendo en cuenta las regulaciones efectuadas en los últimos años en los ríos Tajo, Guadiana, Júcar, Turia, Mijares y Ebro, se proceda a ordenar a sus Servicios Hidráulicos Centrales el estudio del posible trasvase a la cuenca del Segura de los sobrantes de las de estos ríos, de manera que no se lesione, en ningún caso, intereses legítimos.

Cuarta

Que con la mayor urgencia se proceda a actualizar el proyecto de riego del campo de Cartagena, redactado por el señor González Jiménez, de manera que se incluya en el mismo, que debe ser llevado a feliz término en la mayor brevedad, la construcción de un vaso regulador en el lugar adecuado al caso y más próximo posible a la desembocadura del río Segura, en Guardamar, que bien pudiera ser el del a laguna de la Mata, en cuyo caso debieran llevarse a cabo gestiones con la Compañía arrendataria de las Salinas de Torrevieja.

Quinta

Que por los organismos competentes se proceda con carácter urgente al estudio geológico de la provincia de Murcia, con vistas a la confección inmediata del mapa hidrológico provincial, en el que quedarían señalados las corrientes y embalses subterráneos, al menos de primero y segundo orden, con la calificación consiguiente de tal riqueza por cuanto al comportamiento de tales aguas en sus movimientos hacia la superficie (corrientes normales de aguas ascendentes, artesianas) y en su composición química para dejarlas definidas como óptimas, buenas, regulares, malas o pésimas a los efectos de riego. A tales fines acreditarían el valor del mapa que consignamos los resultados que se obtuvieran afianzando los estudios con las prácticas de numerosas perforaciones o catas en los lugares o puntos clave.

Sexta

Que se recabe de los organismos competentes la concesión de una dotación suficiente de energía de los nuevos saltos, para que, a precios reducidos, pudieran destinarse a las elevaciones en curso y a otras nuevas de aguas con destino a riego, y que los suministros de energía eléctrica para las elevaciones de aguas subterráneas, freáticas y artesianas tengan, en periodo de restricciones, el carácter de preferentes de modo similar a como ocurre con ciertas industrias.

Séptima. ─ Que por la Administración Central del Estado se incrementen, en la medida de los posible, los créditos que se vienen destinando a las operaciones hidroforestales para que de este modo se intensifique notablemente la repoblación de la cuenca del Segura en beneficio de sus vegas y del propio Estado.

Octava

Que se acometa, en toda la provincia, el revestimiento de los cauces en aquellos casos en que, por las condiciones del terreno, sean mayores las pérdidas de caudales disponibles que quedan desaprovechados, y que las aportaciones del Estado a dicho revestimiento revistan las formas de subvención y no las de anticipos reintegrables, modificándose, al efecto, la legislación en vigor en dicho sentido.

Novena

Que por la Confederación Hidrográfica del Segura se presente al Gobierno de la nación, para su inclusión en el Plan General de Obras Hidráulicas, propuesta de obras menores complementarias de las actuales, entre las que deberá incluirse el pantano de Argos, el pantano regulador de la rambla del Moro, el pantano de Los Luises, el de aprovechamiento de las aguas del río Moratalla, la regulación del rio Pliego y aquellas otras que rectifiquen ramblas que representan un peligro por inundaciones para las poblaciones obreras de importancia.

Décima

Que se exprese al Gobierno de la nación la gratitud de la provincia de Murcia por la atención que viene prestando a los aprovechamientos hidráulicos de la misma y se recabe su apoyo para que, a la mayor brevedad posible, se lleven a feliz término los estudios y las obras que se contienen en las presentes conclusiones.

Undécima

Que se disponga con carácter obligatorio la incorporación de un representante de las Hermandades de Labradores y Ganaderos de la Cámara Oficial Sindical Agraria en la Confederación Hidrográfica del Segura.

Duodécima

Que los beneficios que se solicitan de tarifas eléctricas reducidas para la elevación de aguas subterráneas se apliquen también para la elevación de aguas superficiales.

Decimotercera

Que se estudie la posibilidad de construcción de canales altos para la irrigación de nuestras tierras, como medio más adecuado para evitar el consumo de energía eléctrica en la elevación de aguas, de tan elevado costo en la actualidad y que con frecuencia origina cuantiosas pérdidas y trastornos en las épocas dé restricciones.

Notas posteriores

Al riego de los campos de Cartagena

Por OO. MM. de 20 de febrero y 25 de junio de 1954 se concede a la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena hasta un caudal de cuatro metros cúbicos por segundo a derivar del río Segura aguas abajo de la última pesa de riegos. En estas Órdenes Ministeriales se dispone la redacción de un proyecto de replanteo definitivo ajustado a la situación actual de la técnica y a los resultados de la información pública que se ordena ejecutar del proyecto formulado por el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos don Vicente González Jiménez. En esta información pública se destaca la imprescindible necesidad de disponer de la Laguna de La Mata como embalse de regulación para estos riegos. En la actualidad, esta información pública está pendiente de resolución por el Ministerio de Obras Públicas.

En el escrito que se prepara para elevar al señor Ministro de Obras Públicas la petición contenida en la IV Conclusión, se adapta a esta modificación de circunstancias.

A pantanos y obras menores

Después de la celebración del Pleno del Consejo fue dada por el Director General de Obras Hidráulicas, el 6 de febrero de 1954, la orden que a continuación se transcribe:

“Iltmo. Sr.: Las obras principales para la regulación del río Segura y sus afluentes plantea inicialmente como obras parciales la defensa contra inundaciones, fueron posteriormente orientadas para que su explotación mejore e incremente la gran riqueza agrícola de la cuenca. Ente sentido tienen ya los planes nacionales de 1902 y 1916 y el plan general de Obras Públicas desde 1939. Y en la actualidad la explotación de los seis pantanos construidos en la Cuenca, está destinada más que a fines de defensa, a los de regulación de las aguas para su mejor utilización en los riegos.

Siguiendo este mismo criterio y próximas a terminarse las obras de los pantanos de Cenajo y Camarillas, se promulga el Decreto y Orden Ministerial de 25 de abril de 1953, en los cuales se dictan normas para su ordenación completa de las aguas de los pantanos de la Cuenca y su total aprovechamiento agrícola reconociendo y consolidando los derechos de los aprovechamientos tradicionales existentes y regulando su integral utilización para los riegos. Para reducir al mínimo las pérdidas de agua tan necesaria a los regadíos, se declara la necesidad de revestir los cauces principales de riego y evitar el despilfarro por desembalses obligados por las concesiones de aprovechamientos hidroeléctricos.

A estos efectos, dicho Decreto, en sus artículos 6.º y 7.º y la Orden Ministerial en los artículos 10, 11 y 12, ordena el estudio, tramitación y realización de diversos proyectos y obras necesarias para el cumplimiento del mismo, que han de ser incluidos en el Plan General de Obras Públicas.

Asimismo existen otros proyectos, estudios y propuestas, algunas complementarias y necesarias para el mejor aprovechamiento de las obras básicas y todas ellas orientadas hacia el óptimo aprovechamiento perseguido y la seguridad e incremento futuro de la riqueza agrícola de la cuenca. Para conseguir estos fines y el cumplimiento de lo ordenado en dicho decreto de 25 de abril de 1953, es necesario coordinar y resumir cuantos estudios, propuestas y proyectos se han realizado hasta la fecha sobre la Cuenca del Segura, bien a solicitud de los usuarios interesados, o bien por iniciativa del Estado, para llegar a un estudio completo que, recogiendo todos los aspectos y problemas, permitan formular un metódico y racional plan de obras, para la mejor realización de lo legislado y general beneficio de la Cuenca.

Y habiéndose ordenado a este Ministerio en el artículo 9º del decreto de 25 de abril de 1953 que dicte las órdenes complementarias para el mejor cumplimiento del mismo, he dispuesto lo siguiente:

Artículo 1.º Por la Confederación Hidrográfica del Segura se formulará en le plazo de seis meses, desde la fecha de promulgación de la presente Orden Ministerial, un plan general de obras hidráulicas en la Cuenca del río Segura, que abarque y coordine las obras de regulación ejecutadas, en ejecución o proyecto, las de aplicación de los caudales regulados, aprobadas o previstas en el Decreto y Orden Ministerial de 25 de abril de 1953, las complementarias a tales efectos y en general todas las que han sido estudiadas, planteadas o desarrolladas en la referida Cuenca, así como aquellas otras que se estimen convenientes para el mejor aprovechamiento de los caudales regulados, procurando coordinar con las directrices ya fijadas y las conveniencias nacionales, las aspiraciones de los antiguos usuarios.

Artículo 2.º En dicho plan general, y sobre la base del correspondiente estudio económico-administrativo, se fijarán las distintas etapas para el desarrollo y ejecución del mismo, clasificando las obras y servicios en función de su mayor o menor urgencia.

Artículo 3.º Una vez que la Dirección Técnica de la Confederación formule el plan, será éste informado por la Junta de Gobierno de la Confederación, la que a efectos de l mejor conocimiento de las aspiraciones de los usuarios de la Cuenca, deberá oír previamente, no sólo a las Corporaciones y Organismos oficiales, sino también a los que representan los intereses de aquellos, así como a las entidades que la Delegación del Gobierno en dicha Confederación estime oportuno para el mejor resultado de la citada finalidad.

Artículo 4.º Sobre la base del plan que aprueba el Ministerio de Obras Públicas formulará éste la propuesta del conjunto de obras que procede incluir en el plan general de Obras Públicas, de acuerdo con lo que se dispone en el artículo 6º de 25 de abril de 1953.

Artículo 5.º Por el Ministerio de Obras Públicas se dictarán las órdenes complementarias”.

Esta orden, que fue dirigida al Ilustrísimo señor Director de Obras Hidráulicas, fue trasladada a la Confederación Hidrográfica del Segura, siendo redactado el Plan General de Obras Hidráulicas del Segura por la Dirección de la misma, y estando en la actualidad pendiente de la aprobación de la Junta de Gobierno.

Esta modificación en las circunstancias afectará, como no puede ser menos, a la conclusión correspondiente.

Mapas

Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Manuel Lorenzo Pardo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Félix de los Ríos para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por la Delegación de Servicios Técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por la Delegación de Servicios Técnicos de F.E.T. y de las J.O.N.S. para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)
Esquema de la solución dada por Sánchez Cuervo para el trasvase de recursos a los riegos de Levante. (Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953)

Bibliografía

Consejo Económico Sindical de la provincia de Murcia, 1953. Ponencia de aprovechamientos hidráulicos, Murcia: Cámara Sindical Agraria.

López-Gálvez, J. & Losada, A., 1998. Evolución de técnicas de riego en el sudeste de España. Ingeniería del agua, 5(3), pp. 41-50.


[1] Sic. Por el contexto posterior se deduce que esta fecha es una errata. (López-Gálvez & Losada, 1998) datan este proyecto en 1926. El Plan General de Obras Públicas de 1940 lo fecha en 1929.

Autor:

Antonio de Lucas Sepúlveda

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (UPM) y Doctor por la Universidad de Alcalá en el programa Hidrología y Gestión de los Recursos Hídricos.
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